
09/10/2025
Pataki de Oshe (5)
Olofi convocó a un concurso para que participaran todas las aves del mundo y así premiar a la más bella.
Pero el loro, que se jactaba de ser el más hermoso por tener las plumas del color del arcoíris, levantó la envidia de los demás. Las otras aves decidieron irse a un brujo para que les preparara unos polvos (ofoché) y, cuando el loro entrara, erguido y altanero, soplárselo encima. Así fue, y el loro sintió muchos mareos, fatigas y desmayos; cogió por un sendero equivocado y se encontró con Elegguá quien, al intuir la maldad de las otras aves, le hizo ebbó en el río, se lo llevó a Olofi y le contó lo sucedido. Este, justo al fin, le dio el premio al loro e hizo que sus plumas se convirtieran en talismanes para contrarrestar los polvos. Por eso quedaron como insignias y atributos en toda ceremonia religiosa. «Lucir bien tiene su premio y su dolor».