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Que así sea 🙏🏻
15/10/2025

Que así sea 🙏🏻

📸✨ Hoy quiero contarles una historia que no solo capturé con mi cámara… también con el corazón.Como fotógrafo, siempre b...
15/10/2025

📸✨ Hoy quiero contarles una historia que no solo capturé con mi cámara… también con el corazón.
Como fotógrafo, siempre busco esos instantes que hablan por sí solos, pero aquel día, en medio del campo, la vida me regaló algo mucho más profundo que una simple imagen. 🌾

Frente a mí estaban dos niñas con su atuendo tradicional, riendo bajo el sol, con la inocencia más pura y la nobleza más genuina que he visto. Mientras preparaba mi cámara, ellas no posaban… simplemente eran. Su mirada llevaba la fuerza de la tierra y la dulzura de una infancia libre.

No necesité filtros ni retoques, porque cuando el alma está presente, la belleza auténtica brilla sola. Cada detalle —sus trenzas, sus vestidos sencillos, sus pies descalzos— contaba una historia silenciosa, pero poderosa: una historia de amor por la vida misma. ✨

Al presionar el obturador, supe que no estaba tomando una simple foto… estaba guardando un pedacito de eternidad. Aquella imagen se convirtió en un retrato del amor en su forma más pura: el que nace entre risas, trabajo y esperanza. 🌻

Desde entonces, cada vez que miro esa fotografía, siento que esas niñas representan algo mucho más grande: la esencia de nuestras raíces, la dignidad del campo y la fuerza invisible que sostiene la vida. Esa foto no solo es un recuerdo; es un símbolo de lo que somos y de lo que jamás debemos olvidar. ❤️

Hoy la comparto con ustedes, no como un fotógrafo que presume su trabajo, sino como un ser humano agradecido por haber sido testigo de un milagro cotidiano. Porque a veces, el lente no enfoca solo rostros… también captura almas. 📷✨

🌿✨ Hoy quiero contarles algo que me llena de un orgullo inmenso y de una emoción difícil de poner en palabras. Mi mamá, ...
15/10/2025

🌿✨ Hoy quiero contarles algo que me llena de un orgullo inmenso y de una emoción difícil de poner en palabras. Mi mamá, una mujer del campo, acaba de cumplir nada menos que 103 años de vida. ¡Sí, 103 años! 🎉
Cada arruga en su rostro es un mapa de historia, fuerza, sacrificio y amor por la tierra que siempre la acompañó.

El secreto de su larga vida no está en medicinas costosas ni en fórmulas milagrosas, sino en algo mucho más sencillo y poderoso: la buena alimentación que nos da el campo. Toda su vida se ha nutrido de papas, choclos, habas, hierbas frescas y todo lo que la chacra produce con tanto cariño. 🌽🥔🍃
Esa comida natural ha sido su medicina, su escudo y su energía.

Crecí viendo cómo trabajaba la tierra con sus propias manos, sin quejarse, con paciencia, amor y gratitud. Y hoy, a sus 103 años, sigue con la misma mirada firme y serena, con la mente clara y el corazón fuerte. Ella es la prueba viva de que una vida sencilla y cercana a la naturaleza puede ser larga, plena y feliz. 🌾💚

Por eso, hoy que celebramos su cumpleaños, quiero pedirles algo muy especial:
🎁 Regánenle un saludo, unas palabras bonitas, un abrazo escrito.
Estoy seguro de que cada mensaje llegará directo a su corazón y hará de este día un recuerdo inolvidable.

Gracias por acompañarnos en este momento tan especial.
La vida de mi madre es un recordatorio de que la naturaleza, el trabajo honesto y la buena alimentación son la base de una existencia fuerte y llena de luz. 🌟

Esa frase tiene una fuerza emocional muy profunda 💔.Aquí tienes algunas formas de expresarla con más impacto, manteniend...
15/10/2025

Esa frase tiene una fuerza emocional muy profunda 💔.
Aquí tienes algunas formas de expresarla con más impacto, manteniendo tu sentimiento original:

✨ “Lo hice con mis propias manos… con amor, con ilusión. Y duele… duele cuando nadie ve el valor que lleva mi corazón en cada detalle.”

🌿 “Puse mi alma en esto, y aunque para muchos solo sea un objeto… para mí es un pedacito de sueños. Lo desgarrador no es que no lo compren, sino que no lo vean.”

🥀 “Lo construí con paciencia, con fe… y el silencio de quienes pasan sin mirar es más fuerte que cualquier palabra.”

💔 “Cuando haces algo con el corazón, esperas que al menos alguien lo note. Lo más duro no es el esfuerzo… es la indiferencia.”

