09/10/2025
En física cuántica, una partícula puede desaparecer... pero sus propiedades pueden permanecer.
Conoce al "gato de Cheshire cuántico".
En el extraño mundo de la mecánica cuántica, las partículas no siempre se quedan donde uno esperaría, ni siquiera dentro de sí mismas.
Descubre el gato de Cheshire cuántico, un fenómeno alucinante en el que una partícula, como un fotón, y una de sus propiedades, como la polarización, pueden tomar caminos separados a través del espacio.
Demostrado por primera vez en 2013, los investigadores utilizaron una combinación de mediciones débiles e interferometría para demostrar que un fotón podía viajar por un brazo de un experimento mientras que su polarización (su "sonrisa") aparecía en otro. No es solo poético: experimentos posteriores con fotones y neutrones lo han respaldado con datos.
Este fenómeno solo es posible mediante la delicada combinación de preselección y poselección, que permite a los científicos medir con precisión aspectos de un sistema cuántico sin colapsarlo por completo. Estas configuraciones revelan posibilidades insólitas, como el flujo de momento angular sin masa o la aparición de propiedades donde la partícula no está.
El gato de Cheshire cuántico quizá no impulse la tecnología del futuro, pero sirve como un ejemplo teórico sobre la naturaleza misma de la realidad cuántica. Es un ejemplo lúdico, desconcertante y muy real de cómo la física cuántica rompe con la lógica clásica, y nos recuerda que, en el mundo cuántico, incluso una desaparición puede dejar algo atrás.
Fuente: Physics World (2014). Cada vez más curioso: el gato de Cheshire cuántico.