
09/05/2025
GERMÁN QUINTANA BLANCO: EL NIÑO QUE SE PERDIÓ EN LOS LAGOS DE COVADONGA EN 1987 Y CUYA DESAPARICIÓN COSTÓ LA VIDA DE SIETE PERSONAS
Es otra desaparición misteriosa y de la que jamás se halló rastro alguno. Ocurrió hace ya muchos años. Concretamente el 7 de junio 1987. Germán Quintana Blanco fue a una excursión a la montaña con los compañeros de colegio en el que estudiaba.
En un momento dado de la expedición, un grupo propuso subir al Mirador de Ordiales, un balcón natural con impresionantes vistas al Valle de Angón. Las crónicas de la época no dejan claro si Germán se apuntó en el último momento y comenzó la ascensión ya rezagado o si se descolgó una vez comenzada. Sí parece fiable el testimonio de un montañero que aseguró haberlo visto sentado bajo un árbol, tranquilo, probablemente descansando, solo.
Cuando el grupo que había acometido la ascensión regresó al punto de partida se hizo un recuento. Faltaba un niño. Los responsables de la excursión se percataron de la ausencia de Germán sobre las 14.30 horas, a la vez que en las montañas se desataba una brusca tormenta.
El día primaveral se transformó de repente en invernal. A la lluvia se unió una espesa niebla que dificultó la visibilidad y el termómetro bajó de 20 grados y pico a cero. Germán sólo llevaba una camiseta, un jersey fino y una toalla; nada de comida. Se le buscó toda la noche con silbatos y perros pese al temporal, que arreció muy fuerte en la cornisa cantábrica los días siguientes provocando el naufragio de varias embarcaciones y otro desaparecido en la costa de Vizcaya.
Fue también la densa niebla la responsable de que la tragedia de la desaparición del menor se transformara en otra aún mayor. A la búsqueda se unieron un helicóptero y el Grupo del Perro de Salvamento de la Ertzaina, el único equipo canino de búsqueda de personas que había entonces en España.
En el quinto día de batida, sobre las 15.30 horas, las condiciones metereológicas hicieron imposible proseguir y los ocho miembros del grupo echaron a suerte quién regresaba a Cangas de Onís en el helicóptero y a quien le tocaba una tediosa vuelta en coche. Nada más despegar, el aparato se estrelló. En él viajaban siete personas -los cuatro guías caninos que habían ganado el sorteo, el piloto, el mecánico y el responsable técnico de Protección Civil de Asturias- y los cuatro perros de rescate. Todos fallecieron en el acto. Entre ellos estaba Lourdes Verdes, madre de la presentadora Anne Igartiburu, quien tenía 18 años entonces.
La desaparición del pequeño provocó un vuelco en la vida de la familia Quintana Blanco, que abandonó para siempre su tierra asturiana. Vendieron todos sus bienes, incluido el restaurante de su propiedad y se marcharon a la otra punta de España. Su destino fue Fuengirola, donde reside en la actualidad la madre del pequeño. El padre falleció hace ya unos años. La progenitora sigue muy afectada por una desaparición que jamás se resolvió y cuyo enigma sigue envolviendo la hipotética suerte que correría su hijo, del que nunca se encontró rastro alguno.
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