20/08/2025
VIOLAS. REVISTA VILLACLAREÑA DE LITERATURA
presenta en su número 17 (abril-junio, 2025)
«Poesía a la vista»: écfrasis o sintonía afectiva Diálogo con Aramís Quintero y Ramón Carrillo
por Alexis Castañeda Pérez de Alejo
La influencia e interferencia entre las diversas expresiones del arte data de los albores mismos de la humanidad. En ese transcurso, indudablemente la pintura, la poesía y la música son las expresiones que más han logrado este fructífero diálogo complementario.
Han sido frecuentes las interinfluencias, acordadas o no, entre poetas y pintores, en una verdadera plática artística que recorre toda la historia del arte y la literatura. No es extraño ya el trasiego de terminologías, y escuchar hablar de «poesía plástica» o de «cuadro poético».
A veces el pintor no alcanza a decirlo todo, y es cuando el poeta completa la idea desde su interpretación y sensibilidad, algo beneficioso sobre todo para el receptor, ya sea lector o público expectante ante una obra de arte. Puede suceder a la inversa: no bastan las palabras para describir lo que el pintor plasma en su espacio.
Estos sucesos han tenido momentos cumbres dentro de los grandes movimientos artísticos y las vanguardias —como fue el caso del surrealismo—, instantes que propician una aglomeración cercana y bullente de ideas, con apasionados destellos que siempre alcanzan la creación vecina, voluntariamente o no, sentando precedentes que luego pueden quedar como regularidad o simple moda. Oportuno recordar la designación de «pictopoemas» usada por el pintor y poeta Víctor Brauner en algunas de sus obras.
Abundan los títulos de obras poéticas, o de sus partes, que aluden metafóricamente a una obra pictórica. Algunos poetas manifiestan el recuerdo o el impacto que el cuadro ha dejado en su memoria. Un recuento rápido nos apunta los ejemplos de Allen Ginsberg, que escribió un poema titulado Los puertos de Cézanne, motivado por las obras Paisaje de La Roche Fuyon o La bahía de l’Estaque. El Cristo de Velázquez, de Miguel de Unamuno, sale de la inspiración que le produjo un cuadro del célebre pintor barroco español. En A la pintura, Rafael Alberti recoge impresiones, figuraciones y semblanzas sobre pintura y pintores. El viejo guitarrista ciego, de Picasso, conquistó sobremanera al norteamericano Wallace Stevens, quien escribió el poema El hombre de la guitarra azul.
En Nuestra América se destaca el poemario Claroscuro, del chileno Gonzalo Millán, donde son recurrentes como personajes los pintores barrocos Michelangelo Merisi da Caravaggio y Francisco de Zurbarán. La uruguaya Cristina Peri Rossi a través de un singular texto, Las musas inquietantes, hace un recorrido, desde su vocación feminista, por cuarenta y nueve obras de la plástica universal; y el peruano Fernando de Szyszlo establece una relación enfática con la llamada poesía moderna en América Latina, como es la de César Moro, Emilio Adolfo Westphalen, César Vallejo, José María Arguedas y Octavio Paz. Muy conocida y estudiada resulta Piedra de sol, que toma el título del poema homónimo de Paz.
A esta simbiosis o complementariedad de sensibilidades e ideas se le ha llamado écfrasis o arte ecfrástico, razonado como la interpretación verbal de un arte visual. «Poemas intertextuales» también se le ha nombrado a la reconciliación entre los dos medios artísticos.
Tal vez el último acontecimiento de esta índole acaecido dentro del ámbito latinoamericano sea el que sus autores han titulado Poesía a la vista, contrapunteo fraternal entre el poeta matancero Aramís Quintero y el dibujante villaclareño Ramón Carrillo, ambos radicados en Chile.
Normalmente el écfrasis se produce cuando el escritor rumia en su memoria el recuerdo o huella que ha dejado la obra de arte, pero en esta muestra el poeta ha escrito in situ, con la obra delante. La pintura y el poema aparecen en espacios contiguos, donde el lector pueda apreciar la correspondencia que las palabras establecen con la imagen, su interpretación personal a modo de glosa, incluso variaciones o ampliaciones semánticas que el pintor no concibió.
Aramís Quintero nació en Matanzas el 3 de septiembre de 1948. Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas, es poeta, además de humorista escénico y guionista de programas de radio y televisión, y autor de más de treinta libros de poesía, narrativa y textos para niños.
Ramón Carrillo es natural de Cai-barién, provincia de Villa Clara, donde nació el 16 de junio de 1961. Artista visual, esencialmente dibujante; como humorista integró varios formatos escénicos como La Leña del Humor y La Oveja Negra.
Interesante propuesta de dos cubanos encontrados en otros lares. Sorprende y motiva conocer las tentaciones y la génesis que lograron estas conclusiones artísticas.
A pesar de tanto tiempo de amistad y admiración mutua, residiendo en la misma vecindad geográfica, tardaron mucho en llegar a esta complementariedad creadora. ¿Realmente era una idea latente y archivada o fue un soplo de casualidad? ¿Desde dónde fluyó la propuesta y el compromiso creativo?
Aramís Quintero (AQ): Hace ya varios años, mi mujer, Mariela, me había sugerido la idea de un trabajo como este con Carrillo. Lo conversamos, y yo le envié los diez primeros textos. Pero a la sazón llegó la pandemia, y todo quedó paralizado. Prácticamente lo olvidamos, hasta que muy recientemente, y de modo casi impensado, la idea reflotó. Nos asombramos de no haberlo retomado antes.
