23/10/2025
Después de haber surfeado la orfandad y piloteado el desprecio del presidente que sigue sin mandar un mango a la provincia, Ziliotto festejará el domingo. La incógnita es con quien coparticipará la victoria. Los radicales se juegan mucho y sin los mejores. A Ravier nada le salió como esperaba. Clarin sigue esperando y alrededor se van desenmascarando. El proyecto Milei está de salida.
TODO (S) AL 27
Las elecciones, el domingo, las ganará el peronismo y de forma aplastante. En La Pampa se impondrá con el nombre Defendemos La Pampa, encabezando un frente con partidos afines. Así que de lo que va a pasar el 26 no vamos a hablar, ya lo hemos hecho en su momento en muchas ocasiones y, en todo caso, de eso ya hay quienes están hablando demasiado. Pero, insisto, el triunfo peronista será contundente.
Me interesa, eso sí, referirme al 27. Y qué justo ¿No?, porque el día después de las elecciones del domingo, será 27 y curiosamente el año en el que se volverá a votar, y esta vez para renovar gobernador, intendentes y legisladores provinciales y nacionales, además de concejales y hasta juez de paz, será también el 27. El año 2027.
Por eso es que titulo esta editorial Todo al 27 o, si se quiere, todos al 27.
La obvia predicción del triunfo peronista, si algo que no significará, será un devenir tranquilo para el partido gobernante a dos años, como decíamos, de las elecciones en las que el gobernador Sergio Ziliotto estará imposibilitado de otra re elección. Esta inhabilitación constitucional moldea al peronismo de un modo muy particular donde lo más importante a resolver será, no sólo quién será el candidato con el que competirá en el 27 por el cargo superior, si no quién o quienes determinará/n quién será, o el modo en el que se resolverá quién será, ese postulante.
“Yo dije públicamente que no iba a ser candidato y que no tenía candidatos, por lo tanto, no tuve un carajo que ver con el resultado de esa elección”, supo decir el ex gobernador y máximo referente de la línea Plural, Carlos Verna, en referencia a las elecciones de medio término del año 2021, donde el ya inexistente JxC le birló al peronismo un senador y un diputado nacional. Meses antes de aquellos comicios, el ingeniero, había dicho algo muy parecido a lo que manifestó, via twit, o x para mencionar como corresponde a esa red social, a las 9 de la mañana del 20 de febrero de este año, 2025: “La Línea Plural no va a proponer precandidatos para las elecciones legislativas del corriente año. Si alguien te llama o te visita, diciendo que es el precandidato de Verna o de la Línea Plural, te está mintiendo”, advirtió en un posteo en X. “La Plural no propone precandidatos, ni yo tengo vocero. Saludos”, fue lo que twiteó.
Era, insisto, febrero de este año. El gobierno de Javier Milei venía de aquellos meses finales del año pasado en los que la economía había salido, muy leve y transitoriamente, de la recesión (aquel primer blanqueo de dólares lo hacía posible) y se auguraba un despegue significativo a partir de fondos frescos que llegarían del crédito que obtendría Luis “Toto” Caputo del FMI. Saltando de streaming amigo a programas de TV amigos, como perro con dos colas, se lo veía al energúmeno anunciar que en las elecciones (del domingo) el mapa de la Argentina quedaría pintado de violeta.
Con Milei sin mandar una sola moneda para La Pampa. No había que ser muy entendido para imaginar el estado de orfandad en el que el gobernador Sergio Ziliotto estaba terminando el verano. Seguramente, consecuencia de eso, largos meses de impotencia tuvo que atravesar en la Legislatura donde, como ya se lo habían hecho sentir cuando propuso la ley de aportes solidarios un año antes. Propios y extraños le mantuvieron bloqueada la ley que lo habilitaba a llamar a licitación para la explotación del área petrolera Medanito. Ziliotto estaba débil y se le animaba cualquiera, incluso tuvo que soportar el desfachatado desafío del intendente de la ciudad de Santa Rosa, Luciano di Nápoli, por la conducción partidaria.
