07/08/2025
EL RESURGIR DEL VINILO
Durante años lo dieron por mu**to. Dijeron que era incómodo, frágil, caro. Pero el vinilo nunca desapareció: simplemente esperó su momento. Y ese momento ya está aquí.
En un mundo saturado de lo inmediato, donde todo suena igual y se pincha igual, el vinilo vuelve como símbolo de autenticidad. No es solo el sonido. Es la textura. Es el ritual. Es el arte de portada. Es la aguja cayendo con precisión quirúrgica. Es el respeto por la música.
Las cifras no mienten: las ventas globales de vinilos han superado al CD por segundo año consecutivo. Las tiradas en sellos independientes se agotan. Las fábricas no dan abasto. Los DJs vuelven a mezclar a oído. Los coleccionistas compiten por primeras ediciones. Y las nuevas generaciones descubren que la música no solo se escucha. Se toca.
Figuras como Carl Cox, Dimitri Vegas o Héctor Oaks están apoyando este formato que jamás debería haber pasado de moda. No se trata de nostalgia, se trata de coherencia. El resurgir del vinilo es la respuesta lógica a una escena electrónica que necesita reconectar con su esencia. A veces subestimamos al público creyendo que no se dan cuenta. Pero es justo al contrario. Claro que valoran a quien hace su trabajo con herramientas que no todos pueden usar. Porque detrás de cada mezcla con vinilo hay técnica, oído, criterio y verdad.
Este resurgir también es una forma de resistencia. Una declaración de principios. Una forma de dar valor a lo humano en un mundo donde la inteligencia artificial reina en todos los campos. El vinilo no es pasado. Es presente con alma. Es cultura física, tangible, real. Y ha vuelto para quedarse.