
31/07/2025
Firmó con Nacional y se volvió viral... pero él se devolvió en metro como cualquier día. Así es Daniel Muñoz.
Daniel Muñoz, o "Chiti", como le dicen con cariño sus allegados, no nació en Bello, pero lo lleva en el corazón. Cuenta que no le gusta tomar licor; se considera una persona sana y creyente.
En la entrevista "Dialogando de la vida con el hincha en la cancha", compartió una de las anécdotas más significativas de su vida: cómo llegó a Atlético Nacional, uno de los clubes más importantes del país.
La describe como una historia muy bonita, contada con el corazón de un atleta de alto rendimiento. Relata lo que fue el camino hacia uno de sus grandes sueños: jugar en el club de sus amores.
El día que fue a firmar contrato con Nacional, cuenta que tomó el metro como de costumbre. Llegó a Itagüí y firmó el contrato acompañado de una réplica de la imponente Copa Libertadores, la cual apareció en la fotografía oficial que el club publicó en sus redes sociales: Daniel firmando, y al lado, la Copa.
En la sede le ofrecieron pedirle un carro para llevarlo a su casa, pero él respondió que no, que prefería devolverse en metro, y en Niquía tomar el bus que lo subía hasta su casa. No dimensionaba aún que su vida acababa de cambiar. Así lo hizo: tomó el metro, le tocó sentado, y emprendió su regreso hacia la estación Niquía.
Cuenta que, ya en el metro, iba con sus audífonos puestos, tranquilo, pero empezó a notar que la gente lo miraba con curiosidad. Nacional ya había anunciado su fichaje, y su foto con la Copa Libertadores se estaba haciendo viral. “Yo me hacía el bobo, como si no fuera conmigo”, recuerda. “La verdad, no dimensionaba lo que acababa de hacer. Ni yo me las creía... había firmado con Nacional". Es como cuando cumples tus sueños y no te las crees.
Al llegar a casa lo esperaban su papá, su mamá, su esposa, su hijo, su abuela y su tía. Su círculo más cercano. Su mamá y su esposa estaban llorando. “No las creíamos”, dice. “Esto es algo bonito para recordar”.
Años después, Daniel se tatuó el metro en la estación Niquía. No por estética, sino porque ese fue el momento en que entendió que todo había valido la pena. Un símbolo de lo que marcó su vida.
Realmente, el pibe del barrio. El que sí regresó. El que lleva sus orígenes marcados en la piel.
No todos los días alguien se tatúa su punto de partida. Daniel no olvida de dónde salió, y por eso Bello tampoco lo olvida a él.