Y fue justamente ahí, cuando Copete se le quiso parar de manos, que el aura de Ziliotto empezó a repuntar de una forma incontenible. Di Nápoli fue sólo una anécdota. Los que creía suyos no fingieron su misma demencia, no pudo armar siquiera un listado para competir en las UBs de la ciudad en la que es intendente y claramente no le dio la nafta para enfrentar las urnas. Después, Milei se encargó de todo. El desfinanciamiento con pretensiones de fundir a la provincia quedó a la vista de todos/as/es. Las corridas cambiarias que le resultan aún incontenibles. Las caídas de sus DNU y de sus vetos después. La Karina coimera que se sumó al $Libra gate. La catastrófica derrota electoral de los libertarios en PBA. El narco-gate del pelado Espert que tuvo que renunciar. La entrega total del manejo de nuestra economía a los EE UU…Eso, sumado a la precisión de cirujano con que determinó quienes serían sus candidatos (Abelardo Ferrán referente de uno de los sectores más perjudicados por el neurodivergente, la Universidad; y, no menos importante, su pertenencia piquense. Y Varinia Marín, la Lichi, con la que desarticuló el incipiente acuerdo de los Marin con di Nápoli que seguía con ganas de hinchar las pelotas y podría derivar en una oferta electoral por fuera del peronismo). Todo eso junto cambió rotundamente el panorama y hoy Ziliotto será el gran ganador del domingo (naturalmente ese será el comentario destacados por los analistas en el diario del lunes, claro).
Ahora ¿hasta dónde llegará la coparticipación de la victoria? Sea cual fuere el resultado, ¿Verna podrá decir “no tuve un carajo que ver con el resultado de esa elección”? o en este caso, al encabezar la fórmula un piquense, desactiva aquella sentencia que, en su momento, 2021, completó con “la razón por la que se perdió es porque los candidatos viven en una sola ciudad y se olvidaron de La Pampa federal y se olvidaron de Pico…”.
Aquella vez, la intendenta de Pico, Fernanda Alonso, pidió licencia en medio de la campaña. Esta vez no, pero muy activa, cuentan desde la ciudad del Norte, no se la vio. Sí estuvo en cada acto de campaña y mostrándose sin retaceos la vicegobernadora, también vernista, Alicia Mayoral. Del resultado en General Pico y toda aquella zona dependerá el alistamiento de los plurales entre los ganadores. La especulación es que, de no triunfar Defendemos La Pampa en la segunda ciudad de la provincia, el vernismo podrá decir, otra vez, sin faltarle a la verdad, que no tuvo nada que ver con esta elección, respaldándose en que ninguno de los suyos aparecía en la boleta electoral. Ese escenario, o uno en el que la boleta peronista sume más porcentaje de votos en Pico que en el resto de la provincia, lo habilitará a Verna a salir al cruce de la intendenta de Winifreda, Adriana García, una de las suyas (que no hace poco dijo que veía desdibujada a la línea), con el mismo dicho que tuvo para contradecir a Fernanda Alonso cuando, hace unos años, desestimó la posibilidad de que Verna fuera candidato: “los mu***os que vos matais, gozan de buena salud”.
Otro de los que habrá que ver cómo queda parado después de lo que pase el domingo es el propio di Nápoli. Después de haber desistido de competir en las urnas con Ziliotto y sus armados, el intendente actuó y sobreactuó (no era necesario que, al estilo Milei, le respondiera al liberto Ravier, hablando de que se cortaría la mano “antes de apoyarlo a él y a toda esa caterva de vende-patrias” y al estilo Toto Caputo cerrar con el “nos vemos el 26 campeón”) su apoyo a los candidatos peronitas. Ahora, a diferencia de lo que pase en Pico, si en Santa Rosa DLP sumara más porcentualmente que en el resto de la provincia no se podrá decir que sumó más votos que Ziliotto porque, en la capital, las UBs llevaron adelante toda la campaña y a él, que no sólo nos las conduce ni pertenece a ninguna de ellas, si no que poco se lo vio en actos y caminatas (sobre todo cuando se hacían en calles de tierra y lo sacaban a reclamos, porque ha dispuesto que camiones regadores nunca más, no hay plata).
Hasta ahí el análisis de lo que se deberá evaluar una vez que pasen las elecciones. Seguramente después de eso, el gobernador se hará cargo de impulsar o no, cuestiones de las que se viene hablando hace mucho tiempo y que las refrescaremos en su momento.
Radicales desorientados
Fue cuando la luz de Milei fulguraba en lo alto, cuadro que detallamos líneas arriba, que los radicales imaginaron que de ninguna manera podrían salir airosos de las elecciones que se celebrarán el domingo y que lo mejor que podrían hacer es preservar a su comodín para futuras partidas. Aquella realidad de los primeros meses del año lo llevaron rápidamente a Martín Berhongaray a desistir de ser el candidato, aunque dentro y fuera del partido, todos sabían que era el mejor. Lo había demostrado cuando había quedado a 5 puntos de Ziliotto en las gubernamentales del 2023. Pero con el gobierno nacional atravesando su mejor momento, con los macristas coqueteando con ellos e incluso algunos dispuestos a jugársela en soledad, y con el peronismo gobernando la provincia, Martín vió que sus chances (y sobre todo su potencialidad como fuerte candidato a gobernador) se verían perjudicadas y salió a decir que “nunca estuve cómodo cuando fui diputado nacional” o “no quiero exponerme a votar iniciativas de Milei que me parezcan buenas y comerme la acusación de ser liberatrio o al revés, acompañar alguna del peronismo y que me digan traidor, por coincidir con ella”. Berhongaray se guardó, para dar otra guerra, a la que, con el diario del lunes, verá si llegará más o menos fortalecido que de haber sido candidato.
