22/04/2025
GRACIAS MAMÁ
(En las Pascuas del 77, Norita saludó a su hijo por última vez, en la Terminal de Mar del Tuyú)
Y ahí está. Con todos los documentos. Con la búsqueda, y con años entre rondas, lágrimas, abrazos, jueces, y una lucha que fue trascendiendo todos los tiempos y que quebró al medio a la historia de nuestro país y del mundo. Norita. La mamá de Gustavo. La que luego de unas Pascuas en la Costa, saludó a su hijo cuando volvía de Mar del Tuyú. Fue la última vez que se vieron. La última vez que supo de él. Porque llegó -a los días nomás- ese 15 de abril del 77, y un grupo de tareas lo secuestró en Castelar. Y de Gustavo no se supo más nada.
Norita fue a la Catedral de Morón, a la comisaría, y no había respuestas. Le dijeron de unas mujeres en la Plaza, y hacia allá fue para caminar en esa ronda. Ni el terror la frenó. Ni el secuestro de tres de esas Madres que se reunían en la búsqueda de sus hijos y nietos. Ni el silencio cómplice de vecinos que la ignoraban. Ni siquiera la frenaron los monstruos que amenazaban. Porque ella, así chiquita como se la veía, pero enorme -como los milicos nunca pudieron ver- llegó a tocar la puerta de la Mansión Seré, de Atila, del ccd cercano a su casa, entre Morón y Castelar. Buscó una excusa, y tocó la puerta. Soñó con escuchar algo, prendió el oído, y con el coraje demasiado grande, volvió a entrar al predio.
Fue a Dolores años después -junto a otras Madres- para pedirle al juez Facio, funcional al genocidio, que identifique a los cadáveres que “aparecieron” en las playas de la Costa Atlántica. Y nada hicieron.
A su marido le dijeron que le “ate los pies” para que deje de andar por la calle. Y Norita siguió camino. Siempre.
Acá hay un pueblo que te sigue homenajeando, Norita. A vos, a semejante Mamá, a tan grande luchadora, a quien nos enseñó el significado de la Memoria, el verdadero sentido de la Verdad, y el reclamo permanente de Justicia. A quien nos sigue diciendo desde donde esté: Venceremos.
Ojalá algún día, encontremos a Gustavo, y te podamos devolver algo de todo lo que le diste a este pueblo, que jamás te va a olvidar, y que hoy sonríe cuando te piensa, te extraña, y te abraza.