💔🙏🏻 Qué palabras tan llenas de amor y de dolor… perder a una hija es una herida que no se cierra, y cuidar a los nietos ...
15/10/2025

💔🙏🏻 Qué palabras tan llenas de amor y de dolor… perder a una hija es una herida que no se cierra, y cuidar a los nietos que ella dejó es un acto inmenso de fortaleza y amor.

Aquí tienes algunas formas suaves y sentidas de expresar ese mensaje si quieres compartirlo públicamente:

🌿 “Mi hija partió al cielo y nos dejó el regalo más grande: mis nietos. 💔❤️ Cada día es un recordatorio de su amor. Agradecería que nos tengan en sus oraciones y nos envíen su bendición. 🙏🏻🥹”

🕊️ “Hoy mi corazón llora por mi hija, pero también late fuerte por mis nietos, que son su luz en medio de esta oscuridad. Les pido sus bendiciones y oraciones para seguir adelante. ❤️🙏🏻”

✨ “Ella ya no está conmigo… pero su amor vive en los ojos de mis nietos. 🥹 Les pido con humildad una bendición para ellos, para que crezcan rodeados de fuerza y amor. 💔🙏🏻”

El es mi hijo, verdad que es hermoso. 🥺❤
15/10/2025

El es mi hijo, verdad que es hermoso. 🥺❤

Hoy cumplo 18 años y llegué a la adultez. Mis padres no están conmigo, tendré que afrontar la vida sola y eso me da much...
15/10/2025

Hoy cumplo 18 años y llegué a la adultez. Mis padres no están conmigo, tendré que afrontar la vida sola y eso me da mucho miedo, pero se que mis padres desde el cielo estarán conmigo. 😭😢🎂🎂❤️🙏🏻

«Es mi hijo. Mi único hijo. Mi héroe».Don Antonio crió a su hijo solo.No fue fácil — pero nunca se quejó.Siempre repetía...
15/10/2025

«Es mi hijo. Mi único hijo. Mi héroe».

Don Antonio crió a su hijo solo.

No fue fácil — pero nunca se quejó.

Siempre repetía:

«Lo más importante es que crezca siendo una buena persona».

Y lo logró.

Javier, 20 años, bombero.

Siempre el primero en acudir, el último en retirarse.

Su corazón era más grande que su uniforme.

Ese día, había un niño y una anciana dentro del edificio.

Javier entró sin dudarlo.

Sacó al niño, luego a la mujer.

Pero cuando volvió por última vez...

El techo se derrumbó.

Lo golpeó. Perdió el conocimiento.

Ahora está en una cama de hospital.

No habla. No abre los ojos.

Pero su padre no se mueve de su lado.

«Cuando era pequeño, se dormía en mis brazos.

Hoy le sostengo la mano y le susurro:

“Hijo, vuelve. Te lo ruego, no te vayas.”»

Esto no es una petición de ayuda.

Es el grito silencioso de un padre al mundo:

«¿Queda alguien que recuerde a mi hijo?»

Comparte esta historia.

Que llegue allí donde aún queda esperanza.

Por Javier. Por su padre.

Por todos los que se entregan a los demás — casi siempre en silencio.

Yo abandoné a mi madre en un geriátrico… pero cuando quedé en coma, ella estuvo todos los días a mi lado.Siempre creí qu...
15/10/2025

Yo abandoné a mi madre en un geriátrico… pero cuando quedé en coma, ella estuvo todos los días a mi lado.

Siempre creí que había tomado la decisión correcta. Mamá ya no podía valerse por sí misma, y yo tenía mi carrera, mi familia, mis responsabilidades. El geriátrico San Rafael era uno de los mejores de la ciudad, me repetía cada vez que la culpa me carcomía por dentro.

—Mira, mamá, tiene jardín y todo —le dije el día que la llevé, fingiendo entusiasmo—. Vas a estar muy bien cuidada aquí.

Ella solo me miró con esos ojos grises que ya no brillaban como antes.

—Está bien, hijo. Haz lo que tengas que hacer —murmuró, apretando mi mano con sus dedos arrugados.

Esa fue la última conversación real que tuvimos antes del accidente.

Al principio la visitaba los domingos. Después, cada quince días. Luego, solo en su cumpleaños y Navidad. Siempre tenía una excusa: una reunión importante, un viaje de trabajo, los niños estaban enfermos. La verdad es que no soportaba verla ahí, disminuida, dependiente. No era la mujer fuerte que me había criado sola después de que papá nos abandonara.

—¿Cuándo va a venir Miguel? —le preguntaba a las enfermeras cada vez que llamaba por teléfono.

—Su mamá pregunta mucho por usted, señor Herrera —me decía la directora del lugar—. Tal vez podría...

—Sí, sí, pronto voy —respondía siempre, colgando rápido.

Pero "pronto" nunca llegaba.

