Gabo: El Maestro del Realismo Mágico"".

Gabo: El Maestro del Realismo Mágico"". ¿Estás listo para adentrarte en un universo donde lo cotidiano se mezcla con lo extraordinario? ¡Bienvenido a nuestra página dedicada a Gabito!

Aquí, te invitamos a explorar la vida y la obra de uno de los genios literarios más influyentes del siglo XX.

20/02/2025

Personaje de Sincé, amigo de Gabo y quién le día a leer la biblia y el Ulises de Joyce.

29/12/2024

Una historia sobre el hielo.

DATOS CURIOSOS EN LA NOVELA CIEN AÑOS DE SOLEDAD.¿Qué es una cola vestigial? Un misterio entre la ciencia y el mito.Dama...
12/12/2024

DATOS CURIOSOS EN LA NOVELA CIEN AÑOS DE SOLEDAD.
¿Qué es una cola vestigial? Un misterio entre la ciencia y el mito.
Damas y caballeros, imaginen a José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán examinando con expectación a sus recién nacidos, buscando una señal peculiar: una cola de cerdo al final de sus espaldas. No era un capricho ni una superstición vacía, sino una metáfora inquietante de Gabo se convirtió en símbolo del destino marcado y la herencia.
En la realidad científica, lo que conocemos como una cola vestigial puede presentarse como una pequeña extensión compuesta de grasa o, en algunos casos, de cartílago. Aunque su presencia puede ser quirúrgicamente corregida sin mayores complicaciones, este fenómeno nos recuerda algo más profundo: la fragilidad del cuerpo humano, donde anomalías como la columna bífida o el meningocele pueden surgir como testigos de un desarrollo embrionario.
Curiosamente, todos los embriones humanos tienen una cola al principio de su formación. Este pequeño apéndice, que mide casi un sexto del tamaño del embrión, desaparece como un secreto olvidado hacia la octava semana de gestación. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando la naturaleza deja huellas de ese pasado que nunca debió ser visible?
La cola vestigial es más que una rareza médica.
DATOS CURIOSOS EN LA NOVELA CIEN AÑOS DE SOLEDAD.
¿Qué es una cola vestigial? Un misterio entre la ciencia y el mito.
Damas y caballeros, imaginen a José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán examinando con expectación a sus recién nacidos, buscando una señal peculiar: una cola de cerdo al final de sus espaldas. No era un capricho ni una superstición vacía, sino una metáfora inquietante de Gabo se convirtió en símbolo del destino marcado y la herencia.
En la realidad científica, lo que conocemos como una cola vestigial puede presentarse como una pequeña extensión compuesta de grasa o, en algunos casos, de cartílago. Aunque su presencia puede ser quirúrgicamente corregida sin mayores complicaciones, este fenómeno nos recuerda algo más profundo: la fragilidad del cuerpo humano, donde anomalías como la columna bífida o el meningocele pueden surgir como testigos de un desarrollo embrionario.
Curiosamente, todos los embriones humanos tienen una cola al principio de su formación. Este pequeño apéndice, que mide casi un sexto del tamaño del embrión, desaparece como un secreto olvidado hacia la octava semana de gestación. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando la naturaleza deja huellas de ese pasado que nunca debió ser visible?
La cola vestigial es más que una rareza médica.
Foto:
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2023/06/28/649bd92afc6c831a668b459d.html

Sabían:En esta emblemática embarcación fluvial, -El David Arango-, que recorría el río Magdalena en una de sus icónicas ...
20/09/2024

Sabían:
En esta emblemática embarcación fluvial, -El David Arango-, que recorría el río Magdalena en una de sus icónicas rutas desde Barranquilla hasta Puerto Salgar, sería el espacio y momento causal y casual donde un Sincelejano se convierte en parte fundamental en la vida de Gabriel García Márquez... A continuación, uno de los hitos en la vida de Gabo relacionados con el hoy Departamento de Sucre, los cuales detallé en una crónica publicada hace dos años en el diario El Meridiano de Sucre:
"El encuentro providencial de García Márquez en enero de 1943, con el Sincelejano Adolfo Gómez Támara, quien le obsequia el libro “El Doble” de Dostoievski. Sería este Sincelejano quien siendo Director Nacional de Becas del Ministerio de Educación, por ese único año ayuda a Gabo en los trámites de inscripción para acceder a la beca estudiantil en el Liceo Nacional de Zipaquirá. […] entonces supe que era el doctor Adolfo Gómez Támara, director nacional de becas del Ministerio de Educación. Fue el azar menos posible y uno de los más afortunados de mi vida. Me sirvieron café y me inscribieron sin más trámites” (GARCÍA, Márquez Gabriel. Vivir para contarla, 2002).

