
17/07/2025
A menudo, comparar la vida con un camino oscuro donde fácilmente tropezamos no es difícil de visualizar. Físicamente, esta idea resuena con claridad, pero en lo espiritual, muchas veces rechazamos esta sabiduría, como si pudiéramos negar la oscuridad que nos rodea.
Imagínate en un sendero sin luz, donde cada negación de la verdad de Dios es un paso más en la negrura de la noche. Sin embargo, no estamos condenados a vagar en penumbras perpetuas. Existe una luz esperanzadora, una guía fiable que promete iluminar nuestro andar: la Palabra de Dios.
La sabiduría divina nos revela que, al igual que el alba que despunta en el horizonte, nuestro camino puede ser iluminado por la luz de la Escritura. Es un resplandor que no solo disipa las sombras, sino que se intensifica con cada paso que damos en esta travesía de fe. La Palabra se convierte en ese farol que nos guía y embellece nuestro peregrinar con su claridad creciente.
Así como la luz del amanecer se fortalece con el correr de las horas, tu vida se puede llenar de una luminosidad que crece y embellece cada decisión, cada acción. En este viaje que es la vida, sé sabia y lleva siempre contigo la antorcha de la verdad de Dios para que tu camino esté siempre iluminado.