02/07/2025
HISTÓRICO‼️SACERDOTE CELEBRA LA MISA EN EL EVEREST "EL TECHO DEL MUNDO"🌎
El Párroco Ninian Doohan, de 44 años, alzó un cáliz durante una Misa celebrada a 5.364 metros de altura en el campamento base del Monte Everest, en el valle de Khumbu, usando una piedra tallada como altar.
La liturgia —Missa pro Pace, la “Misa por la Paz”— coronó un ascenso de ocho días desde Lukla, en cumplimiento de la promesa que hizo al guía sherpa Gele Bishokarma cuando lo bautizó en la iglesia de San Patricio en Edimburgo el día de Navidad de 2023, diciéndole que “lo encontraría en su propia tierra natal”. El sacerdote añadió: “Me gustaría ayudar a la Iglesia allí..., al menos para ver nuestra fe católica vivida en el punto más alto de la Tierra”.
El P. Doohan, sacerdote de la Diócesis de Dunkeld (Escocia), llegó a Nepal el 2 de mayo, llevando suministros médicos para la iglesia de San Ignacio en Katmandú, y luego partió con Bishokarma y un pequeño equipo de porteadores o cargadores hacia el campamento base del Everest — 6.400 metros más alto que el Ben Nevis de Escocia.
“El cielo ha vuelto a descender a la Tierra en su punto más alto”, dijo a los demás escaladores durante la Misa en el campamento base. “Ciertamente es la primera Santa Misa aquí en el naciente pontificado del Papa León XIV”.
El altar que usó el P. Doohan fue tallado por uno de los porteadores, que resultó ser hindú, por lo que este fue un momento evangelizador para el porteador, quien recibió una explicación de uno de sus compatriotas sobre el significado del altar.
En una población de 29 millones en Nepal, los católicos suman unos 8.000, o el 0.03% de la población. Sin embargo, este número está creciendo.
El P. Doohan también pudo bendecir a las aproximadamente 20 personas presentes en la Misa con reliquias que llevó consigo hasta la cima.
La caminata estuvo lejos de ser fácil, admitió el P. Doohan. Incluso los escaladores más aptos descubren sus límites en el Everest, tu “cuerpo está limitado por todos los elementos posibles”, dijo. Estos incluyen el aire enrarecido, el frío brutal, los músculos doloridos y la amenaza constante del mal de altura. A veces es simplemente “un pie delante del otro”. Pero dijo que hay “un sentido de gratitud, en medio del agotamiento”.
El P. Doohan llevó su sotana durante todo el trayecto, un recordatorio encarnado de que la escalada era una peregrinación, no sólo una hazaña deportiva.
Antes de su llegada, en casa, los feligreses lanzaron una página de “JustGiving” para recaudar 750 libras (unos 1.000 dólares) para la misión jesuita de San Ignacio, que dirige clínicas móviles y una escuela para niños con necesidades especiales. Las donaciones superaron las 5.000 libras (unos 6.700 dólars) antes de que el P. Doohan siquiera llegara al “techo del mundo”.
El P. Doohan también bromea diciendo que agradece a Dios, pero además agradece a la perra que le dio cachorros, los cuales pudo vender a sus feligreses para pagar su vuelo, ya que los sacerdotes en Escocia viven una vida de lo que un sacerdote describe como “pobreza distinguida”.
Fuente ACI Prensa