29/09/2024
El circo corrupto de la UNLaR va camino a la intervención federal
¿Cuándo se ha visto a un grupo de oportunistas actuar con tanta ligereza, tomando decisiones que destruyen los sueños de tanta gente, y todo esto de manera clandestina, entre gallos y medianoche?
Lo que está sucediendo en la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR) es un verdadero escándalo. A la cabeza de este circo corrupto está Natalia Álbarez Gómez, la politóloga que, en vez de enseñar sobre democracia y ampliación de derechos, está dándole cátedra a sus alumnos sobre cómo manipular el sistema democrático a su antojo, proscriptiva y manipuladoramente. Y no está sola. La acompaña una runfla de secuaces encabezada por "el jefe" Juan Luna Corzo, Ariel Martínez, ministro de Educación, y otros tantos que, en lugar de garantizar la transparencia de un proceso electoral vital para la comunidad universitaria, están haciendo lo imposible para entorpecerlo y teñirlo de una oscuridad corrupta, alevosa y vergonzosa.
Y la Junta Electoral General de la UNLaR, esa cueva de secuaces que se creen enviados divinos, como buenos laderos del dinero y las mañas, se limitan a seguir órdenes. Son los guardianes de la impunidad obsena que ha tomado el proceso electoral, esos que callan, bajan la cabeza y, cuando alguien les exige respuestas, se lavan las manos... niegan, niegan y vuelven a negar. Porque su trabajo no es velar por la democracia universitaria, es hacer lo que se les dice, sin cuestionar, sin remordimientos, porque son como autómatas.
Esto ya ha llegado demasiado lejos. La UNLaR es, en este momento, digna de una intervención federal. Y ejemplos sobran: en 1991, la Universidad Nacional de Tucumán fue intervenida tras una serie de conflictos graves en torno a sus elecciones internas. La inestabilidad política y económica de la provincia agravó los problemas en la universidad, al punto de requerir la intervención directa del gobierno nacional. Este caso se da en un contexto socio-económico-político idéntico al actual. Se temía que las irregularidades en el proceso electoral y la crisis económica local comprometieran gravemente la misión educativa de la institución. Las consecuencias fueron profundas, no sólo en términos de reorganización interna. También en la percepción pública de la autonomía universitaria, tal como es menester en este momento en nuestra provincia.
¿Cuánto más se va a seguir permitiendo que esta mafia universitaria pisotee los derechos de estudiantes, docentes y personal administrativo? Es hora de que alguien con autoridad superior tome las riendas de este asunto. Porque la politóloga, Luna Corzo, Martínez y los cinco nodocentes de la agrupación Atencio y toda su pandilla de planes sociales no van a parar hasta dejar esta universidad en ruinas, si es que no lo han hecho ya.
Lo que estamos viendo es la decadencia absoluta de una universidad y su sistema que, bajo una actual conducción negligente, ha perdido su rumbo, ya que los órganos de cogobierno han dejado de funcionar. Y mientras tanto, la comunidad universitaria mira con impotencia cómo sus derechos son transgredidos una y otra vez. Esto es un atropello a la democracia, un desprecio total por la educación pública, y un ejemplo trágico de lo que sucede cuando los intereses personales y la ambición desmedida toman control de una institución que debería estar al servicio del conocimiento y del bien común.
UNLaR Juan Luna Corzo