El Ombú

El Ombú Un espacio que cuenta nuestra historia, nuestra identidad...

𝗖𝗼𝗹𝗼́𝗻 𝗥𝘂𝗴𝗯𝘆 𝗖𝗹𝘂𝗯: 𝗹𝗼𝘀 𝘀𝘂𝗲𝗻̃𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗻 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱En el mes de diciembre de 2007, cuando se fundaba Colón Rugby Club, el C...
26/11/2024

𝗖𝗼𝗹𝗼́𝗻 𝗥𝘂𝗴𝗯𝘆 𝗖𝗹𝘂𝗯: 𝗹𝗼𝘀 𝘀𝘂𝗲𝗻̃𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗻 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱
En el mes de diciembre de 2007, cuando se fundaba Colón Rugby Club, el Club Universitario de Concepción del Uruguay, dominaba el rugby provincial (exceptuando los tres de Paraná como Estudiantes, Rowing y Tilcara).

Ese año, 2007, el rugby argentino vivía una época dorada con el 3° puesto de Los Pumas en el Mundial lo que significó un impulso de la disciplina en todos los rincones del país. En nuestra ciudad terminó de despertar los corazones de un grupo de jóvenes que habían jugado anteriormente al rugby y decidieron fundar Colón Rugby Club. Surge como una entidad de las entrañas del querido y viejo Biguá que empezó con el deporte en la ciudad en la década del setenta y que por distintas cuestiones dejó de existir en los noventa.

Los jóvenes colonenses, tenían puesta la mirada en hacer crecer a la nueva institución que no contaba con camisetas siquiera y menos aún con espacio propio, pero si con un gran corazón, sentimiento y proyectos. Con sueños por hacerlos realidad. Por eso siempre pensaron en la formación de nuevos deportistas y esto se evidencia en que el primer partido de la institución no fue de Primera, sino de Juveniles, en el caluroso mes de diciembre.

Desde ahí. Desde ese punto, hubo sudor y lágrimas. Un año tuvieron que esperar para festejar el primer partido ganado en Primera División; pero a su vez aprovechando esa fiebre Puma recibían cada vez a mayor cantidad de jóvenes que se enamoraban del deporte. Fueron tiempos duros, sin cancha deambularon por el Poli del Barrio Hipódromo y por el Polideportivo de San José para hacer de locales. Entrenando en Defensores, en el Parque y hasta en un triángulo del Bajo Parque, pero siempre teniendo como Norte la formación de las juveniles e infantiles. Inclusive hubo alguna temporada que la Primera no se presentó, pero jamás se dejó de lado a las categorías menores.

De a poco, los jóvenes que habían empezado a entrenar en el lejano 2007 subieron a Primera, fusionándose con los de las primeras camadas. De esa manera el equipo salió del fondo del Torneo Provincial y empezó a pelear la mitad de tabla de posiciones. Aquellos sueños, que se habían imaginado al comienzo, parecían que eran posible.

En el 2014, sin lugar a dudas, llega un momento crucial para la vida de esta institución. La Municipalidad de Colón, en la intendencia de Mariano Rebord, les cedió terrenos (lindantes al Aero Club) y todo cambió. Empezaron a tener identidad, un suelo que defender, además de los colores azul y blanco que habían elegido. Esto trajo más arraigamiento y cambió por completo la forma de entrenar. El sueño de la casa propia, como suele suceder, asienta las raíces. Apenas dos años después de ese evento, Colón Rugby Club se corona campeón del Torneo Provincial, en la zona Promoción del Desarrollo, en la que participaban equipos que cumplían ciertas condiciones. Para ese momento, los jóvenes que se habían formado a lo largo de esos años empezaron a ser protagonistas del equipo titular, acompañados por la experiencia de algunos viejos guerreros.