Sabían ustedes que:El doctor Adolfo Gómez Tamara: sincelejano, Abogado, profesor universitario, escritor, conferencista,...
18/09/2024

Sabían ustedes que:
El doctor Adolfo Gómez Tamara: sincelejano, Abogado, profesor universitario, escritor, conferencista, políglota y periodista era jefe de becas del ministerio de educación por ese único año de 1943 y le ayuda a Gabriel García Márquez en la obtención de su beca para estudiar. Se ven en el viaje a Bogotá, en el barco David Arango en donde Gabito para ganar dinero cantaba boleros en compañía de otros viajeros, al final del viaje, el doctor Adolfo Gómez Tamara le dice que le escriba la canción y Gabito se la escribe y además le enseña cómo debe interpretarla, en agradecimiento le regala el libro el doble de Dostoievski, ya en Bogotá, cuando Gabito está haciendo fila para ingresar a obtener su beca de estudios, va pasando el Dr. Adolfo Gómez Tamara, lo ve y le pregunta que hace allí, Gabito le explica y el Dr. le dice ven conmigo, el Doctor Gómez también le recomienda el Liceo Nacional de Zipaquirá. y como lo manifiesta Gabito, “Fue el azar menos posible y uno de los más afortunados de mi vida. Me sirvieron café y me inscribieron sin más trámites” (GARCÍA, Márquez Gabriel. Vivir para contarla, 2002, pág. 180).

Por: Iván José Arrázola Merlano.
Gabitero.
Recopilador.

SABIAN USTEDES QUE,Cuenta Anastasia Espinel  en el libro "Gabriel García Márquez en la Prensa Rusa",  que en Rusia exist...
16/09/2024

SABIAN USTEDES QUE,
Cuenta Anastasia Espinel en el libro "Gabriel García Márquez en la Prensa Rusa", que en Rusia existe un grupo musical que interpreta música Latinoamericana llamado Grenada, y entre su repertorio esta esta canción, de la cual transcribo una parte que estoy seguro reconocerán.

Los cien años de Macondo sueñan,

sueñan en el aire,

y los años de Gabriel, trompetas,

trompetas lo anuncian,

encadenado a Macondo sueña,

don José Arcadio,

y aunque él la vida pasa haciendo,

remolino de recuerdos...

También entiendo que esto para muchos y me incluyo es algo macondiano, artistas de un país tan frio, interpretando canciones de una región con tanto calor ambiental como humano de nuestro Caribe colombiano y rindiéndole un homenaje al nuestro Nobel de Literatura, dentro del marco del año 2012, el cual fue designado en Rusia "el año de Gabriel García Márquez", y por supuesto en todos los conciertos de "Grenada" no pudo faltar el tema musical titulado "Macondo":

Si logran ubicar el video me gustaría me lo compartieran para verlo y escucharlo, ya que no he logrado hacerlo.

Página oficial del grupo musical Grenada de Rusia.
http://agrenada.ru/?page_id=17

“El Realismo Mágico de Gabriel García Márquez: Un Viaje Literario Inolvidable”En 1982, Gabriel García Márquez recibió el...
13/09/2024

“El Realismo Mágico de Gabriel García Márquez: Un Viaje Literario Inolvidable”
En 1982, Gabriel García Márquez recibió el prestigioso Premio Nobel de Literatura, un galardón que cimentó su posición como uno de los escritores más influyentes del siglo XX. La Academia Sueca reconoció su maestría en el uso del realismo mágico, un estilo narrativo que fusiona lo extraordinario con lo cotidiano, creando así una visión única de la realidad.
García Márquez no solo nos regaló mundos literarios inolvidables, sino también capturó la esencia misma de la experiencia latinoamericana. Sus obras, como “Cien años de soledad” y “Crónica de una muerte anunciada”, nos sumergen en un universo donde lo maravilloso se entrelaza con lo terrenal, donde los personajes viven entre lo tangible y lo inexplicable.
En su discurso de aceptación en Estocolmo, García Márquez no solo deslumbró por su elocuencia, sino también por su defensa apasionada de la justicia social y los derechos humanos. Como un moderno cronista de lo insólito, nos recordó que la literatura tiene el poder de transformar nuestra percepción del mundo y de inspirarnos a luchar por un futuro más justo.

