24/03/2025
Cuando lo bueno lo ven mal: La realidad de las burlas y las críticas
Vivimos en un mundo donde, hagas lo que hagas, siempre habrá alguien que tenga algo que decir. Si te esfuerzas por mejorar, te llaman presumido. Si decides quedarte en tu zona de confort, te dicen conformista. Si ayudas a los demás, te acusan de querer aparentar, pero si no lo haces, te llaman egoísta. Parece que, sin importar lo que hagas, la crítica y la burla siempre estarán presentes.
Las burlas han pasado de ser una simple forma de "chiste" a convertirse en una herramienta que muchas personas usan para menospreciar y hacer sentir mal a otros. Hoy en día, cualquier cosa puede ser motivo de burla: la forma en que hablas, lo que vistes, tu manera de pensar, lo que comes, lo que crees… incluso hacer el bien se convierte en blanco de ataques. Es como si el mundo estuviera al revés, donde lo bueno es mal visto y lo malo es celebrado.
Pero, ¿por qué sucede esto? La realidad es que muchas personas critican porque no tienen la valentía de hacer lo que tú haces. Se burlan porque, en el fondo, les gustaría tener tu determinación, tu valentía o incluso tu paz. A veces, las críticas no reflejan quién eres tú, sino quiénes son ellos: personas llenas de inseguridades, miedo o frustraciones que proyectan en los demás.
El problema no está en la crítica en sí, sino en el poder que le damos. Si dejas que las palabras de otros definan tu camino, terminarás viviendo para complacer a los demás en lugar de cumplir con tu propósito. Y la verdad es que nunca podrás complacer a todos. Siempre habrá alguien que encuentre algo que decir, por más perfecto que trates de ser.
La clave está en aprender a diferenciar las críticas constructivas de las destructivas. Las primeras vienen de personas que realmente quieren verte mejorar, te corrigen con amor y con un propósito positivo. Las destructivas, en cambio, solo buscan lastimar, desmotivar y hacerte dudar de ti mismo.
Por eso, sigue haciendo el bien, aunque algunos lo vean mal. Sigue esforzándote, aunque se burlen. Sigue luchando por lo que crees, aunque te critiquen. Al final, las palabras de los demás no determinan tu valor, solo reflejan la manera en que ellos ven el mundo. Y lo más importante: nunca permitas que las críticas de quienes no han construido nada destruyan lo que tú estás edificando.