21/09/2025
REFLEXIÓN DE HOY 178
Toda forma de ataque que todavía te atraiga y que aún no hayas reconocido como lo que realmente es, limita la curación y los milagros que tienes el poder de extender a todo el mundo. Aun así, el Espíritu Santo sabe como multiplicar tus pequeñas ofrendas y hacerlas poderosas. Sabe también como elevar tu relación con tu hermano por encima del campo de batalla para que ya no se encuentre más en él.
Esto es lo único que tienes que hacer: reconocer que cualquier forma de ataque no es tu voluntad. Tu propósito ahora es pasar por alto el campo de batalla. Elévate, y desde un lugar más alto, contémplalo. Desde ahí tu perspectiva será muy diferente.
Aquí, en medio de él, ciertamente parece real. Aquí has elegido ser parte de él y tu elección es atacar. Mas desde lo alto eliges los milagros en vez del ataque. Y la perspectiva que procede de esta elección te muestra que la batalla no es real y que es fácil escaparse de ella.
Los cuerpos pueden batallar, pero el choque entre formas no significa nada. Y éste cesa cuando te das cuenta de que nunca tuvo comienzo. ¿Cómo ibas a poder percibir una batalla como inexistente si participas en ella? ¿Cómo ibas a poder reconocer la verdad de los milagros si el ataque es tu elección?
Cuando la tentación de atacar se presente para nublar tu mente y volverla siniestra, recuerda que puedes ver la batalla desde más arriba. Incluso cuando se presenta en formas que no reconoces, conoces las señales: una punzada de dolor, un ápice de culpa, pero sobre todo, la pérdida de la paz.
Conoces esto muy bien. Cuando se presenten, no abandones tu lugar en lo alto, sino elige inmediatamente un milagro en vez del ataque. Y Dios Mismo, así como todas las luces del Cielo, se inclinarán tiernamente ante ti para apoyarte. Pues habrás elegido permanecer donde Él quiere que estés, y no hay ilusión que pueda atacar la Paz de Dios cuando Él está junto a Su Hijo…
UCDM
NOTA: Tus opiniones y preguntas son bienvenidas. Sería maravilloso que todos nos unamos y nos acompañemos. Quizás tus palabras sean justamente lo que alguien necesita oír. No tengas miedo de expresarte, nadie tiene la verdad completa ni está totalmente equivocado.