HECTOR ROJAS HERAZO “Héctor Rojas Herazo llega a Barranquilla en absoluto ejercicio de poesía. Sin embargo, eso no es un...
11/09/2024

HECTOR ROJAS HERAZO

“Héctor Rojas Herazo llega a Barranquilla en absoluto ejercicio de poesía. Sin embargo, eso no es una sorpresa para quienes conocemos su fervor, su vitalidad, el personal acento con que este poeta extraordinario, distinto, convoca a los seres, y las cosas a las citas del canto. Durante su permanencia en Bogotá, la prensa nos trajo una voz frecuente. Leímos ese tremendo testimonio de hombre que es su poema «El habitante destruido» y que constituye una de las obras fundamentales de nuestras letras. Hablar de Rojas Herazo es una manera de sentirse por un universo de criaturas totales.

La suya es una poesía elemental, cuyo sometimiento a la forma del canto es posible apenas con la fuerza con que el poeta se enfrenta a sus apremios interiores, por la destreza con las que maneja sus instrumentos esenciales. Poesía desbordada, en bruto, la de Rojas Herazo, no se daba entre nosotros desde que las generaciones literarias inauguraron el lirismo de cintas rosadas y pretendieron imponerlo como código de estética. Rojas Herazo las rescató del subsuelo, la liberó de esa falsa atmósfera de evasión que la venía asfixiando y en donde el hombre parecía haber reemplazado sus hormonas y por refinados jugos vegetales y se enfrentaba a una muerte inofensiva y complaciente. Rojas Herazo volvió a descubrir al hombre. En su canto, se advierte, otra vez, la presencia febril del animal común y corriente que ve apretarse el cerco de angustia y lo sabe decir con sus terribles palabras de bestia acorralada. Tal vez así la poesía sea menos floral, menos cargada de ornamentos llamativos, pero s, en cambio, espesa materia biológica. Poesía doliente en la carne viva del macho. Última y desgarradora poesía para resistir a la diaria embestida de la muerte.

En círculo íntimo, hemos conocido los últimos poemas de Rojas Herazo. Nos gustaría oírlos, otra vez, en un acto público, que él mismo ofreciera a esta gente de Barranquilla, a la cual el poeta se encuentra ligado por seguros vínculos, por estrechos cordajes espirituales.
Aquí, en esta playa donde Meira Del Mar canta su acongojada canción de poesía verdadera, Rojas Herazo sabe que existe un clima propicio para dar a conocer su acento nuevo. El país atraviesa una severa crisis en materia literaria. La poesía que fue considerada hasta hace poco como uno de nuestros más cotizados renglones de exportación, se ha hundido en una dolorosa catalepsia, en un légamo turbio. La misión de quienes pretendan retribuir a nuestra cultura su perdida vitalidad es por tanto una difícil misión: estimular el sacudimiento de esa poesía que está convertida en una inútil e inoperante durmiente. Rojas Herazo, como Carlos Castro Saavedra, es un puntal indispensable para esa tarea de recuperación. Su poesía viene golpeada por una herencia legítima. Está situada en el meridiano de Silva, de Barba Jacob, de León de Greiff. En la línea del hombre. La única verdadera y la única posible de encontrar, otra vez, el rumbo perdido del paraíso.” (García Márquez, Textos costeños, 1999). p. 162-163.
HECTOR ROJAS HERAZO

“Héctor Rojas Herazo llega a Barranquilla en absoluto ejercicio de poesía. Sin embargo, eso no es una sorpresa para quienes conocemos su fervor, su vitalidad, el personal acento con que este poeta extraordinario, distinto, convoca a los seres, y las cosas a las citas del canto. Durante su permanencia en Bogotá, la prensa nos trajo una voz frecuente. Leímos ese tremendo testimonio de hombre que es su poema «El habitante destruido» y que constituye una de las obras fundamentales de nuestras letras. Hablar de Rojas Herazo es una manera de sentirse por un universo de criaturas totales.

