12/11/2025
PARTICIPACIÓN EN LA III CUMBRE DE LA CELAC 2025
Este aporte que busca fortalecer el diálogo entre saberes, tecnologías y luchas populares, posicionando a los sectores LGBTIQ+ como protagonistas en la construcción de una cultura emancipadora y soberana. Desde las regiones y los territorios de Colombia debemos trabajar en la unidad y el contexto critico de nuestro sector y fortalecimiento educativo y cultural.
En el contexto actual de disputa ideológica y cultural, la comunicación popular, la pedagogía crítica y la soberanía tecnológica se convierten en trincheras fundamentales para la construcción de un proyecto emancipador desde los pueblos. La mesa de trabajo “Comunicación, cultura y batalla de ideas” propone articular experiencias, saberes y estrategias que surgen desde abajo, especialmente desde los sectores históricamente marginados como las comunidades LGBTIQ+, para avanzar hacia una integración cultural que reconozca la diversidad como potencia transformadora.
Desde la educación popular, se reivindica el derecho a aprender y enseñar desde los territorios, con metodologías que valoran los saberes comunitarios, ancestrales y disidentes. La pedagogía crítica no solo forma, sino que moviliza, construye conciencia y fortalece la organización social. En este sentido, las experiencias de formación política e ideológica desde abajo —impulsadas por colectivos LGBTIQ+, procesos campesinos, indígenas y afrodescendientes— han demostrado que la educación puede ser herramienta de liberación cuando se vincula con las luchas concretas de los pueblos.
La cultura, entendida como campo de disputa simbólica, se convierte en espacio de resistencia frente a los modelos hegemónicos que imponen narrativas excluyentes. Las prácticas artísticas, comunicativas y educativas generadas dese la diversidad que emergen desde los márgenes —desde la música, el teatro, el muralismo, la radio comunitaria o los medios digitales— permiten visibilizar las voces silenciadas y construir sentidos colectivos que desafían el orden dominante. La batalla de ideas se libra también en el lenguaje, en los símbolos, en las formas de nombrar y de habitar el mundo.
En este escenario, la tecnología no puede ser ajena a la lucha por la soberanía. La apropiación crítica de herramientas digitales, el impulso al software libre y el desarrollo de inteligencia artificial con enfoque comunitario y de derechos son apuestas urgentes para romper la dependencia de las grandes corporaciones tecnológicas. Los sectores LGBTIQ+ han sido pioneros en el uso creativo y político de las tecnologías para defender sus memorias, territorios y cuerpos, generando redes de apoyo, plataformas de denuncia y espacios de formación autónoma.
La soberanía tecnológica implica también pensar en infraestructuras propias, en alfabetización digital desde la base, en tecnologías que respondan a las necesidades reales de nuestras comunidades. No se trata solo de usar herramientas, sino de construirlas colectivamente, desde una ética del cuidado, la justicia social y la diversidad.
Este aporte busca abrir caminos para el diálogo entre educación, cultura y tecnología, reconociendo que la integración cultural no se logra desde arriba ni desde la homogeneización, sino desde el reconocimiento de las diferencias, la construcción de alianzas y la defensa de la vida en todas sus formas. En tiempos de ofensiva neoliberal y neocolonial, la batalla de ideas es también una batalla por el sentido, por la memoria, por el futuro y por el reconocimiento del ser desde todos sus enfoques diferenciales y desde nuestro sector LGBTIQ+, porque unidos somos más.