21/09/2025
𝐏𝐄𝐉𝐈𝐕𝐀𝐋𝐋𝐄
JOSÉ RIVAS
Geógrafo José Rivas
Desde las verdes cumbres de las estribaciones de la cordillera de Talamanca hasta los valles que duermen al atardecer, Pejivalle late con un pulso antiguo. Antes se le conocía como Pejibaye, pero en 2025 ese nombre cambió oficialmente. Un proyecto de ley —Expediente Nº 23.915— aprobado en segundo debate dispuso que el distrito III del cantón IV de Cartago, y su cabecera, pasen a llamarse Pejivalle: un acto simbólico que no solo corrige una grafía, sino que reaviva una identidad largamente sentida y pronunciada por generaciones. El cambio aprobado se refería únicamente al nombre del distrito y su villa cabecera; posteriormente se dio el cambio al hidrónimo.
El nombre “Pejivalle” procede de la indicación o descripción toponímica “Peje del valle”, consideración suficiente para rechazar el nombre Pejibaye impuesto oficialmente en 1967, que equivocadamente aludía a la fruta del pejibaye (Bactris gasipaes). Quienes propusieron el cambio aludían a que se trataba no a la fruta, sino de un sitio, un valle con abundancia de peces, claramente llamado Pejivalle. Documentos, actas y manuscritos históricos indicaban “Pejivalle” con “v” y “ll”. Hoy ese reconocimiento es ley: un gesto que fortalece la identidad local y le devuelve a este rincón de Costa Rica la dignidad de su nombre verdadero.
Caminar por Pejivalle es encontrarte con un valle que se revela en murmullos: la brisa que trae ecos de la flora tropical, el canto de aves que parecen custodiar la memoria del monte y, sobre todo, el rumor profundo del río Pejibaye, arteria viva que guarda la historia de este territorio y dibuja buena parte de sus límites. Este río nace en el área del Parque Nacional Tapantí – Macizo de la Muerte, entre el curso fluvial del río Cuericí al sur, el río Grande de Orosi al oeste y el río Palmita al este. Siguiendo su cauce con rumbo norte franco, se abastece de al menos doce tributarios sin nombre antes de recibir las aguas del río Pejivallito. Su tributario, el río Palmita, nace como quebrada Palmital y recibe el aporte de al menos ocho cursos fluviales de importancia antes de su confluencia con el río Escopeta, que también recibe unos cinco aportes de importancia hídrica antes de recibir las aguas de la quebrada Pi***la.
Ya con las aguas del Pejivallito y del río Pi***la, el Pejibaye discurre aguas abajo a su encuentro con la quebrada Chanchera y sus tributarios, las quebradas San Fernando y Azul. En su margen izquierda recibe el importante aporte del río Taus, que nace de dos brazos sin nombre en el alto Velo de Novia (2005,59 m s. n. m.) y la quebrada Selva. Se alimenta de las aguas del río Perlas y sus tributarios y del río Tausito y sus afluentes. Continúa con rumbo norte franco y recibe las aguas de la quebrada Guaro, quebrada Pedrones y quebrada Limones, antes de confluir con el río Humo, que nace en el cerro Duán (1844,25 m s. n. m.) y recibe las aguas del río Humito.
El último aporte en margen izquierda lo recibe del río Cacao, que nace de al menos dos tributarios sin nombre y la quebrada Lajas, en el flanco occidental del cerro Gavilucho (1330 m s. n. m.). En su margen derecha se une la fuerza hídrica de la unión del río Gato y del río Tepemechín, separados por la fila Casa de Teja (1100,65 m s. n. m.). Del río Gato, que nace en la divisoria de aguas con el río Pacuare, recibe el aporte de al menos siete cauces sin nombre. La fila Robles (1720,79 m s. n. m.) lo separa de su tributario el río Marta, que se abastece de cursos fluviales sin nombre, la quebrada Delicias y la quebrada Danta.
