05/10/2025
En una carretera de la India, el destino detuvo su marcha por un instante. Dos elefantes hermanos, que serían llevados a distintos destinos, se encontraron frente a frente justo antes de separarse para siempre. Nadie lo planeó, pero allí estaban, unidos por el instinto y el amor.
Entre el ruido de los motores, entrelazaron sus trompas con una ternura imposible de describir. No hubo rugidos ni lamentos, solo un silencio que lo dijo todo.
Los elefantes no solo recuerdan: sienten, aman y comprenden. Su memoria guarda rostros, caminos y afectos. Y aunque no hablan nuestro idioma, su lenguaje emocional es puro y profundo.
Aquel momento fue más que coincidencia: fue la prueba de que el alma no es exclusiva del ser humano. En el gesto de esos hermanos quedó grabada una verdad que a veces olvidamos: los animales también aman, también sufren… y también se despiden. 😔
