06/09/2025
Paila
Al2 "El Aldeano" : ¿De voz insurgente a propagandista político?
En el Hip Hop Conciencia #47, AL2 junto a DJ Figu deja ver una transformación peligrosa: el rap que alguna vez fue la voz del barrio ahora se siente como propaganda política alineada a los intereses de Estados Unidos.
No es casualidad. Documentos clasificados, filtrados hace algunos años, confirmaron que Estados Unidos financió programas culturales en Cuba para incidir en la juventud, usando el rap como caballo de Troya. Un rumor —pero que encaja con los hechos— sostiene que AL2 y otros artistas fueron invitados a eventos en países como Holanda, donde se reunieron con supuestos agentes de inteligencia que los “formaban” en discurso anti-régimen y llegaron a acuerdos. Lo cierto es que, poco después, vino su salida de Cuba y su asilo político en territorios que, paradójicamente, eran patrocinadores de esa agenda.
Hoy AL2 no parece confundido ni ingenuo. Parece plenamente consciente de ser un propagandista de Estados Unidos. Su indignación es selectiva: dispara contra Chávez y Maduro —dictadores que merecen ser señalados—, pero guarda silencio frente a Netanyahu y la masacre en Gaza, frente a Uribe y los 6.402 falsos positivos, frente a Bolsonaro y sus crímenes contra la Amazonía y los pueblos originarios, o si nos vamos a ejemplos recientes la polémica de los Milei que se quedaban con el 3% del presupuesto de las medicinas para discapacitados. Ni contra Bukele que amañó las leyes para reelegirse y perpetuarse en el poder… tal cual como hicieron Chávez y Uribe.
La lógica de su discurso es tan superficial que decepciona: reducir todo a un trauma con el “fantasma comunista”, como si no existieran modelos políticos distintos a la extrema derecha o al populismo autoritario. Como si el poder popular no pudiera expresarse en formas democráticas reales. Como si la única opción para los pueblos fuera resignarse a las elites que él, inconscientemente, defiende con sus omisiones.
Hoy el presidente de Colombia dice no a la intervención militar en Venezuela y AL2 lo caricaturiza como complicidad. Como si decir “no queremos bombas en nuestras fronteras” fuera alinearse con una dictadura. No, es simplemente lógica humana: nadie quiere la guerra al lado de su casa, porque todos sabemos que la guerra no trae democracia, trae hambre, ruina y cementerios. Por eso hasta el líder opositor Henrique Capriles se opuso a dicha intervención.
Si Al2 quiere hablar de nuestro país le dejamos datos: Durante toda nuestra vida fuimos gobernados por presidentes de derecha que, de la mano de Washington, sembraron el país de cementerios. Más de 600.000 mu***os, 4 millones de desplazados, un partido político exterminado con 5.000 militantes asesinados, 5 candidatos presidenciales acribillados y poblaciones borradas del mapa.
El problema no es que AL2 critique a Maduro —eso es válido y necesario—, sino que lo haga desde un discurso mutilado, donde los crímenes de USA son invisibles. Esa es la esencia de la propaganda: decir medias verdades para fabricar consentimiento. Y AL2 parece haberlo asumido, consciente de su papel en esa maquinaria.
Lo que decepciona no es sólo su silencio sobre el estallido social en Colombia donde jóvenes que usaban sus canciones como himnos fueron asesinados, ni su omisión sobre las masacres de Israel o la violencia paramilitar. Lo que decepciona es saber que un gran artista esté en esa posición.
El rap conciencia nunca fue neutro: nació para liberar, no para encadenar. Y cuando un rapero abraza la propaganda, no es un error ingenuo: es una traición consciente.
