07/07/2025
⚠️💔⚽ "Un mal entrenador puede quitarle el amor al fútbol a un niño para siempre."
El fútbol es más que un deporte; es una fuente de alegría, aprendizaje y conexión para millones de niños en todo el mundo. Pero esa pasión tan pura puede ser destruida en cuestión de meses—o incluso días—por alguien que no entiende su responsabilidad como formador. Un mal entrenador no solo enseña técnicas equivocadas; puede arrancar la ilusión, el entusiasmo y el amor por el juego de un niño con comentarios hirientes, decisiones injustas o actitudes tóxicas.
No se trata solo de perder partidos o minutos de juego; se trata de cómo ese niño se siente cuando sale del campo. Si lo único que escucha son críticas, comparaciones o gritos, si siente que nunca es suficiente o que no pertenece al equipo, ese niño puede decidir que el fútbol ya no es para él. Y lo peor es que esta pérdida no solo afecta su presente, sino también su futuro: un niño que deja de amar el fútbol podría estar perdiendo mucho más que un deporte.
🌟 ¿Qué hace tan peligroso a un mal entrenador?
Destruye la autoestima: Los comentarios negativos pueden hacer que un niño sienta que no vale nada, ni dentro ni fuera del campo.
Genera desmotivación: Cuando un niño siente que sus esfuerzos no importan, pierde interés por intentarlo.
Rompe la confianza: Un entrenador que grita, humilla o favorece a unos pocos está enviando un mensaje de injusticia que puede marcarlo profundamente.
Corta sueños antes de que nazcan: Muchos niños abandonan el deporte no porque no les guste, sino porque alguien les hizo creer que no eran buenos para ello.
💡 Recordemos siempre:
Ser entrenador no es solo saber de tácticas o estrategias; es ser consciente del impacto emocional que tienes en quienes te rodean. Un buen entrenador puede inspirar a un niño a soñar en grande, pero un mal entrenador puede apagar ese sueño para siempre. Por eso, celebremos a quienes entienden que el verdadero éxito no está en ganar partidos, sino en mantener vivas las ganas de jugar. Porque al final, el fútbol no necesita más títulos; necesita más corazones felices.
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