
27/07/2025
Basta con despegar en un avión desde la ciudad de Quibdó, y en pocos 30 segundo de vuelo, lo que debería ser una postal verde de selvas espesas y biodiversas, se transforma en un escenario desgarrador. Desde las alturas, el departamento del Chocó, uno de los pulmones ambientales más importantes de Colombia, muestra sus cicatrices: vastas extensiones de tierra desnuda, cráteres ocres donde antes había árboles, ríos enlodados que serpentean como testigos silenciosos del desastre.
La minería, legal e ilegal, ha transformado el paisaje chocoano en una herida abierta. La cobertura vegetal ha sido arrasada. La capa fértil del suelo, que durante siglos sustentó selvas, especies únicas y comunidades ancestrales, está siendo destruida a un ritmo alarmante. Lo que antes era vida, hoy es tierra estéril, contaminada, alterada.