30/09/2025
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El silencio de FENATRADO ante la muerte de Pablo Guzmán Díaz
La comunidad de Santana todavía está de luto por la partida de Pablo Guzmán Díaz, un hombre trabajador que pasó su vida al volante, llevando el pan de cada día a su familia con esfuerzo y sacrificio. Su sepelio, acompañado por decenas de camiones bajo la lluvia, fue una muestra del cariño y respeto de sus compañeros. Pero, después de las lágrimas y los homenajes, queda una pregunta que no se puede ignorar: ¿qué pasa con la familia de un camionero cuando él ya no está?
FENATRADO, el sindicato de transporte más grande y poderoso del país, tiene la fuerza de paralizar la economía cuando lo decide. Mueve millones de pesos cada año. Sin embargo, en este momento de dolor, lo que la gente percibe es un silencio que duele más que la propia pérdida.
¿De qué sirve tener un sindicato tan grande si, cuando un camionero muere, su familia queda desamparada? ¿Qué pasa con las cuotas que pagan durante años? ¿Existe un seguro, un fondo de ayuda, algo que alivie aunque sea un poco la carga de los que quedan atrás?
La muerte de Pablo debe abrir los ojos de todos. No basta con acompañar el ataúd con camiones ni llenar la calle de bocinas. La verdadera solidaridad se demuestra con hechos: con apoyo económico, con respaldo humano, con la certeza de que la familia de un camionero no queda sola cuando él falta.
FENATRADO tiene una responsabilidad moral y social que no puede seguir ignorando. Sus miembros merecen saber qué beneficios reales tienen en caso de accidente o muerte. De lo contrario, el sindicato seguirá viéndose como un gigante de poder político y económico, pero vacío de humanidad.
Y hay otra verdad que tampoco se puede callar: ¿qué han hecho los dueños del camión que manejaba Pablo? Hasta ahora, nada. Ni una ayuda, ni una palabra de consuelo. La vida de un trabajador no puede valer solo mientras produce dinero.
Que la muerte de Pablo Guzmán Díaz no se quede en un recuerdo bajo la lluvia. Que sea un llamado a reflexión, pero sobre todo a acción. Los camioneros merecen dignidad, seguridad y respaldo, no solo trabajo y sacrificio.
Hoy la comunidad espera que FENATRADO, los dueños de camiones y las autoridades escuchen este clamor. Porque el mejor homenaje para Pablo no son las lágrimas ni las bocinas, sino garantizar que ningún otro camionero —y ninguna otra familia— tenga que pasar por el mismo abandono.
Y si estoy mal que alguien me explique como funciona esto 🤦♂️
Fenatrado