25/08/2025
"En el campo, donde el sol besa la tierra y las aves cantan sin cesar, encontré mi hogar. Aquí, donde la vida fluye con sencillez y autenticidad, crecí con el aroma a tierra fresca y el sabor de la naturaleza en cada bocado. Ser campesino no es solo un oficio, es una forma de vida que me llena el alma de paz y conexión con lo esencial.
Muchos podrían sentir lástima por mi origen humilde, pero yo lo veo como una bendición. Cada día, al despertar con el canto de los gallos y al trabajar bajo el sol, siento que estoy en armonía con el mundo. La brisa fresca que recorre los campos, el verde intenso de las plantas y la quietud de la noche estrellada son cosas que difícilmente se encuentran en otros lugares.
Sin embargo, sé que la vida a veces nos obliga a dejar atrás lo que amamos. Las oportunidades, la educación y el crecimiento nos llaman a las ciudades, donde el ritmo es diferente y las prioridades cambian. Aunque el corazón siempre queda en el campo, entiendo que para progresar debemos enfrentar nuevos desafíos y adaptarnos a un mundo distinto.
A pesar de la distancia, el campo siempre será parte de mí. En cada rincón de mi ser, llevo la esencia de la vida rural: la honestidad, la simplicidad y la conexión con la naturaleza. Aunque la vida urbana nos envuelve en prisas y distracciones, en lo profundo de mi alma siempre estará el anhelo de regresar a mis raíces, de sentir el sol en la piel y de escuchar el canto de las aves al atardecer.
Ser campesino es más que un trabajo; es una identidad, una forma de ver el mundo y de vivir la vida. Y aunque el destino nos lleve lejos, el campo siempre será mi hogar, el lugar donde mi corazón encuentra su paz y su verdadera esencia."