El día del accidente, iba manejando de regreso de una cena de trabajo. Había bebido demasiado, aunque jamás lo admití ante nadie. La lluvia hacía que las luces de la ciudad se difuminaran como acuarelas. Lo último que recuerdo es el sonido del metal retorciéndose y después, nada.

Desperté tres meses después.

Lo primero que vi fue su rostro. Mamá estaba sentada junto a mi cama, más envejecida, más frágil, pero ahí. Sus manos sostenían las mías con una ternura que había olvidado que existía.

—Ay, mi niño —susurró cuando abrí los ojos—. Ya sabía yo que ibas a despertar.

—Mamá... ¿cómo...? ¿Qué haces aquí? —balbuceé con dificultad.

—¿Dónde más iba a estar? —me sonrió, y por un momento volvió a ser la mujer que me consolaba cuando tenía pesadillas.

Más tarde me enteré de toda la historia por mi esposa Carmen, quien llegó minutos después de que yo despertara.

—Tu mamá ha estado aquí todos los días —me explicó con lágrimas en los ojos—. Desde el primer día. Las enfermeras del geriátrico tuvieron que hacer turnos especiales para traerla porque ella se negaba a irse.

—Pero... ¿cómo paga el transporte? —pregunté, confundido.

—Vendió sus pocas joyas, Miguel. Su anillo de bodas, los aretes que le regaló tu abuela. Todo lo que tenía de valor. Decía que era su deber estar contigo —Carmen se quebró—. Yo le ofrecí ayuda, pero se negó. "Es mi hijo", me decía. "Es mi responsabilidad".

Me volteé hacia mamá, quien había vuelto a tomar su lugar junto a mi cama.

—Mamá... perdóname —logré decir entre lágrimas.

—¿Perdonarte qué, mi amor? —me acarició la frente como cuando era niño—. Los hijos crecen y hacen su vida. Yo lo entendía.

—No, no lo entendías. Te abandoné. Te dejé sola y...

—Shh... —me interrumpió suavemente—. Eso ya no importa. Lo único que importa es que estás aquí, que estás bien.

—Pero yo nunca estuve cuando tú me necesitabas.

Ella se quedó en silencio un momento, mirando por la ventana del hospital.

—¿Sabes qué pensaba todos estos días mientras te veía dormir? —me preguntó finalmente—. Pensaba en cuando eras pequeño y te daba miedo la oscuridad. Yo me quedaba despierta toda la noche, solo para que supieras que no estabas solo. Un hijo nunca deja de ser hijo, Miguel. Y una madre nunca deja de ser madre.

Lloré como no había llorado desde la infancia. No solo por la culpa, sino por la comprensión abrumadora de lo que significaba el amor incondicional.

—Cuando salgas de aquí, te vienes a casa conmigo —le dije—. No hay más geriátrico. No hay más excusas.

—Miguel, yo estoy bien donde estoy...

—No, mamá. Por favor. Déjame cuidarte como tú me cuidaste a mí. Déjame ser tu hijo otra vez.

Ella sonrió y asintió, apretando mi mano.

—Está bien, mi niño. Pero solo si prometes que no será por culpa, sino por amor.

—Te lo prometo, mamá. Te lo prometo.

Esa noche, mientras ella se quedó dormida en la silla junto a mi cama, entendí algo que había tardado cuarenta y cinco años en comprender: el amor de madre no se agota, no se cansa, no abandona. Yo había fallado como hijo, pero ella jamás falló como madre.

Y ahora, por fin, tenía la oportunidad de no fallar otra vez.

Aunque la lluvia es sagrada —porque del cielo viene y la tierra la espera—, hay veces que cae con coraje, como si tuvier...
15/10/2025

Aunque la lluvia es sagrada —porque del cielo viene y la tierra la espera—, hay veces que cae con coraje, como si tuviera cuentas pendientes con uno.
Así fue aquel temporal.
El cielo amaneció plomizo, las nubes negras como queriendo tragarse el cerro. Y antes de que diera tiempo de recoger la cosecha, se soltó el aguacero. No fue lluvia de bendición, fue tormenta con rencor.

El agua caía con tanta furia que hasta los surcos parecían llorar. El maíz que ya estaba seco se empapó otra vez, las mazorcas se hincharon, se pusieron negras, y al tercer día ya olían a podredumbre.
El río, que antes bajaba manso, se salió de su cauce y corrió llevándose cercas, gallinas y esperanzas.
Yo, parada en medio del lodazal, veía cómo flotaban las hojas del maíz, y sentía que se me iba el alma junto con ellas.

Créamelo, se lo juro por Diosito santo, me quedé ahí, con los brazos cruzados, con el corazón deshecho, mirando lo que tanto trabajo nos costó sembrar.
No hay dolor más grande que ver perder lo que uno cuida con tanto esfuerzo.

