11/09/2023
En 1596, Sir John Harrington cambió el juego en el mundo de la eliminación de residuos al inventar el primer inodoro moderno con sistema de descarga. Este inodoro contaba con un depósito de agua y un mecanismo de descarga, y hasta la mismísima Reina Isabel I, madrina de Harrington, tuvo uno. Sin embargo, se necesitaron unos 250 años para que esta innovación se popularizara. Antes de eso, la gente en la Europa medieval solía utilizar hoyos en el suelo, letrinas comunitarias o cámaras portátiles para sus necesidades básicas.
Si eras lo suficientemente afortunado como para ser rico, tal vez tendrías el lujo de utilizar un "garderobe", un término tomado del francés que significa "guardar la ropa". Estas pequeñas habitaciones eran extensiones de los castillos medievales y presentaban un conducto vertical de residuos que terminaba en el nivel del suelo. A menudo, era tarea de los soldados o sirvientes de menor rango verter cubos de agua por este conducto, esencialmente haciendo una descarga manual del sistema.
La palabra "garderobe" tiene un origen práctico: las personas colgaban sus prendas en el conducto, donde el amoníaco del orín humano ayudaba a eliminar las pulgas.
Curiosamente, estos conductos verticales a veces se convertían en puntos de entrada para caballeros audaces que buscaban infiltrarse en el castillo. La historia incluso registra a varias personas prominentes que encontraron su fin mientras estaban en el trono, como el Rey Edmundo II de Inglaterra, Jaromír de Bohemia, Godfrey IV de Baja Lorena, Wenceslao III de Bohemia y el samurái japonés Uesugi Kenshin.