La suya es una poesía elemental, cuyo sometimiento a la forma del canto es posible apenas con la fuerza con que el poeta se enfrenta a sus apremios interiores, por la destreza con las que maneja sus instrumentos esenciales. Poesía desbordada, en bruto, la de Rojas Herazo, no se daba entre nosotros desde que las generaciones literarias inauguraron el lirismo de cintas rosadas y pretendieron imponerlo como código de estética. Rojas Herazo las rescató del subsuelo, la liberó de esa falsa atmósfera de evasión que la venía asfixiando y en donde el hombre parecía haber reemplazado sus hormonas y por refinados jugos vegetales y se enfrentaba a una muerte inofensiva y complaciente. Rojas Herazo volvió a descubrir al hombre. En su canto, se advierte, otra vez, la presencia febril del animal común y corriente que ve apretarse el cerco de angustia y lo sabe decir con sus terribles palabras de bestia acorralada. Tal vez así la poesía sea menos floral, menos cargada de ornamentos llamativos, pero s, en cambio, espesa materia biológica. Poesía doliente en la carne viva del macho. Última y desgarradora poesía para resistir a la diaria embestida de la muerte.

En círculo íntimo, hemos conocido los últimos poemas de Rojas Herazo. Nos gustaría oírlos, otra vez, en un acto público, que él mismo ofreciera a esta gente de Barranquilla, a la cual el poeta se encuentra ligado por seguros vínculos, por estrechos cordajes espirituales.
Aquí, en esta playa donde Meira Del Mar canta su acongojada canción de poesía verdadera, Rojas Herazo sabe que existe un clima propicio para dar a conocer su acento nuevo. El país atraviesa una severa crisis en materia literaria. La poesía que fue considerada hasta hace poco como uno de nuestros más cotizados renglones de exportación, se ha hundido en una dolorosa catalepsia, en un légamo turbio. La misión de quienes pretendan retribuir a nuestra cultura su perdida vitalidad es por tanto una difícil misión: estimular el sacudimiento de esa poesía que está convertida en una inútil e inoperante durmiente. Rojas Herazo, como Carlos Castro Saavedra, es un puntal indispensable para esa tarea de recuperación. Su poesía viene golpeada por una herencia legítima. Está situada en el meridiano de Silva, de Barba Jacob, de León de Greiff. En la línea del hombre. La única verdadera y la única posible de encontrar, otra vez, el rumbo perdido del paraíso.” (García Márquez, Textos costeños, 1999). p. 162-163.

“Sincelejo: El ADN Sucreño de Gabo”Desde las raíces profundas de Sucre, emerge el ADN de Gabriel García Márquez, conocid...
22/08/2024

“Sincelejo: El ADN Sucreño de Gabo”
Desde las raíces profundas de Sucre, emerge el ADN de Gabriel García Márquez, conocido cariñosamente como Gabito. Su conexión con esta tierra es innegable, y se remonta a sus bisabuelos: Aminadad García, nacido en Caimito en 1834, y María de los Ángeles Paternina Bustamante, nacida en 1855, en Sincelejo.
Caimito, un municipio en la subregión del San Jorge, desempeña un papel crucial en esta historia. Aquí, el artista Miguel De la Espriella, también conocido como “Noble”, dejó su huella como pintor y escultor. Es al único pintor al que Gabito lo referencia por su obra pictórica en una exposición en Bogotá. Curiosamente, la referencia fue firmada por Gabito, pero escrita por Ramiro De la Espriella.
Así, el ADN de Gabo se entrelaza con las historias de Caimito y Sincelejo, creando un tejido literario que nos invita a explorar más allá de las palabras y a sumergirnos en los misterios de Macondo.

CIEN AÑOS DE SOLEDAD: LA NOVELA.Por: Iván José Arrázola Merlano.Gabitero.Recopilador.Con ayuda de la Inteligencia Artifi...
24/05/2024

CIEN AÑOS DE SOLEDAD: LA NOVELA.
Por: Iván José Arrázola Merlano.
Gabitero.
Recopilador.