Y como si no bastara el temporal, la chamaca empezó con esa tos fea, de esas que parecen que le arrancan el alma.
De noche, se me despertaba asustada, buscando aire, abriendo la boca como pez fuera del agua.
Yo la abrazaba fuerte, sobándole la espalda, rezando bajito para que no se me fuera en los brazos.
Los médicos del pueblo dijeron que era asma, que si los polenes, que si la humedad, que si los bichos del campo.
Yo nomás pensaba en el aparato ese que echa humo, “nebulizador” le dicen, que costaba más que todo lo que teníamos junto.

Y ancina fue como me vio la gente del pueblo, caminando bajo la llovizna, con el rebozo empapado y los pies llenos de lodo, rumbo a la botica de doña Minerva.
—Por favorcito, déjeme fiadas las medicinas —le supliqué—. Mire que mi niña se me ahoga, le juro por ella que se lo pago en cuanto vendamos alguito de lo que quedó de la cosecha.

Ella, toda empolvada y perfumada, con los dedos llenos de anillos, me miraba como quien ve un perro mojado en la puerta.
Negaba con la cabeza y ni siquiera me dejaba hablar.
Y mientras me daba la espalda, me soltó, con esa lengua que no conoce la compasión:
—Yo no sé para qué traen hijos al mundo si no tienen dinero para criarlos.

Sentí que se me rompía algo por dentro. Me ardió el alma.
No sé si fue la vergüenza o la impotencia, pero me temblaban las manos.
Ahí me quedé, con mis trescientos pesos arrugados y los ojos llenos de lágrimas que no quise soltar frente a ella.

Salí caminando despacito, con el alma partida.
Pensaba en mi niña, con sus ojitos hinchados de tanto toser, mirándome desde la cama, preguntando si ya iba a poder respirar bien.
Pensaba en mi marido, que se levanta cuando todavía cantan los gallos, con el machete al hombro y la esperanza en la mirada.
Pensaba en cómo la gente juzga sin saber lo que cuesta mantener la dignidad cuando se es pobre, pero honrado.

Esa noche, mientras afuera el agua seguía cayendo y el viento silbaba entre las rendijas de la casa, mi niña me decía bajito:
—Mamá, ya no quiero que llueva… me duele el pecho.

Y fue entonces que mi marido se levantó del petate, con la mirada firme y los puños cerrados.
—Ahorita vengo —me dijo—. Voy a vender el b***o o la yegua, aunque me quede sin ellos pa trabajar.

Salió con la ropa húmeda, cubriéndose con el sombrero, rumbo al pueblo.
El lodo le llegaba a las rodillas, pero no se detuvo.
Llegó con don Ramón, el panadero, ese hombre bueno que siempre huele a harina y café de olla.
—Cómprame el b***o, don Ramón. Ocupo pa las medicinas de mi hija. Doña Minerva no me quiso fiar y se me muere la chamaca del asma.

Don Ramón lo miró, se limpió las manos en el delantal y suspiró hondo.
—No, compadre, el b***o no se vende. —Le puso la mano en el hombro—. Aquí tiene lo que ocupa. Y que Dios le sane pronto a su niña.

Mi marido regresó con el b***o, con la yegua y con el dinero justo pa comprar el aparato.
Yo lloré sin decir palabra.
Fui de nuevo a la botica, con el dinero en la mano y la dignidad más alta que nunca.
Y cuando me vio entrar, doña Minerva bajó la mirada. Yo no.
Porque ser probe no es vergüenza. Vergüenza es tenerlo todo y no tener corazón.

Esa noche, cuando encendimos el aparato y mi niña respiró tranquila por primera vez en días, el cielo se aclaró.
La luna salió entre las nubes y se reflejó en los charcos, como si nos guiñara un ojo.
Yo la miré y le dije bajito:
—Gracias, Diosito… no por el dinero, sino por la gente buena que todavía queda.

Porque ser probe no es cuestión de dinero.
A veces es cuestión de alma…
y en eso, nosotros somos rico.

Encontrado en la red
Créditos a su autor

Que es peor en esta imagen?- los bolillos- el vino de oxxo- la flor de plastico en jarron de barroco- el vaso de velador...
15/10/2025

Que es peor en esta imagen?
- los bolillos
- el vino de oxxo
- la flor de plastico en jarron de barroco
- el vaso de veladora
- que Mariano llevaba comida en tupper
- Que Teresa uso el dinero que le quitó a Luisa para comprar ese vestido
- el escenario romantico de la vecindad
- la azotea sucia llena de tanques de gas
- oh que Mariano penso que fue buena idea

Una verdad genuina 💯🔥💖
15/10/2025

Una verdad genuina 💯🔥💖

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