
30/07/2025
Cinco años de Vela Cubana: una pasión convertida en movimiento
Hace cinco años, un grupo de amigos decidió dar un paso que parecía sencillo, pero que resultó profundamente transformador: fundar el proyecto Vela Cubana. Su origen no fue otro que una carencia histórica evidente: la ausencia de un espacio sólido y organizado para promover, divulgar e investigar sobre el deporte de la vela en Cuba.
Paradójicamente, Cuba, con sus extensas costas, vientos privilegiados y una rica tradición náutica, carecía de una plataforma que preservara y proyectara la memoria de un deporte que había marcado la infancia de tantos de nosotros. Durante años, el interés por la vela había sobrevivido en la memoria de quienes alguna vez fuimos niños navegando en las aguas de la bahía del Mariel, cargando con esa mezcla única de adrenalina, viento y mar que jamás se olvida.
Fue precisamente ese recuerdo —junto con la chispa que encendieron las redes sociales y un modesto grupo de Messenger donde se compartían historias y anécdotas— lo que nos impulsó a dar vida a Vela Cubana. No fue un proyecto planificado desde el escritorio, sino una construcción colectiva hecha de nostalgia, compromiso y pasión.
Un espacio que revive y transforma
En estos cinco años, hemos sido testigos de aprendizajes inesperados y de una respuesta comunitaria sorprendente. Lo que comenzó como un sueño pequeño se convirtió en un punto de encuentro para entrenadores, atletas, familias y amantes de la vela en toda la isla, con un impacto que ha sobrepasado nuestras propias expectativas.
Contamos con la complicidad y entrega de entrenadores históricos de la provincia de La Habana, así como de otras provincias del país, que han hecho un esfuerzo extraordinario para mantener vivo este deporte frente a la escasez de recursos y el olvido institucional. Gracias a ese empeño colectivo, hoy celebramos logros que hace unos años parecían inalcanzables: unos Juegos Escolares Nacionales con una vitalidad y una calidad que no se veía desde hace mucho tiempo.
Donaciones y solidaridad: el verdadero motor
Otro pilar fundamental ha sido la red de donaciones. Casi todos los implementos deportivos que hoy se utilizan son fruto del desprendimiento de personas que han entendido que el deporte en Cuba debe estar más cerca de la cultura y la sociedad, y más lejos de la ideología política. Gracias a esa solidaridad, se ha logrado construir una base material que permite que los niños y jóvenes puedan volver a soñar con la vela, no solo como un deporte, sino como una experiencia de vida.
Un compromiso con el futuro
Vela Cubana no pretende ser un proyecto perfecto ni un club exclusivo; es un movimiento abierto, vivo y comprometido con su tiempo. El próximo quinquenio nos encontrará luchando por el derecho de asociación independiente y el derecho de cualquier ciudadano a la propiedad de embarcaciones deportivas, algo esencial para el desarrollo sostenible de la vela en la isla.
En estos cinco años hemos plantado una obra que, guste o no, está marcando una diferencia en un contexto complejo, en una Cuba que, creemos firmemente, es de todos y no de unos pocos.
A todos los que han aportado, ya sea con tiempo, recursos o pasión, nuestro más profundo agradecimiento. Porque Vela Cubana no es solo un proyecto: es un testimonio de que, incluso en tiempos difíciles, la pasión por el mar, el viento y la libertad puede unirnos y hacernos mejores.
¡Gracias, Vela Cubana! Y por muchos años más navegando juntos.