Con ayuda de la Inteligencia Artificial, he iniciado un recorrido analítico sobre, la que es quizás para muchos la novela más importante del Premio Nobel de Literatura colombiano, para mostrar desde un aspecto más universal, el desarrollo de una novela que marco un hito en la literatura latinoamericana y en el mundo.
La novela “Cien años de soledad", escrita por Gabriel García Márquez y publicada en 1967, es una de las obras más importantes de la literatura universal y un pilar del realismo mágico. Esta narra la historia de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones en el mítico pueblo de Macondo. Esta obra maestra combina lo real y lo fantástico, tejiendo una compleja y rica narrativa que refleja la historia, la cultura y la identidad de América.
Gabriel José de la Concordia García Márquez, en su novela, emplea el realismo mágico como una herramienta narrativa para fusionar lo fantástico con lo cotidiano. Este estilo literario no solo define la obra, sino que también ofrece una profunda reflexión sobre la realidad latinoamericana. El realismo mágico permite a García Márquez explorar la complejidad de la historia, la cultura y la experiencia humana de una manera que desafía las convenciones tradicionales de la narrativa.
El realismo mágico es un estilo de escritura que incorpora elementos mágicos y fantásticos en un contexto realista, tratando lo extraordinario como algo común y cotidiano. Este estilo literario tiene sus raíces en la literatura latinoamericana del siglo XX y ha sido influenciado por las tradiciones orales, las mitologías indígenas y africanas, y la historia colonial de la región. Autores como Alejo Carpentier y Jorge Luis Borges también contribuyeron a su desarrollo, pero fue García Márquez quien popularizó el término y lo llevó a una audiencia global con "Cien años de soledad".
En "Cien años de soledad", García Márquez crea el pueblo ficticio de Macondo, un lugar donde lo sobrenatural se entrelaza con la vida diaria de sus habitantes. Desde el inicio de la novela, el realismo mágico se manifiesta en la llegada de los gitanos con sus prodigiosas invenciones y la presencia enigmática de Melquíades, quien trae consigo no solo artefactos científicos sino también el misterio de la inmortalidad y la predestinación.
Un ejemplo destacado de esta fusión es la historia de Remedios la Bella, cuya extraordinaria belleza provoca fascinación y desconcierto en Macondo. Su ascensión al cielo en cuerpo y alma es narrada con la misma naturalidad con la que se describen las rutinas diarias de la familia Buendía, ilustrando cómo lo mágico se integra en el tejido de la vida cotidiana.
García Márquez consigue que los elementos mágicos sean aceptados como parte de la realidad de Macondo. Esto se logra mediante la narrativa impersonal y objetiva del narrador, quien relata eventos fantásticos con la misma seriedad y detalle que los eventos mundanos. Este tratamiento neutral de lo sobrenatural desdibuja las fronteras entre lo real y lo mágico, creando un mundo en el que ambas dimensiones coexisten de manera indisoluble.
El personaje de José Arcadio Buendía es emblemático en este aspecto. Su obsesión con la alquimia y la búsqueda de la piedra filosofal son actividades descritas en términos meticulosos y científicos, pero su locura y su eventual diálogo con el fantasma de Prudencio Aguilar son aceptados como parte de su realidad. La línea entre la cordura y la locura, entre lo real y lo imaginario, se vuelve borrosa, reflejando la complejidad de la experiencia humana.
El realismo mágico en "Cien años de soledad" permite a García Márquez explorar temas universales y profundamente humanos. La soledad, el amor, la decadencia, y el destino son tratados con una profundidad y una riqueza simbólica que trascienden lo puramente narrativo. La peste del insomnio, por ejemplo, no solo afecta la capacidad de dormir de los habitantes de Macondo, sino que simboliza una pérdida colectiva de memoria y de identidad, una alegoría de las amnesias históricas y culturales de América Latina.
Otro símbolo recurrente es el hielo, que fascina a José Arcadio Buendía y aparece en momentos cruciales de la novela. El hielo representa el descubrimiento y el conocimiento, pero también la fragilidad y la transitoriedad de las realizaciones humanas. La constante búsqueda de los Buendía por comprender y controlar su destino se encuentra perpetuamente frustrada, reflejando la condición humana de lucha contra lo inevitable.
Es por esto, que el uso del realismo mágico en "Cien años de soledad" es fundamental para la obra de García Márquez. Esta técnica narrativa no solo enriquece la trama y los personajes, sino que también ofrece una nueva forma de entender la realidad, una que acepta y celebra la coexistencia de lo mágico y lo mundano. A través del realismo mágico, García Márquez invita a los lectores a reconsiderar las fronteras entre lo real y lo imaginario, desafiando las convenciones y revelando la profunda interconexión de todos los aspectos de la experiencia humana.
En última instancia, "Cien años de soledad" es una celebración de la riqueza y la complejidad de la vida, donde lo imposible se vuelve posible y lo cotidiano se transforma en algo extraordinario. El legado del realismo mágico de García Márquez continúa inspirando a escritores y lectores en todo el mundo, subrayando la universalidad de su visión literaria Latina.
Cien Años de Soledad: La Novela.
Por: Iván José Arrázola Merlano.
Gabitero.
Recopilador.

