
13/09/2025
Tras la muerte de su padre, un hombre decidió llevar a su madre a un asilo. Iba a visitarla de vez en cuando, pero no estaba muy presente en su vida.
Un día, recibió una llamada: su madre estaba agonizando. Corrió a verla y, entre lágrimas, le preguntó:
—Mamá, ¿qué puedo hacer por ti ahora?
Ella, con voz débil, respondió:
—Siembra amor… Y quiero pedirte algo: pon ventiladores en este asilo, porque el calor es insoportable. Compra también refrigeradores, así la comida no se dañará y nadie pasará hambre. Muchas noches me acosté sin comer nada…
El hijo, sorprendido, le dijo:
—¿Por qué me lo pides justo ahora, cuando estás a punto de partir? ¿Por qué no me lo dijiste antes?
La madre, con tristeza en sus ojos, contestó:
—Porque yo aprendí a vivir con el hambre y con el calor… Pero temo que tú no seas capaz de soportarlo, si algún día tus hijos deciden dejarte aquí cuando seas viejo.
Moraleja:
Todo lo que hagas en esta vida… siempre vuelve a ti.