30/07/2025
| Una familia destrozada, una comunidad conmocionada y una justicia que apenas empieza a actuar. Así se resume el drama que enluta a Manizales y al Eje Cafetero tras el as*****to de Antonella López Torres, una pequeña que estaba a punto de cumplir tres años y que, según las autoridades, fue atacada por su propia madre el pasado fin de semana en un apartamento del barrio San Sebastián.
Juan Camilo, padre de Antonella, rompió el silencio. Desde su casa, entre lágrimas y con la voz entrecortada, habló por primera vez sobre lo que ha sido este doloroso episodio. En diálogo exclusivo con medios locales, aseguró que lo ocurrido fue una forma de venganza en su contra. “La niña era mi vida, yo la amaba con el alma, y eso fue lo que ella destruyó”, manifestó.
Una historia marcada por el dolor
Según el relato del padre, la relación con la madre de Antonella comenzó como una historia de amor, pero con el tiempo se tornó en una convivencia conflictiva. Pese a los altibajos, él intentó sostener la relación por el bienestar de su hija. “Vendí mi moto para hacerle un baby shower hermoso, iba caminando al Sena solo para poder darle plata para los pasajes y las vitaminas del embarazo. Todo lo hice por ellas”.
Sin embargo, su vínculo se fue deteriorando. “Siempre me costó ver a mi hija, tenía que rogar para estar con ella, para jugar con ella, para hacerle videollamadas. Me humillaron muchas veces. Pero aguanté todo porque Antonella lo valía”.
El padre aseguró que la mujer lo manipulaba emocionalmente, le decía que no lo amaba y le hablaba de otros hombres para hacerlo sufrir. “Sabía que lo único que podía matarme en vida era mi hija… y lo hizo”.
El proceso judicial
La mujer señalada, de apenas 19 años, fue capturada tras autolesionarse. Según las autoridades, le habría causado una herida mortal a la pequeña en el cuello, y luego intentó quitarse la vida. La intervención de la Policía evitó que vecinos enfurecidos la lincharan en el lugar de los hechos. Fue llevada a la clínica Ospedale, donde se determinó que sus lesiones no eran graves.
Posteriormente, fue judicializada por el delito de homicidio agravado. Aunque la Fiscalía solicitó su detención en centro carcelario, la defensa anunció que buscará declarar su inimputabilidad, argumentando que la joven sufría de depresión y tenía antecedentes de intentos de suicidio, respaldados por cartas de despedida encontradas en el lugar.
De ser hallada inimputable, podría enfrentar una reclusión máxima de 20 años en una institución mental como la clínica San Juan de Dios. Sin embargo, si se demuestra recuperación, podría recobrar su libertad en menos tiempo.
Una comunidad dolida
El dolor no es solo familiar. En San Sebastián, vecinos y líderes comunitarios también han alzado su voz. “Esto nos ha partido el alma. No hay derecho. Era un angelito. Nadie tiene derecho a hacerle daño a un niño”, expresó un edil de la comuna. En el barrio se han organizado velatones y homenajes, mientras que líderes sociales hacen un llamado urgente a fortalecer el cuidado a la infancia.
“No más atropellos contra nuestros niños. Tenemos que protegerlos, amarlos, escucharlos. Como padres, madres, hermanos, vecinos… todos tenemos esa responsabilidad”, fue el clamor de un integrante de la Junta de Acción Comunal.
Mientras avanza el proceso judicial, el nombre de Antonella se convierte en símbolo de una tragedia que pudo evitarse. Su padre, en medio del dolor, pide justicia: “No siento odio, solo tristeza. Ella no merecía esto. Solo quiero que mi hija no sea olvidada”.