Dos años más tarde, en el 2018, reafirmando que el primer título no fue mera casualidad, se vuelve a repetir. Otra vez CRC (como le dicen popularmente) dominaba esa divisional del rugby entrerriano, aunque siempre se tuvo como objetivo crecer deportivamente, apuntando siempre a más. En el 2021, alcanzaron la gloria quedándose con el campeonato de Entre Ríos, venciendo a los mejores, a equipos de ciudades más grandes y con muchos años de experiencia. Pero aún sabían que faltaba más.

En estos nuevos años de prosperidad no solamente empezaron a sumarse más jugadores en todas las categorías, sino también que se embarcaron una gran cantidad de personas, que se unieron firmemente como un scrum con un solo objetivo: ir hacia adelante. Hoy Colón goza de tener a la primer mujer presidenta de un club de rugby en la provincia, Ana Favre.

En lo deportivo todos sabían que para seguir avanzando se debe ir por todo. Por eso con una base sólida, consolidada por pleno jugadores de Colón Rugby, que nacieron de las entrañas en estos 17 años, el plantel acaba de lograr una nueva estrella al vencer al Club Universitario de Concepción del Uruguay, a ese que se miraba en el 2007 y se lo tenía como el imposible. Ahora es tiempo de alegrías y disfrutar, pero como viene ocurriendo en la historia de Colón, todos saben que no hay que quedarse en los laureles y seguir avanzando. Creciendo, para hacer los sueños realidad.

𝗨𝗻𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗹𝗮 𝗽𝗮𝘀𝗶𝗼́𝗻El Mondongo, en la década del 20, reunía a no más de una veintena de hogares, trabajadores de la Fá...
23/11/2024

𝗨𝗻𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗹𝗮 𝗽𝗮𝘀𝗶𝗼́𝗻
El Mondongo, en la década del 20, reunía a no más de una veintena de hogares, trabajadores de la Fábrica Liebig, ubicada a casi dos kilómetros, cuando a la factoría se la conocía como “La cocina más grande del mundo”, que para 1922 alcanzó el récord histórico de faenar 216 mil cabezas de ganado.

El barrio reunió a las familias trabajadoras, rodeado por el monte entrerriano con sus característicos sonidos (zorzales, calandrias, cardenales, benteveos), bañado por el arroyo Perucho, sustento a través de la pesca (en esos años) y espacio de recreación en verano. Aunque también generador de dolores de cabeza con sus crecidas

El nombre del caserío nos podría remitir a los oficios de los vecinos. Aunque de manera oral se transmitió que en esa zona se tiraban mondongos, el triperío, lo que se descartaba de los animales faenados no en la fábrica sino en alrededores y de ahí surgió: El Mondongo, los Mondongueros. En la Argentina, en la actualidad, existen muchos barrios de manera similar, como en La Plata (Berisso y Ensenada), pero en nuestra zona la denominación se perdió en el tiempo y fue reemplazada por el nombre del club (Unidos), generándose una especie de simbiosis. Separarlos sería imposible.

Hace casi cien años, esas familias trabajadoras, decidieron unirse. Juntarse en algún elemento que los represente, los identifique, encontrando en el fútbol a ese denominador común. Era un deporte que en la década del veinte empezaba a ganar adeptos y expandirse por todos los rincones del país. Es más, en el barrio ya había existido una experiencia que se denominó Atalaya, uno de sus jugadores es el recordado “La Garza” Natero. Ese conjunto había surgido, también por medio de trabajadores del Frigorífico, que no eran tenidos en cuenta en el Club Liebig de la misma fábrica, fundado en 1904, el más antiguo de la provincia. Así los obreros que se destacaban en el deporte empezaron a formar parte del equipo deportivo. Un profesionalismo encubierto que se llevaba a los mejores.