Con ayuda de la Inteligencia Artificial, he iniciado un recorrido analítico sobre, la que es quizás para muchos la novela más importante del Premio Nobel de Literatura colombiano, para mostrar desde un aspecto más universal, el desarrollo de una novela que marco un hito en la literatura latinoamericana y en el mundo.
La novela “Cien años de soledad", escrita por Gabriel García Márquez y publicada en 1967, es una de las obras más importantes de la literatura universal y un pilar del realismo mágico. Esta narra la historia de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones en el mítico pueblo de Macondo. Esta obra maestra combina lo real y lo fantástico, tejiendo una compleja y rica narrativa que refleja la historia, la cultura y la identidad de América.
Gabriel José de la Concordia García Márquez, en su novela, emplea el realismo mágico como una herramienta narrativa para fusionar lo fantástico con lo cotidiano. Este estilo literario no solo define la obra, sino que también ofrece una profunda reflexión sobre la realidad latinoamericana. El realismo mágico permite a García Márquez explorar la complejidad de la historia, la cultura y la experiencia humana de una manera que desafía las convenciones tradicionales de la narrativa.
El realismo mágico es un estilo de escritura que incorpora elementos mágicos y fantásticos en un contexto realista, tratando lo extraordinario como algo común y cotidiano. Este estilo literario tiene sus raíces en la literatura latinoamericana del siglo XX y ha sido influenciado por las tradiciones orales, las mitologías indígenas y africanas, y la historia colonial de la región. Autores como Alejo Carpentier y Jorge Luis Borges también contribuyeron a su desarrollo, pero fue García Márquez quien popularizó el término y lo llevó a una audiencia global con "Cien años de soledad".
En "Cien años de soledad", García Márquez crea el pueblo ficticio de Macondo, un lugar donde lo sobrenatural se entrelaza con la vida diaria de sus habitantes. Desde el inicio de la novela, el realismo mágico se manifiesta en la llegada de los gitanos con sus prodigiosas invenciones y la presencia enigmática de Melquíades, quien trae consigo no solo artefactos científicos sino también el misterio de la inmortalidad y la predestinación.
Un ejemplo destacado de esta fusión es la historia de Remedios la Bella, cuya extraordinaria belleza provoca fascinación y desconcierto en Macondo. Su ascensión al cielo en cuerpo y alma es narrada con la misma naturalidad con la que se describen las rutinas diarias de la familia Buendía, ilustrando cómo lo mágico se integra en el tejido de la vida cotidiana.
García Márquez consigue que los elementos mágicos sean aceptados como parte de la realidad de Macondo. Esto se logra mediante la narrativa impersonal y objetiva del narrador, quien relata eventos fantásticos con la misma seriedad y detalle que los eventos mundanos. Este tratamiento neutral de lo sobrenatural desdibuja las fronteras entre lo real y lo mágico, creando un mundo en el que ambas dimensiones coexisten de manera indisoluble.
El personaje de José Arcadio Buendía es emblemático en este aspecto. Su obsesión con la alquimia y la búsqueda de la piedra filosofal son actividades descritas en términos meticulosos y científicos, pero su locura y su eventual diálogo con el fantasma de Prudencio Aguilar son aceptados como parte de su realidad. La línea entre la cordura y la locura, entre lo real y lo imaginario, se vuelve borrosa, reflejando la complejidad de la experiencia humana.
El realismo mágico en "Cien años de soledad" permite a García Márquez explorar temas universales y profundamente humanos. La soledad, el amor, la decadencia, y el destino son tratados con una profundidad y una riqueza simbólica que trascienden lo puramente narrativo. La peste del insomnio, por ejemplo, no solo afecta la capacidad de dormir de los habitantes de Macondo, sino que simboliza una pérdida colectiva de memoria y de identidad, una alegoría de las amnesias históricas y culturales de América Latina.
Otro símbolo recurrente es el hielo, que fascina a José Arcadio Buendía y aparece en momentos cruciales de la novela. El hielo representa el descubrimiento y el conocimiento, pero también la fragilidad y la transitoriedad de las realizaciones humanas. La constante búsqueda de los Buendía por comprender y controlar su destino se encuentra perpetuamente frustrada, reflejando la condición humana de lucha contra lo inevitable.
Es por esto, que el uso del realismo mágico en "Cien años de soledad" es fundamental para la obra de García Márquez. Esta técnica narrativa no solo enriquece la trama y los personajes, sino que también ofrece una nueva forma de entender la realidad, una que acepta y celebra la coexistencia de lo mágico y lo mundano. A través del realismo mágico, García Márquez invita a los lectores a reconsiderar las fronteras entre lo real y lo imaginario, desafiando las convenciones y revelando la profunda interconexión de todos los aspectos de la experiencia humana.
En última instancia, "Cien años de soledad" es una celebración de la riqueza y la complejidad de la vida, donde lo imposible se vuelve posible y lo cotidiano se transforma en algo extraordinario. El legado del realismo mágico de García Márquez continúa inspirando a escritores y lectores en todo el mundo, subrayando la universalidad de su visión literaria Latina.

