25/07/2025
La libertad de Alfredo Valencia Dovale remece la política en Samaná
La noticia del día —y quizá del año— en Samaná no es menor: Alfredo Valencia Dovale ha recuperado su libertad, luego de estar detenido en medio de un proceso judicial que buena parte de la comunidad siempre consideró injusto; para sus seguidores y aliados, se trata no solo de una reparación moral, sino del regreso de una figura política que dejó huella en el municipio.
Alfredo Valencia fue elegido alcalde para el periodo 2020–2023, pero solo pudo ejercer durante 33 meses de los 48 que le correspondían. Y a eso se le suma un dato clave: el primer año de su mandato coincidió con la pandemia del COVID-19, un escenario que limitó severamente la ejecución de proyectos, el contacto con las comunidades y el flujo normal de recursos. Aun así, y pese a las dificultades, su gestión fue percibida como cercana, ejecutiva y comprometida.
Uno de sus mayores logros fue la articulación con las Juntas de Acción Comunal, mediante convenios solidarios que permitieron sacar adelante decenas de obras en sectores rurales. Se destacan especialmente las placa huellas construidas en puntos críticos, intervenciones en todos los corregimientos y el respaldo continuo a procesos comunitarios que por años, fueron ignorados por otras administraciones. Lo hizo sin alardes, con las botas puestas y con la gente.
El contraste con la gestión del actual alcalde, Jorge Andrés Arango, es inevitable. Durante la campaña, su equipo se enfocó en deslegitimar el legado de Valencia, alimentando una narrativa de supuesta corrupción. Una vez en el cargo, Arango no dudó en pronunciar frases como "yo no tengo amigos en la Picota", lanzando indirectas que, más que distanciarlo de su antecesor, terminaron por confirmar la persecución política que muchos ya sospechaban.
Lo que más ha generado malestar es que, ahora en el poder, Arango intenta apropiarse de proyectos iniciados por Valencia, como si fueran ideas originales. Y eso ha hecho que su estrategia comunicativa se vea forzada, incluso descarada, tratando de imitar lo que antes criticó.
¿Y ahora qué?
La libertad de Alfredo Valencia no solo altera el panorama político, sino que pone en jaque las pretensiones del oficialismo de cara al próximo proceso electoral. Aunque aún no se ha confirmado si Valencia participará directamente, su sola presencia ya reorganiza el ajedrez local. Tiene liderazgo, experiencia y, sobre todo, el cariño de una comunidad que se sintió escuchada durante su corto pero intenso paso por la alcaldía.
Mientras tanto, la administración Arango deberá enfrentar no solo su propia falta de resultados, sino ahora también el recuerdo fresco de una gestión que, con todo en contra, sí supo responderle al pueblo.