01/08/2025
La historia del pepino encantador
Era un día cualquiera cuando Marta, una chica de risa contagiosa y humor afilado, decidió pasear por el mercado. Mientras exploraba los coloridos puestos, sus ojos se posaron en uno que vendía verduras frescas. Entre tomates y zanahorias, un pepino resplandecía como si estuviera en la portada de una revista de hortalizas.
“¡Mira ese pepino!”, pensó Marta, acercándose a contemplar la belleza de la verdura. Pero tan pronto como se acercó, algo le molestó. **¿Por qué debía parecer tan perfecto?** Era casi insultante.
Decidida a no dejarse llevar por la apariencia de aquel pepino, exclamó en voz alta: "¡Qué pepino más presumido! ¡Seguro que se cree el rey de la ensalada!" La vendedora, una mujer mayor con una sonrisa pícara, levantó una ceja y contestó: "A veces lo bueno viene con un poco de actitud, querida."
Marta, sin poder contener la risa, replicó: "Sí, pero no todos los días tengo ganas de pelearme con un pepino tan vanidoso. Ya tengo suficiente drama en mi vida." La frase hizo reír a otros compradores, aunque Marta no sabía que estaba comenzando una pequeña revolución entre las verduras.
Mientras tanto, el pepino, ignorante de su efecto, continuaba brillando bajo el sol. Y Marta, entre risas y burlas, decidió que si iba a lidiar con un pepino tan engreído, lo mejor sería hacerlo con humor. Después de todo, ¿qué es la vida sin un poco de diversión... y un buen pepino?
Y así, entre risas y un ligero enojo por la competencia de belleza vegetal, Marta se llevó su "pequeña pelea" a casa, lista para preparar una ensalada que, seguro, haría temblar a cualquier pepino que se atreva a desafiarla otra vez.