22/04/2024

Continuamos con La Sierpe y llegamos a La Marquesita.
La Sierpe no es una jaula. Es mucho más fácil ir a ella que a Leticia y Ocaña o a cualquiera de los pueblos enclavados en el Quindío. Tampoco es una novedad hablar de ella, puesto que los comerciantes en arroz del San Jorge o de Magangué saben que allí se cultiva un grano bueno y grande, y que es posible adquirirlo a precios normales, a pesar de las dificultades del transporte. Quien se sienta con deseos de viajar a esa región y tenga ánimos para hacerlo, puede tomar en Magangué una lancha que en pocas horas lo conducirá, navegando por el brazo Mojana, hasta el puerto de Sucre. Allí tomará en alquiler una bestia que en medio día lo conducirá a La Ventura. Y finalmente, luego de dos días de viaje con el agua y el cieno a la cintura, se encontrará en los tremedales de La Sierpe La ida es relativamente fácil. Lo difícil es el regreso, pues no tendría nada de extraño que a la vuelta de una ceiba lo bajaran de la bestia a machetazos y allí mismo lo enterraran sentado; o que reventara de peritonitis, con el vientre lleno de ranas. Quien decida correr los riesgos de esta aventura, no encontrará un pueblo. Encontrará una región cenagosa, laberíntica, enmarañada, en la que sólo a grandes trechos se sorprende un atisbo de sol. Cada dos o tres horas encontrará una casa primitiva, en la que viven hombres y mujeres devastados por la malaria, que racialmente no presentan diferencia alguna con los colombianos comunes. Hay gente buena y mala, como en todas partes, pero más desconfiada de los forasteros que en cualquiera otra. Se divierten como todo el mundo, con un tambor, una caña de millo y una tinaja de aguardiente destilado en uno de los cuartos de la casa. Es gente que vive mal y come mal, pero hace ambas cosas en 28 abundancia; que ha inventado oraciones para preservarse de las mordeduras de las serpientes, pero está siempre dispuesta a viajar a través de los pantanos durante dos días y dos noches para pagar cinco pesos por un analgésico. A los habitantes de La Sierpe nada los hará abandonar su in****no de malaria, de hechicería, de animales y supersticiones. Cosechan arroz y tienen oraciones para que sea de buena calidad; lo venden en los pueblos cercanos y con el producto de la venta compran petróleo, ropa y medicinas de patente. Son católicos convencidos, pero practican la religión a su manera, como la mayoría de los campesinos colombianos. Celebran el viernes Santo con suculentas comilonas de carne de res, pero su viernes Santo no es móvil, sino el primer viernes de marzo, día en que, según ellos "canta el gallinazo". Se enamoran como católicos y como españoles. Tienen un sentido trágico del amor, con celos, aguardiente y machetazos; y un sentido poético, que estimula a los galanes para cantar a su doncella largas y graciosas coplas de amor, 29 de una belleza ingenua y extraña. Se casan católicamente en los pueblos vecinos y celebran el acontecimiento con fiestas borrascosas, de una de las cuales, en alguna ocasión, resultó mu**ta a machetazos la desposada. Es gente que cree en Dios, en la Virgen y en el misterio de la Santísima Trinidad, pero los adoran en cualquier objeto en el que ellos crean descubrir facultades divinas y les rezan oraciones inventadas por ellos mismos. Pero, sobre todo -y en esto se diferencian del resto de los colombianos- creen en La Marquesita.
Por: Iván José Arrázola Merlano.
Gabitero
Recopilador.

