22/07/2024
Hoy es uno de esos días tristes que la vida te pone en el camino, de esos que con toda certeza sabes que algo muy importante se quebró. Conocí a José Dos Santos a mediados de los 90, yo andaba deslumbrado por el mundo de la radio. Eran mis primeros años y la fascinación me podía. Iniciar ese camino en CMBF Radio Musical Nacional, aun doy gracias porque esto ocurriera en esa emisora, sobre todo porque entre otros, fui parte del colectivo del programa La Esquina Del Jazz, y aún lo sigo siendo. Fue la primera vez que vi a José, aunque ya sabía de el por sus guiones, cada uno era una clase magistral. Tenía la capacidad, como buen periodista, de capturar la atención del lector (radioescucha).
Siempre me impresionó el conocimiento tan amplio y profundo de este hombre sobre el Jazz, eran años en los que la internet, las redes sociales o los teléfonos móviles no existían. Ni pensar en la posibilidad de googlear algún dato para obtener más información, mucho menos descargar una revista, un libro o un disco de música. Sin embargo, José siempre estaba al día, su actualidad informativa y musical eran sorprendentes. Nunca me atreví a preguntarle como hacia para obtener todo el material que compartía en sus guiones, pero eso sí, las entregas de Dos Santos eran impresionantes, eran los tiempos del guion impreso en papel, y los suyos siempre fueron generosos en cantidad de texto. Eso no quedaba ahí, el traía la música para el programa, y en cualquier formato de los disponibles en aquelka epoca, una placa de vinilo, un casete o una cinta magnetofónica. Recuerdo cuando llegaron los CD como nos facilitó el trabajo. Para colmo, gracias a la generosidad de José, en CMBF se fue creando una pequeña fonoteca de Jazz que llegó a ser una colección importante.
La vida llevó por caminos disimiles a este hombre que comenzó su carrera periodística en 1969 en la agencia Prensa Latina, donde ocupó diversas responsabilidades, llegó a ser vicepresidente para la Información en esa agencia noticiosa entre 1984 y 1993. Mas tarde devino profesor auxiliar de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de la Habana. Resultó electo vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba por el Sexto Congreso en 1993, y reelecto por el Séptimo Congreso en 1999. Tesorero de la Federación Latinoamericana de Periodistas FELAP y autor de varios libros. Además de todas estas responsabilidades, siempre reservó tiempo para su pasión, así se convirtió en un avezado historiador, cronista y crítico de Jazz.
Recuerdo nítidamente la primera vez que lo visite en su casa, resulto muy impactante para mí, cual santuario que rendía culto a su pasión. Era impresionante la cantidad y la variedad de su colecciona musical, el orden exquisito y la catalogación esmerada y minuciosa de sus materiales. Sin lujos, me atrevo a decir que modesto, su espacio de trabajo, mostraba quien fue José, una computadora casi obsoleta, una máquina de escribir, y anaqueles de fabricación casera donde se mezclaban standard jazzísticos, joyas discográficas de los más importantes instrumentistas de cualquier parte del mundo, o de jazz cubano. Todo esto aderezado con fotos y recuerdos de sus viajes por el mundo, huellas de una vida intensamente aprovechada.
La vida le puso pruebas, pero José las superó todas, se repuso a cada obstáculo, no importa lo difícil que fuera. Pero ese valor y esa entereza no fue lo que más me impactó, lo verdaderamente impresionante fueron sus ganas de seguir trabajando, sus guiones nunca perdieron actualidad, y la música, que durante todos estos años continuó aportando, y que nunca supe como hacia para obtenerla con impresionante inmediatez.
Es un duro golpe, de esos que la vida te pone en el camino, de esos que con certeza no sabes cómo vas a superar.