Ramón Carrillo (RC): Como lo cuenta Aramís, esta idea ya la habíamos pensado, pero el virus paralizó todo. Pasó el tiempo, y en uno de nuestros encuentros tocamos el tema del proyecto y nos volvimos a enamorar de la idea, pero con una fuerza tan superior que en una semana estaba listo Poesía a la vista.
Los dibujos ya existían, es decir, no interviniste en la idea original, no hubo acuerdo previo en cuanto al tema motivacional. ¿Te costó entonces desdoblarte sobre la sensibilidad del otro, o encontraste correspondencia, una identidad poética, expresiones del dibujo que también tenían sentido para ti y te permitían completarlo?
AQ: No me costó escribir poemas a partir de estos trabajos de Carrillo, precisamente porque en su obra, además de humor, hay un aire poético que siempre me ha gustado. Y suele haber también una sensibilidad infantil. Los tres factores: humor, poesía y mirada infantil, me han sido siempre significativos y atractivos. Y los tres se integran de manera orgánica, y hermosa, en la obra de Carrillo.
Se te ha clasificado como dibujante humorístico, aunque tu obra ha estado cruzada siempre por un halo lírico de graciosa ternura. He visto que últimamente calzas tus dibujos con acotaciones textuales de intenciones poéticas. ¿Podemos decir que has llegado ya a un estado de madurez como artista, que esto era en fin lo que querías lograr, la cúspide de tus propósitos, la obra total lograda?
RC: Con más de treinta años en el humor gráfico y escénico, creo, sin que suene egocéntrico, que estoy justo en el momento en que pensar si soy el uno o el tres no es prioridad. Soy consciente de lo que voy creando, manteniendo la esencia de poesía y humor en mis obras, lo cual me hace sentir feliz. Me faltan muchas obras por mostrar y crear todavía como para sentir que he llegado a la cúspide, porque cada momento en que creo una obra, es un principio.
Es admirable cómo aquí tu poesía no se siente rebajada a un tema prefijado, sino que se mantiene por las mismas alturas cualitativas a que nos tiene acostumbrados toda tu obra poética, con un rejuego hábil del idioma, expresado en un lirismo casi visual, que funcionaría aunque no tuviera el dibujo apareado. ¿Es este trabajo, especie de relectura crítica de la obra de arte, un completamiento de lo que pudo haber quedado al pairo en la idea pictórica plasmada?
AQ: Más que una relectura crítica o completamiento conceptual, se trata de una sintonía afectiva y de un reflejo, en las palabras, del placer provocado por las imágenes. Y ese ha sido, en general, el caso de toda mi poesía inspirada en la plástica (como en mis libros Arca, Fábulas y estampas, Letras mágicas, etc.). Aunque, por supuesto, también apuntan en mis poemas, muchas veces, ideas o conceptos sugeridos por las obras plásticas, y que estas no necesariamente se proponen.
Estudiaste también Artes Plásticas, en el libro de poesía Arca (Gente Nueva, 1992) dejas ver ese conocimiento e inclinación estética, pues está basado en obras de la plástica universal con reproducciones de estas. Considero que esa comprensión sensitiva del arte te hizo más expedito y a la vez estimulante el camino para el proyecto presentado por Carrillo. ¿Puedes abundar sobre este libro sui géneris dentro de la poesía cubana y que me parece demasiado arrinconado en el olvido?
AQ: Sí, trabajar sobre la obra de Carrillo es una experiencia que ya me era familiar. La plástica, y especialmente la pintura, siempre me fue atractiva, y eso se ve en gran parte de mi poesía. El libro Arca reúne algunas de las obras y autores de la pintura y la escultura que más me han gustado siempre. La edición cubana de 1992 no pudo incluir buenas reproducciones en color de las obras, por lo que hice recientemente una edición de autor para Amazon (2020). Mi libro Fábulas y estampas (Unión, 1987) tiene una sección de poemas sobre obras pictóricas, y también lo reedité en Amazon (2021) con reproducciones en color de las pinturas. Y Letras mágicas (Gente Nueva, 1991), de poemas inspirados en grabados de una fabulosa edición antigua de El Quijote, lo reedité igualmente en Amazon (2022), esta vez con tapas duras y en formato un tanto mayor. El resultado gráfico es de gran calidad, y disfruté mucho esos trabajos.
¿Qué posibilidades públicas ha tenido Poesía a la vista? ¿Qué otras pretensiones tienen con el proyecto?
RC: El proyecto ya comenzó a dar pasos sólidos: un productor editorial nos llamó, interesado en hacer el libro Poesía a la vista. También estamos buscando fechas con otro productor para una exposición en una importante galería de arte en Santiago de Chile.
¿Tendrá una saga o es solo un ciclo cerrado?
RC: Sí, Aramís me planteó también la idea de que yo podría inspirarme en textos que ya él ha escrito, lo cual es para mí muy halagador y motivador.
AQ: Por parte de la poesía, la muestra puede ampliarse, pues la obra de Carrillo es extensa, y además él piensa continuar trabajando. Y como es una obra madura, que encontró ya su lenguaje y su tono, pienso que seguirá siendo inspiradora para mí. Además, tenemos la posibilidad de que estos trabajos aparezcan próximamente como libro.
Descarga «Violas. Revista Villaclareña de Literatura» 17 (enero-marzo, 2025) en: https://drive.google.com/file/d/1_S755oQZqzQzpTf4ZO1KR9JvXjY18AQb/view?usp=drivesdk
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