12/03/2025
Con la izquierda se tocaron el hombro y con la derecha se persignaron
Desde hace más de una década, los samarios han escuchado promesas de solución definitiva para el acueducto y alcantarillado de la ciudad. Anuncios grandilocuentes, discursos emotivos y hasta primeras piedras quedaron en la memoria colectiva. Sin embargo, las obras nunca llegaron.
Hoy, con el inicio de la rehabilitación de la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) Norte, la administración de Carlos Pinedo parece marcar un punto de quiebre en la historia de un problema que administraciones pasadas solo mencionaron, pero nunca resolvieron.
La EBAR Norte es clave para el manejo de las aguas residuales en Santa Marta, Gaira, El Rodadero y sus alrededores. Su intervención integral era una deuda histórica que databa de 1998, y que por fin está en marcha con una inversión de más de $31 mil millones, gestionados ante el Ministerio de Vivienda.
La administración distrital ha articulado este proyecto con los colectores sanitarios de Bellavista y Pescaíto, además de incorporar un sistema de alcantarillado pluvial para evitar rebosamientos e inundaciones en sectores críticos como la avenida Santa Rita y el Centro Histórico.
Pero este anuncio contrasta con la inacción de los últimos 12 años. Las administraciones de Carlos Caicedo, Rafael Martínez y Virna Johnson usaron reiteradamente la crisis del agua y el colapso del alcantarillado como bandera política.
Durante sus gobiernos, se prometió una y otra vez la transformación de la infraestructura sanitaria de la ciudad, incluso anunciando proyectos con cifras multimillonarias. Sin embargo, ninguno de estos planes llegó a ejecución real, y la ciudad siguió sufriendo las mismas problemáticas, con calles anegadas de aguas residuales y barrios enteros sin acceso a agua potable de manera constante.
A diferencia de sus antecesores, Pinedo Cuello no solo logró gestionar los recursos, sino que también destrabó el proceso de legalización del terreno donde opera la EBAR Norte, un requisito que, increíblemente, no había sido cumplido en administraciones anteriores.
Con esta formalización, Santa Marta pudo acceder a la inversión del Ministerio de Vivienda, y con ello, garantizar el desarrollo de las obras.
El inicio de esta rehabilitación, además, se suma a un paquete de licitaciones para la modernización de la infraestructura vial, en el que la administración distrital ha asegurado que cada obra estará articulada con redes de acueducto y alcantarillado, evitando las intervenciones inconexas y la improvisación que caracterizó a gobiernos anteriores.
El alcalde Pinedo ha dejado claro que el saneamiento básico y la optimización del servicio de agua son su prioridad. Con la EBAR Norte en marcha, el próximo paso es la adjudicación del contrato de gestión de la demanda, así como la aprobación del Plan de Choque, que busca mejorar la captación y distribución de agua en la ciudad.
Todo esto enmarcado en el Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado, una estrategia que, de materializarse, marcaría una diferencia significativa con respecto a las promesas incumplidas del pasado.
Mientras las excavadoras comienzan a moverse y las obras toman forma, Santa Marta observa con expectativa si esta vez, después de años de falsas ilusiones, la ciudad verá por fin un cambio estructural en su sistema de agua y saneamiento.
Con la derecha se persignaron
La política es un escenario de gestos, de símbolos y de acuerdos que a veces desafían las lógicas tradicionales. Carlos Pinedo, alcalde de derecha, ha demostrado que para concretar obras no bastan las palabras, sino las alianzas estratégicas.
Así lo evidenció al conseguir la financiación del Gobierno Nacional, liderado por el presidente Gustavo Petro, un mandatario de izquierda. Con la izquierda se tocó el hombro, en señal de respeto y reconocimiento, y con la derecha se persignó, firmando el acuerdo que hará posible la transformación del alcantarillado de Santa Marta.
Por años, las administraciones de izquierda prometieron y prometieron, pero nunca se persignaron con un contrato real.
Carlos Caicedo, Rafael Martínez y Virna Johnson construyeron un relato donde el saneamiento básico era siempre una meta a futuro, un sueño que jamás aterrizó en la realidad. El acueducto y alcantarillado fueron moneda de cambio electoral, un eslogan para llenar discursos, pero nunca una acción concreta.
Pinedo, en cambio, ha demostrado que la política no es solo cuestión de ideologías, sino de resultados. Logró lo que sus predecesores no pudieron: articular una gestión efectiva con la Nación para ejecutar las obras necesarias.
En tiempos donde la polarización domina el debate público, este episodio en Santa Marta es una muestra de que la verdadera política está en los acuerdos pragmáticos, en las soluciones y no en las promesas vacías.
El saneamiento de Santa Marta no es de izquierda ni de derecha; es una necesidad urgente para la ciudad. Pero solo cuando alguien estuvo dispuesto a tocar el hombro del adversario y luego persignarse con la convicción de cumplir, fue posible hacer realidad el proyecto.
Maria Fernanda Cabal Carlos Pinedo Cuello José Félix Lafaurie Virna Johnson Rafael Martínez Carlos Caicedo Camino a la Victoria Carlos Vives Honorio Miguel Henriquez Pinedo Gustavo Petro Alcaldía de Santa Marta D.T.C.H.