Claro que lo de la presión de Milei (que motosierra en mano parecía venir arrasando) también desalentó a la actual diputada Marcela Colly que dijo que ella no quería seguir en el Congreso “para que te tironeen a hacer lo que no querés”, en clara alusión a sumarse a los colaboracionistas, que es la época que se viene, de darse los resultados que se presagian.
Y se tuvo que hacer cargo de la candidatura el benjamín Federico Guidugli que, arrancó con un discurso anti Milei que dejó pasmado a más de un radical que, viendo al peronista Ziliotto embanderado de esa causa, no entienden cómo, en definitiva, se sumaba a lo que debería oponerse: el peronismo. Sobre el final de la campaña se ve que le acercaron la posibilidad de contar con los apoyos de los gobernadores de la liga (el santafesino Pullaro y el rionegrino Torres) con lo que acomodó un poco el carro inclinándose para el lado macrista, que es el lugar con el que se referencian todos ellos, a partir de ser liderados por el cordobés Schiaretti, indisimuladamente ligado a Macri. Igualmente la experiencia de ser candidato a diputado nacional a los 35 años, le reportará mucho a Guidugli y, de darse un triunfo aplastante del peronismo, que deje muy por debajo de DLP a los dos frentes oponentes, podría llegar a quedarse con la banca y aunque así no fuera, igualmente, posicionarlo muy bien a su líder, el intendente de General Acha, Abel Sabartos, para disputarle la próxima candidatura a Berhongaray.
Libertarios perdidos
Justamente con ese sueño, el de desbancar a Berhongaray como el candidato opositor en las elecciones del 27, había comenzado el sueño de Adrian Ravier, el porteño promovido por el jefe Carina Milei como candidato a gobernador por el oficialismo nacional. También él, encandilado por las luces de principios de año que lo refractaban al grosero presidente como el gran ganador de los comicios del domingo, sumó a los macristas del pago, tan obnubilados como él con aquella ilusión de los primeros meses del 2025 y salió a buscar los votos libertarios que muchos imaginó que serían en nuestra provincia, como para vencer en nombre de Milei y posicionarse como el indiscutido para dentro de dos años.
Pasaron cosas, diría Mauricio y ahí lo tenemos al que le iba a meter motosierra a los empleados públicos pampeanos que “sólo van a Casa de Gobierno a esperar que llegue la hora de salida”. Ahí lo tenemos al que decía que el pampeano es un gobierno soviético, imaginando que “el soviético Kicillof” como le dice Milei fuera arrasado en PBA y capitalizar esa eventual paliza contra Ziliotto. Ahí lo tenemos al que celebra que vengan empresas del exterior, aunque dejen a los argentinos sin trabajo porque venderán la ropa más barata. Y ahí lo tenés festejándole (“nos emocionó a todos”, dijo) logros para La Pampa al privatizador Sturzzenegger, que sólo aspira a reformar leyes laborales para echar laburantes, sin poder nombrar ninguno…
Todo parece indicar que accederá a una de las bancas en juego y desde ahí le podría generar problemas al radicalismo, si Berhongaray quisiera encabezar un frente opositor. Una vez en el Congreso, no se verá segundo del radical y haría naufragar esa coalición, de la que tampoco podría asegurarse que la integre el PRO, si los radicales quieren liderarla. Mucho dependerá de lo que termine haciendo Mauricio, que es Macri, después del domingo. Cuando enojado estaba con Milei, su senadora, Victoria Huala, le votó en contra en el Senado. A las pocas semanas, comió milanesas con el presidente y Huala votó a favor de los últimos vetos. En La Pampa, Macri cuenta con partidarios muy obedientes y si también lo son aquellos que se queden con el sello liberatrio, no es muy claro el devenir de la oposición en su conjunto.
Clarin espera
Mientras tanto, nuevos episodios suma el pretendido desembarco de Clarin. Ya no sólo a Santa Rosa, si no que se confirmó lo que adelantáramos unas semanas atrás, vienen por todo. Quieren quedarse con las telecomunicaciones en la capital, pero también en Pico y Toay. Quieren quedarse con el sistema de La Pampa.