De la fila Cavicho (1372,71 m s. n. m.) nace la quebrada Honda y aguas abajo se le unen la quebrada El Cruce, la quebrada Tarros, la quebrada Zapote y otras quebradas sin nombre. El río Tepemechín se forma de la unión de dos tributarios sin nombre que nacen entre la fila Casa de Teja (1100,65 m s. n. m.) y el cerro Juray (1172,8 m s. n. m.). En el cerro Juray nacen la quebrada Noneco y la quebrada Nonequito, ambas tributarias del Tepemechín. De la fila Omega parte el curso fluvial de la quebrada Juray, que junto a otros dos afluentes sin nombre depositan sus aguas en el Pejivalle. En el flanco este del cerro Duán (1865 m s. n. m.) y cerros Doán nace el río Vueltas, que se abastece de sus tributarios las quebradas Noneco y Pisirí. Finalmente, del cerro Oso (894,6 m s. n. m.), nace el río Pejibayito, que une sus aguas al Pejivalle en las cercanías de los poblados Yolanda y Joyas, distrito Pejivalle, cantón Jiménez.
Una coordenada es un punto único en el espacio. La geografía en sus delimitaciones a veces se vale de singularidades: no siempre los límites han sido visibles o marcados con perfecta precisión, así lo constata la cartografía. En nuestro país, cuando la nación emergía y se consolidaba, la necesidad por delimitar el espacio geográfico se volvió imperiosa. Ante la falta de argumentos geográficos se recurría a este tipo de trazos: rectas geodésicas. Al sur de la provincia Cartago, si observas el mapa cantonal o distrital, verás cómo esta realidad se plasmó en la abrupta geografía de la cordillera de Talamanca y sus estribaciones. En un punto en el corazón del Parque Nacional Tapantí – Macizo de la Muerte, la casualidad o quizá el destino puso como punto de convergencia el límite de tres cantones hermanos y tres de sus distritos: Orosi de Paraíso, Pejivalle de Jiménez y La Suiza de Turrialba.
En ese punto, entre la exuberante vegetación de bosque pluvial montano bajo, convergen dos rectas geodésicas y una divisoria de aguas particular, que proviene de los cerros Cuericí en el parteaguas continental de la cordillera de Talamanca. Dicha divisoria divide las aguas de importantes cursos fluviales: al este, la cuenca del río Pacuare; al oeste, la del río Pejivalle; y al norte, el río Gato, tributario del primero. Pejivalle, distrito tercero del cantón Jiménez, nace en este sitio.
Su soberanía se proyecta con rumbo noreste por 9,5 kilómetros en una recta geodésica que culmina en el flanco suroeste del cerro Mirador (2003,73 m s. n. m.), en la naciente del río Atirro. Su límite sur con La Suiza de Turrialba continúa aguas abajo sobre el río Atirro hacia el noroeste, cerca de donde se le unen las quebradas Rancho, Pizote y el río Nubes, que nacen en la fila Rincón de la Esperanza (1845,43 m s. n. m.). De los cerros Cataratas (1952,5 m s. n. m.) provienen la quebrada Juntas y la quebrada Paniagua. En las cercanías del sitio Rincón de la Esperanza, el río Atirro recibe las aguas de la quebrada Chancha –fila Atirro (1448,28 m s. n. m.)– y aguas abajo del río Oro, que nace de los cerros Cataratas y cerro Linda Vista.
Otros cursos fluviales que abastecen este río son la quebrada Regada, la quebrada Puente, la quebrada Noneco y la quebrada Máquina Vieja, hasta su confluencia con el río Reventazón.
