29/07/2025
Desde Estados Unidos, varios líderes han manifestado su preocupación por el fallo que declara culpable al expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez.
Voceros como el senador Marco Rubio y Sandra Heredia lo califican como producto de jueces con tendencias radicales, en un contexto que, aseguran, parece influenciado por el clima político promovido por el actual gobierno colombiano.
Rubio comparó el proceso con lo que enfrenta Donald Trump en EE. UU., donde —según él— la justicia ha sido instrumentalizada para perseguir adversarios políticos. “No es coincidencia que esto ocurra en naciones donde sectores ideológicos han penetrado el sistema judicial”, dijo, en lo que muchos interpretan como una alusión directa a la gestión de Gustavo Petro.
Álvaro Uribe, por su parte, aseguró que el fallo responde a intereses ideológicos y no a pruebas sólidas. “Esto no es justicia, es revancha política”, señaló el exmandatario, quien insiste en que se está usando el aparato judicial para desacreditar su trayectoria.
Mientras tanto, el gobierno de Petro ha evitado pronunciamientos oficiales, aunque voces cercanas a la administración celebraron la decisión como un “avance en materia judicial”. Para analistas independientes, este silencio puede interpretarse como una estrategia de distanciamiento para evitar asumir costos políticos en medio de la controversia.
El caso ha levantado tensiones en sectores conservadores tanto en Colombia como en el exterior, reactivando el debate sobre la autonomía judicial, la politización de los tribunales y el uso de decisiones judiciales para castigar enemigos ideológicos.