Seguramente porque tienen esa visión que excede el negocio, desde el gobierno provincial sentaron postura a través del gerente de EmPaTel (Empresa Pampeana de telecomunicaciones), Andrés Zuleta, que clarificó el panorama, “llegan a Santa Rosa porque alguien les dijo que avancen y llama la atención la pasividad del municipio”. También dijo que es “una falta de respeto a las cooperativas”. No hizo falta que nombrara a nadie, ya el presidente del bloque de concejales radicales, Diego Camargo, lo había hecho: “al proyecto no lo firma Clarin, lo firma di Napoli” aclaró, haciendo referencia a la iniciativa solicitando su aprobación para que la empresa de Clarin extienda el tendido de fibra óptica en la ciudad, algo muy cuestionado porque el intendente lo envió, pese a que, por lo menos, uno de sus funcionarios, advirtiera la flojedad de papeles en el pedido del multimedio.
Así como el presidente de la Cooperativa Popular de Electricidad, Manuel Simpson advirtió que los trabajadores de las cuadrillas que (aun sin autorización) colocan nuevos postes son trabajadores de otras provincias, por lo que consideró “una barbaridad que el sindicato de telefónicos de La Pampa esté haciendo lobby para la aprobación del proyecto”; son los propios promotores de Movistar los que al recorrer puerta a puerta, exponen lo que pasará una vez que Clarín maneje el negocio, “la fibra óptica triplicará su valor a los seis meses”.
Por eso es que, como una significativa brisa de aire fresco llegaron desde Pico las declaraciones de la intendenta Alonso que, al reconocer la intentona de Clarin, aseguró que su prioridad será defender los intereses de Corpico. Lejana esa postura a la de di Nápoli que, otra vez, a lo Milei, sólo pudo responderle al gerente de EmPaTel con un agravio “es uno de los funcionarios que no funcionan”, manifestó.
Coloquios
En un contexto donde el trabajo registrado en La Pampa acumula una baja de 5 puntos en dos años. Donde de cada 100 laburantes, 5 perdieron su trabajo en la era Milei (oficialmente hay 1800 trabajadores de la construcción sin empleo, se confirmó). Frente a cámaras empresariales, cooperativas, consejos profesionales y la Universidad Nacional de La Pampa, en el marco del diálogo público–privado que sostiene el gobierno provincial, Ziliotto presentó el Plan de Desarrollo Económico y Productivo 2026–2030, que estará estructurado en tres ejes específicos que integran producción, innovación, inclusión social y sostenibilidad ambiental y, de manera transversal, incorpora políticas orientadas a mejorar la infraestructura y la conectividad, ampliar el acceso al financiamiento, modernizar el Estado, formar personas, y simplificar el sistema tributario, con el objetivo de reducir los costos logísticos, mejorar la competitividad, reducir cargas administrativas y consolidar un modelo de desarrollo competitivo, inclusivo y sostenible para toda la provincia. “Este nuevo Plan –dijo Ziliotto- se apoya en la continuidad de políticas públicas que consolidaron el orden fiscal, el crecimiento productivo y la expansión del empleo en La Pampa.
Este “coloquio” tuvo su contraparte en el Coloquio de Idea que, organizado por empresarios en el hotel Sheraton de Mar del Plata, sirvió de plafón para lo que el gobierno distópico planea: la reforma laboral, que allí anunciaron los ministros de Economía, Luis Caputo y el de Modernización, Federico Sturzenegger, ratificando lo que había adelantado Milei en un encuentro similar en San Nicolás.
Con eso, lo que pretenden es la eliminación de las indemnizaciones por despido, sustituidas por un fondo de cese laboral; la creación de un banco de horas para compensar trabajo extra con tiempo libre; la posibilidad de pactar contratos en cualquier moneda, incluso dólares; y la flexibilización de las vacaciones, que quedaría en manos del empleador. Y si eso logran que los nuevos legisladores, los que se elijan el domingo, les aprueben, irán por más: la extensión de la jornada laboral a 13 horas, inspirada en el modelo griego.
En un coloquio y en otro, de vuelta Ziliotto demostró “mirá que distintos somos”.
