
07/05/2025
Esta publicación sí es con el ánimo de incomodar.
Desde hace más de un mes se viene desarrollando un torneo en el cual decidimos participar de manera deportiva y con respeto. Sin embargo, a lo largo de la competencia hemos presenciado múltiples irregularidades que hoy no podemos seguir ignorando.
Una de las más evidentes es el cobro de una inscripción de $200.000, dinero del cual hasta la fecha no se tiene claridad sobre su uso o destino. A esto se suman fallas organizativas graves, como el hecho insólito de que una persona que tiene un equipo inscrito en el torneo tenga voz y voto en las decisiones administrativas, algo que va en contra de cualquier principio de imparcialidad y transparencia.
Respecto a los supuestos cambios indebidos en la plantilla de nuestro equipo, queremos aclarar que sí se realizaron dentro del plazo establecido (3 de abril). Prueba de ello es que, en el partido inmediatamente posterior, los jugadores inscritos no participaron porque no pudieron asistir. Fue en la siguiente fecha cuando sí jugaron, ya que estaban debidamente habilitados.
El problema que hoy alegan se basa en la inscripción de un jugador en las últimas fases del torneo, diciendo que nos saltamos las reglas. Sin embargo, esas reglas nunca fueron claras ni especificadas por escrito. Además, mencionan que debimos enviar una carta anunciando el cambio, pero jamás se nos notificó que ese procedimiento fuera necesario. Si lo hubieran hecho, por supuesto lo habríamos cumplido.
También denunciamos públicamente las irregularidades que empañan este torneo, al que asistió una gran parte de la comunidad de Barbacoas residente en Cali. Todos fueron testigos de que el triunfo fue legal, claro y merecido. Es una falta total de seriedad lo que está ocurriendo, y acciones como estas le quitan legitimidad no solo al torneo, sino a toda una administración pública, como la de la Alcaldía de Barbacoas, cuyos propios colaboradores destruyen su imagen con estas prácticas.
La corrupción está en todos lados. Y esto es un ejemplo.
Les deseamos suerte en su torneo.
Y a los dueño de su equipo, solo recordarle que:
Te la regaló tu tío.