Pero la idea de los vecinos iba más allá del fútbol. Un lugar de encuentro, de pasar el tiempo y unirlos. Por eso cuando propusieron el nombre de Unidos, todos aceptaron de manera unánime. En ese mismo encuentro surgieron los colores: el verde y blanco. Las familias del barrio eran los Sandes, Etchenique, Canali, Yano, Lazzaroni, Medina, Carballo, Nerón, Pintos, Galarza, Benítez, Sosa, Cricel y Álvarez, entre otros.

Prepararon un terreno para hacer los primeros partidos, pero no cumplía con las medidas reglamentarias, entonces gestionaron ante los directivos de la fábrica un terreno (el actual) lindante a la casa de Juan Sandes, el arroyo Perucho, la Virgen de Lourdes y la Avenida Los Inmigrantes. Además de la cancha, los vecinos construyeron la sede, y se transformó en el lugar de los eventos deportivos y sociales. La vida giró en torno a Unidos.

La fama del club traspasó las fronteras del caserío, calando en el barrio cercano, en el Brillante. Muchos recordarán a los hermanos Sandes, los 6 jugaron en Unidos, siendo el Beto (un imponente N°2) que hasta fue pretendido por Boca. En la memoria quedarán los partidos ante Liebig donde se sacaban chispas y ni hablar del equipo de la década de los sesenta obteniendo los primeros títulos de la institución que hicieron enamorar a propios y extraños. Como aún Liverpool no disputaba el torneo del Departamental, muchos vecinos del Brillante adoptaban los colores verde y blanco como propios, haciendo que esa pasión se transmita de generación en generación.

Enseguida también los nombres surgen a través de los Yano: Pocho (padre de Sergio), Quique y Coco. "Unidos es sinónimo de familia, más allá que fueron de los pioneros junto a otras familias es eso para los vecinos del barrio y para los jugadores que visten los colores verde y blanco. El trato de Unidos para con los jugadores y la familiaridad es casi única en el departamento y es palpable al hablar con los jugadores" se refirió al respecto Roberto Yano.

El querido y recordado Aníbal Irigoy, Presidente de la Liga, siempre destacó la endereza de Unidos que, a pesar de sufrir los embates económicos y sociales, jamás se desafilió de la Liga. A punto de cumplir cien años, revive sus épocas de esplendor. Salen a flote de la memoria, los nombres de los vecinos que jugaron, quienes fueron construyendo este espacio y junto a ellos recuerdos y anécdotas, con la grata mirada de Ramona Yano y Luis Ducret, dos vecinos que presenciaron gran parte de la vida de Unidos y son testigos privilegiados.

📷 Municipalidad de Pueblo Liebig

𝗟𝗮 𝗛𝗼𝘀𝘁𝗲𝗿𝗶́𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝘂𝗲𝗿𝘁𝗼✅ Es uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Data de 1880, construido por un italiano rad...
21/11/2024

𝗟𝗮 𝗛𝗼𝘀𝘁𝗲𝗿𝗶́𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝘂𝗲𝗿𝘁𝗼
✅ Es uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Data de 1880, construido por un italiano radicado en Paysandú, Fortunato Bozzo, a pedido de Ángel Antonini, su primer dueño, nacido en Italia, radicado en Colón, quien utilizó la construcción para dedicarse a varios rubros de acuerdo a las necesidades de la actividad portuaria.

✅ Tras el fallecimiento de Antonini, su viuda vendió la propiedad que adquirió Félix Oscaris que comenzó con la actividad gastronómica y hospedaje. Si bien se llamaba Restaurant del Puerto, era conocido popularmente como “Casa Oscaris”. Además de restaurante, contaba con habitaciones para alquiler de pasajeros, en el marco de la importante actividad portuaria que tenía Colón en esa época. Por eso se lo conoció como el “Hotel de las sábanas calientes” por el intenso tráfico de pasajeros que se hospedaban por una noche, siendo ocupada la pieza de manera inmediata.