De salida
Y para concluir, un breve panorama nacional, donde, más allá de las elecciones del domingo, el gobierno distópico de Milei está terminado. Será una cuestión de tiempo. No hay plan en la Argentina. Sólo se endeuda el país para que los articuladores puedan completar el ciclo de la bicicleta financiera. Nada más. Y es para eso que EE UU envía más y más dólares. Donald Trump pretende disimularlo diciendo algo totalmente ofensivo, pero ¿quién le va a decir algo?, que no tenemos dinero, que no tenemos nada, que estamos muriéndonos y que por eso nos asisten comprándonos carne de vaca; eso declaró, antes de sentarse a defecar, desde el avión, sobre los estados que se le oponen, al pasarlos por arriba. Es execrable el tipo.
La planificación financiera de nuestro país es ejecutada por operadores cercanos a los principales bancos y fondos de inversión de Wall Street, el equilibrio cambiario es determinado por las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos y el Ministro de Economía se exhibe incapaz de poder explicar lo que ocurrirá con la política económica el día de mañana.
Barry Bennett, lobbysta cercano a Trump, la versión siglo XXI del recordado embajador Spruille Braden, se reunió con Santiago Caputo para acomodarlo en una estrategia que tiene como objetivo transicionar la crisis política que se avecina post 26 de octubre con un gobierno que sume consensos para evitar su inevitable deterioro. También con Miguel Angel Pichetto, Rodrigo de Loredo y los inefables gobernadores que integran el espacio de Provincias Unidas, para hacerles cambiar su agenda de prioridades legislativas para que faciliten la extranjerización de Nucleoeléctrica Argentina S.A., la privatización de áreas clave de nuestra economía y asegurarse que la transición durante la crisis, tiene posibilidad de ser gestionada desde una política subordinada a los intereses norteamericanos.
La deuda bruta pública de la administración nacional al 30 de septiembre es de poco más de 454 mil millones de dólares, de los cuales casi 160 mil millones de dólares son títulos en pesos, de los que los bancos locales tienen el equivalente a 43 mil millones de dólares y el capital financiero de Manhattan (BlacRock, Vanguard, PIMCO, Franklin Templeton, Discovery Capital Management que dirige Robert Citrone y algunos otros) no menos de 35 mil millones de dólares. De ahí que estén tan apurados para que ingresen dólares al país (los que manda el Tesoro estadounidense) para cambiarlos por los títulos en pesos y mantener el precio de esa divisa. No es un problema de liquidez como dicen al unísono Caputo-Bausili- Bessent, en todo caso, el problema de liquidez es de ellos que necesitan dólares para desarmar posiciones e irse.
Terminado ese proceso y habiéndose asegurado dólares baratos, van a propiciar la devaluación de nuestra moneda para comprar por la mitad, lo que vale el doble. No solo se benefician con la estafa de la deuda, la ganancia extraordinaria por la diferencial entre la inflación y/o las tasas de interés en pesos con respecto al precio del dólar desde enero de 2024 a la fecha, sino que esa deuda ampliada y convertida en títulos en dólares, la van a cambiar, lo adelantó Scott Besent el secretario del tesoro yanqui, por uranio, tierras raras, petróleo, gas, cobre, litio, oro, plata, etc. etc. y hasta las empresas públicas.
El problema argentino es que quieren profundizar la reconversión de un país que crece en base a su demanda interna, en una mera factoría exportadora de productos primarios. Porque una cosa es la trama armada por el capital financiero de Manhattan (que tiene como operador al equipo de economía de este desgobierno) y otra la realidad de nuestro país, acuciado por un modelo rentista, con fuerte caída del consumo interno, la paralización de la obra pública, el aumento del cierre de empresas y de la desocupación y la pobreza.
Hoy, tener un trabajo ya no alcanza: más de 4,5 millones de ocupados no cubren la canasta básica. Desde la asunción de Milei, más de 169.000 asalariados registrado perdieron su trabajo. Tras el nuevo índice de inflación, una familia tipo necesitó casi $1.2 millones en septiembre para no ser pobre. Los salarios y jubilaciones perdieron hasta un 41% de poder adquisitivo y desde que el energúmeno es presidente, trabajadores y trabajadoras hemos perdido el equivalente a 2 meses de sueldo, en este país donde casi 300 mil personas pidieron el seguro de desempleo desde que Milei es presidente.
Nada de eso puede ser normal y mucho menos que un gobierno supedite su política exterior a los designios de una potencia declinante. Y no puede tomarse con normalidad que el presidente de una nación extranjera, vía la extorsión directa de "retirar la ayuda", nos diga a los argentinos lo que tenemos que votar.
Lo dramático es que nadie se pregunta de dónde saldrán los recursos para hacer frente a la suma de compromisos externos que continúan acumulándose. Cuidado con el voto, el peligro de que la Argentina termine siendo un Estado fallido, depende de lo que elijamos el domingo.