Extraído de la investigación Patrimonialización literaria del Departamento de Sucre, a través de la identificación de sus vínculos geográficos, literarios, periodísticos, sociales, familiares y culturales con el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, con miras a consolidar al departamento como destino turístico, parte de la Ruta Macondo Colombia.

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El día de hoy quiero comenzar a compartir con ustedes, una investigación realizada por María del Pilar Rodríguez y Fran ...
18/04/2024

El día de hoy quiero comenzar a compartir con ustedes, una investigación realizada por María del Pilar Rodríguez y Fran Acuña Castellar, patrocinada por el Fondo Mixto para la Cultura y las Artes de Sucre.
No se hará cronológicamente ni de acuerdo a como están plasmada la investigación en los 4 tomos que la componen.
“LA SIERPE (Un país en la Costa Atlántica 1) La Sierpe, laberinto de marañas y tremedales, reino de encantamientos, brujerías y maleficios, no es una región mitológica, ni un áspid venenosa, sino una comarca costeña con amor a la española, en superstición a la africana, en mixtificación indescifrable. El folklore nacional tiene en la Costa Atlántica un país por descubrir. En reciente visita a la capital, el doctor Manuel Zapata Olivella trajo un conjunto musical de aquellas regiones que sorprendió aún a los comentadores habitualmente informados. De la gaita y el tambor costeños brotan sorpresas 25 suficientes para hacer entender cómo hay mucho que explorar todavía en el alma nacional, entendiendo el vocablo de su acepción genuinamente específica. Pero si de música, como expresión sensible de usos, hábitos y maneras de ser, pasamos a esos usos, hábitos y maneras, encontraremos en ellos múltiples manifestaciones de un peculiarísimo estilo de vivir propio para tipificar todo un volumen en la historia del folKlore colombiano. La revista Lámpara, fiel a su propósito de divulgación colombianista de lo colombiano –bajo el título de este artículo-, en entregas posteriores y sucesivas proporcionará a sus lectores amenas descripciones del intelectual costeño Gabriel García Márquez sobre tema tan rico y relativamente novedoso. Hace algunos años vino al consultorio de un médico de la ciudad un hombre espectral, vidrioso, con el vientre abultado y tenso como un tambor. Dijo: «Doctor, vengo para que me saque un mico que me metieron en la barriga» Y explicó que venía del sureste del departamento de Bolívar, de un cenegal situado entre el San Jorge y el Cauca, más allá de los cañaduzales de La Mojana; más allá de los bajos de La Pureza, de los breñales de La Ventura y de los pantanos de La Guaripa. Venía de La Sierpe, un país de leyenda dentro de la costa atlántica de Colombia, donde uno de los episodios más corrientes de la vida diaria es vengar una ofensa con un maleficio como ese de hacer que al ofensor le nazca, le crezca y se le reproduzca un mico dentro del vientre.
Por: Iván José Arrázola Merlano.
Gabitero
Recopilador.

Extraído de la investigación Patrimonialización literaria del Departamento de Sucre, a través de la identificación de sus vínculos geográficos, literarios, periodísticos, sociales, familiares y culturales con el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, con miras a consolidar al departamento como destino turístico, parte de la Ruta Macondo Colombia.

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