Aguas arriba del Reventazón, el límite ahora con el distrito Turrialba lo dibuja el cauce de dicho curso fluvial hasta un punto sobre el mismo cerca del sitio Cañaveral —ya en Tucurrique—. Desde allí, quebradas sin nombre prolongan el límite con Tucurrique hasta el cauce del río Vueltas. Ahora, el parteaguas entre el Vueltas, el Pejivalle y el Cacao dibuja su límite norte con Tucurrique. Cruzando la cumbre del alto Campos (1060 m s. n. m.) y cerro Gavilucho (1330 m s. n. m.), el límite continúa al oeste hasta la naciente del Vueltas y se prolonga por el parteaguas entre el Humo y el Tambor hasta arribar al cerro Duán (Duán 1874.25 m s. n. m.) . Con el distrito Cachí al oeste, el límite se prolonga al suroeste hasta el alto Velo de Novia (2005.59 m s. n. m.) y continúa delimitando sobre el parteaguas entre el Grande de Orosi y el Taus —tributario del Pejivalle— hasta alcanzar la naciente del Taus. Este río se prolonga al noreste y su curso fluvial delimita Pejivalle con Orosi hasta su confluencia con el Pejivalle. El Pejivalle, a partir de este punto, funge como límite con el distrito Orosi de Paraíso por 4 kilómetros aguas arriba, en la confluencia con el Escopeta. En dicha confluencia una nueva recta geodésica se proyecta al punto inicial de la presente descripción limítrofe.
Este año, al ver hacerse realidad ese cambio, Pejivalle no solo gana un nombre: gana singularidad. Se convierte en el único centro poblado y localidad de Costa Rica con ese nombre histórico. Esa bandera de identidad es también un puente para el turismo respetuoso y la conservación ecológica, un imán para que visitantes lleguen y pregunten por qué se llama Pejivalle —y no confundan su esencia con una fruta— sino con valle, con historia y con comunidad.
En definitiva, el renacer de Pejivalle es el símbolo de un país que empieza a mirar sus mapas con otros ojos. Reconocer en cada topónimo la vida que lo habita es un acto de justicia geográfica. La historia de Pejivalle invita a que más comunidades recuperen y fortalezcan su nombre, su memoria y su geografía íntima, caminando hacia un futuro en el que identidad y territorio laten al mismo ritmo, orgullosos de su unicidad.
𝐍𝐨𝐭𝐚 𝐜𝐮𝐫𝐢𝐨𝐬𝐚: actualmente con el nombre Pejibaye, prevalecen el distrito sétimo y su villa cabecera en el cantón Pérez Zeledón, el poblado Pejibaye en el distrito tercero Cote, cantón Guatuso y la hoja cartográfica 1:50000 Pejibaye.
𝐅𝐨𝐭𝐨𝐠𝐫𝐚𝐟í𝐚: 𝐯𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐝𝐞𝐥 á𝐫𝐞𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐥𝐥𝐚 𝐜𝐚𝐛𝐞𝐜𝐞𝐫𝐚 𝐏𝐞𝐣𝐢𝐯𝐚𝐥𝐥𝐞, 𝐝𝐢𝐬𝐭𝐫𝐢𝐭𝐨 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐨 𝐏𝐞𝐣𝐢𝐯𝐚𝐥𝐥𝐞, 𝐜𝐚𝐧𝐭ó𝐧 𝐉𝐢𝐦é𝐧𝐞𝐳, 𝐩𝐫𝐨𝐯𝐢𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐂𝐚𝐫𝐭𝐚𝐠𝐨. 𝐏𝐨𝐫 𝐉𝐨𝐡𝐧 𝐐𝐕.
𝐅𝐔𝐄𝐍𝐓𝐄𝐒:
𝐀𝐬𝐚𝐦𝐛𝐥𝐞𝐚 𝐋𝐞𝐠𝐢𝐬𝐥𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐑𝐞𝐩ú𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐂𝐨𝐬𝐭𝐚 𝐑𝐢𝐜𝐚. (2025). 𝐏𝐫𝐨𝐲𝐞𝐜𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐞𝐲 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐢𝐬𝐭𝐫𝐢𝐭𝐨 𝐏𝐞𝐣𝐢𝐛𝐚𝐲𝐞 𝐚 𝐏𝐞𝐣𝐢𝐯𝐚𝐥𝐥𝐞, 𝐜𝐚𝐧𝐭ó𝐧 𝐉𝐢𝐦é𝐧𝐞𝐳, 𝐩𝐫𝐨𝐯𝐢𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐂𝐚𝐫𝐭𝐚𝐠𝐨