
25/09/2025
Un padre no mide sus sacrificios, los convierte en amor.
Aunque a veces sus manos estén cansadas y su corazón cargado de preocupaciones, nunca deja de pensar en el bienestar de sus hijos.
Él calla sus dolores para dar sonrisas, guarda sus miedos para dar seguridad y muchas veces entrega sus propios sueños para ver cumplidos los de ellos.
Un verdadero padre no se mide por lo que tiene, sino por lo que da: tiempo, ejemplo, valores y amor incondicional.
Y aunque los años pasen, los hijos siempre recordarán que hubo alguien que fue capaz de darlo todo, incluso a sí mismo, para que ellos pudieran volar más alto.