12/07/2025
CONFIRMAN SU MU€RT€ EN LA MADRUGADA DE ESTE SÁBADO.(12:02 a.m, 12 julio 2025, en la clínica Adelita de Char de Barranquilla).
UN DISP∆RO, UNA VID∆, UN P∆NFL€TO: LA V¡0LENCIA NO DA TR€GUA EN BARRANQUILLA.
La tarde del jueves 10 de julio parecía transcurrir con normalidad en el barrio La Paz de Barranquilla. El sol golpeaba con fuerza, como de costumbre, y el restaurante Arroz Paisa, en la carrera 13 con calle 108, comenzaba a recibir comensales en busca de un almuerzo caliente. Tiempo después, en cuestión de segundos, la cotidianidad fue interrumpida por el estruendo de un disp∆r0. Luego, el silencio. El desconcierto. El mi€d0.
ADALUZ PÉREZ SANTANA, de apenas 27 años, cayó h€rid∆ dentro del establecimiento. Había llegado desde Plato, Magdalena, con la esperanza de forjar un nuevo camino. Llevaba apenas poco tiempo trabajando en el restaurante cuando la v¡0lencia le arr€bató la vida. Su mu€rt€, confirmada en la madrugada del sábado 12 de julio, es una de esas noticias que duelen porque encierra una vida truncada, un sueño migrante, una víct¡m∆ que apenas comenzaba.
El agr€s0r, según el informe preliminar de la Policía Metropolitana, actuó con fr¡. Ingresó arm∆do al local, disparó directamente contra Adaluz y, según el vídeo de la cámara de seguridad, tenía intención de atacar también al administrador. No lo logró.
Huyó, pero antes de desaparecer dejó caer un p∆nfl€to con mensajes alusivos a la €xt0rs¡ón. Una am€n∆za disfrazada de advertencia. Un cr¡m€n que parece encajar en el oscuro entramado de las redes €xt0rsivas que acechan al comercio Barranquillero.
La comunidad del barrio La Paz, aunque ya habituada a convivir con la zozobra, no se acostumbra al dolor. “Ella era muy callada, pero educada y trabajadora”, dijo una vecina que la había visto entrar y salir del local en los últimos días. “No era justo, no tenía nada que ver en eso”.
Las autoridades, por su parte, no descartan que el at∆que haya sido una adv€rtenc¡a dirigida al dueño del restaurante. Una forma de pres¡0nar, de infundir m¡€do. La mujer terminó siendo el rostro visible de una am€n∆za invisible que ya ha cobrado demasiadas vidas.
Mientras avanzan las investigaciones, en Plato, su pueblo natal, una familia llora. Barranquilla vuelve a contar una historia que se repite con dolorosa frecuencia: la de una joven que solo buscaba trabajar y que terminó convertida en una víct¡ma más del cr¡m€n que no da tregua.