
12/06/2025
*Formar seres humanos de bien es una responsabilidad profunda, no una tarea ligera.*
Hoy más que nunca, necesitamos detenernos y reflexionar sobre cómo estamos educando a nuestros niños y jóvenes. En una sociedad que ha cambiado tanto, los valores, los principios y la forma de corregir también parecen haberse transformado.
Vivimos en tiempos donde llamar la atención, poner límites o decir “esto no está bien” muchas veces es señalado como violencia o rechazo. Pero, ¿realmente estamos ayudando a las nuevas generaciones cuando confundimos el respeto con la permisividad? ¿Estamos guiando, o simplemente evitando el conflicto por miedo a herir?
No se trata de imponer con dureza ni de criar desde el autoritarismo. Se trata de encontrar el equilibrio entre el amor firme y la guía clara. Porque si seguimos temiendo educar, si seguimos cediendo ante cada queja o evitando cada corrección, corremos el riesgo de criar generaciones frágiles, que no sepan enfrentar la vida con responsabilidad ni con criterio.
Los niños y jóvenes necesitan contención, guía, límites, valores.
Necesitan adultos presentes, coherentes, comprometidos con su desarrollo, no con su aprobación.
No perdamos de vista que la educación en el hogar sigue siendo el pilar más importante. Y que formar a un ser humano íntegro requiere más que afecto: requiere ejemplo, dirección y mucho amor con propósito.
Es tiempo de despertar, de cuestionar y de actuar. El futuro se forma en el presente.
*"Sígueme o Dale Like"* de