✅ Luego de Oscaris pasó a nuevos propietarios a los Almada. Muchos vecinos recuerdan que allí en la década del sesenta, se fundó Independiente un equipo de fútbol que militó en la extinta Primera B del fútbol departamental. Los mayores jugaban al truco, al mus y son muy recordadas las mesas de billares; mientras que la gurisada conoció por primera vez los famosos metegoles.

✅ En la década de los noventa pasó a sus actuales propietarios y durante todos estos años, la construcción mantiene su arquitectura original, un claro estilo italiano que posee tejas francesas, originales de Marsella.

✅ En sus instalaciones se filmó en 1997 la película “Un crisantemo estalla en cinco esquinas”, dirigida por Daniel Burman.

𝗦𝗲𝗿𝗮𝗽𝗵𝗶𝗻 𝗗𝗲𝗴𝗲𝗻𝗲𝘃𝗲: 𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗹𝗼𝗻𝗲𝗻𝘀𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝘂𝗰𝗵𝗼́ 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗜º 𝗚𝘂𝗲𝗿𝗿𝗮 𝗠𝘂𝗻𝗱𝗶𝗮𝗹✅ Seraphin nació en Vailly (Francia - Alta Saboya) el ...
17/11/2024

𝗦𝗲𝗿𝗮𝗽𝗵𝗶𝗻 𝗗𝗲𝗴𝗲𝗻𝗲𝘃𝗲: 𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗹𝗼𝗻𝗲𝗻𝘀𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗹𝘂𝗰𝗵𝗼́ 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗜º 𝗚𝘂𝗲𝗿𝗿𝗮 𝗠𝘂𝗻𝗱𝗶𝗮𝗹
✅ Seraphin nació en Vailly (Francia - Alta Saboya) el 10 de junio de 1884 y a los pocos meses emigró a la Argentina con su madre, Adela Morel Chevillet, junto a sus 3 hermanos, debido a que su padre (Alejandro Degeneve) falleció a los pocos días de su nacimiento.

✅Adela conoció en Colón a Julián Chatelain, también de Vailly. Se casaron y se instalaron en un campo frente a la actual Escuela Agrotécnica. Tuvieron además otros ocho hijos.

✅Así la familia Chatelain – Degeneve progresó a través de la actividad agropecuaria. En 1914 estalló la guerra en Europa y Seraphin a los 30 años decidió viajar a Francia y defender la tierra que lo vio nacer. Permaneció los cuatro años. Sobrevivió a Verdún, la más larga y sangrienta batalla. Fue herido en dos oportunidades y continuó en el frente. Mantuvo contacto con la familia a través de cartas, las que un día dejaron de llegar. Todos pensaron que había mu**to.

✅Resulta que Seraphin fue herido gravemente. Una esquirla de granada hizo que perdiera el hueso frontal que cubre el cerebro. Milagrosamente se salvó y cuando salió del Hospital fue a visitar su pueblo, Vailly.

✅Una tarde la familia Chatelain – Degeneve se encontraba en su casa, la que aún se conserva frente a la Escuela Granja. La edificación está construida sobre una lomada y desde allí puede verse con claridad la tranquera. Fue así que, mateando, observaron a un hombre con un bolso. “Si el Seraphin viviera, yo diría que el que viene caminando es él” dijo Adela recordando la figura de su querido hijo. Pero cuando el extraño se acercó todos explotaron en llanto y alegría, Seraphin había vuelto de la Gran Guerra.

✅Por su coraje recibió seis medallas y una pensión por parte del gobierno francés, pero a su regreso siguió trabajando con su familia. Su vida se extinguió a los 55 años de edad, en 1939 a pocos meses que la humanidad empezara a vivir otra tragedia, la II Guerra Mundial. Él no estuvo para presenciarlo. Seguramente no habría entendido como el humano y el sistema cometía el mismo error.

✅La actual calle que pasa frente a la Escuela Agrotécnica, desde el 2003, lleva su nombre. Un monolito que se ubica al lado de la tranquera de su vivienda, lo recuerda, como el colonense que luchó en la 1º Guerra Mundial.

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