05/11/2025
El especialista recordó en declaraciones al periódico Hoy que aquel episodio tuvo un impacto significativo en la zona costera, y advirtió que las condiciones actuales presentan un escenario más complejo debido al aumento poblacional y al desarrollo urbano en las franjas litorales. Destacó que actualmente existen numerosas viviendas, comercios y carreteras próximas al mar, sin contar con una infraestructura o señalización adecuada para responder ante una eventual emergencia de esa magnitud.
De León puntualizó que los cuerpos de bomberos y las entidades de socorro de la región no disponen del entrenamiento ni de la capacidad técnica requerida para actuar de manera efectiva ante un tsunami. Señaló también que no existe un programa sostenido de educación sísmica que instruya a la población sobre cómo proceder frente a una alerta o evacuación preventiva.
Asimismo, explicó que la línea de contacto entre las placas tectónicas de Norteamérica y el Caribe continúa acumulando suficiente energía, lo que podría generar en cualquier momento un nuevo movimiento sísmico de gran intensidad. Por tal razón, insistió en que se deben tomar medidas preventivas que reduzcan los riesgos y permitan una mejor respuesta institucional y ciudadana.
Entre las sugerencias planteadas, De León recomendó establecer señalizaciones topográficas que indiquen la cota de 10 metros sobre el nivel del mar, como punto de referencia para la seguridad de los habitantes. También propuso la construcción de estacionamientos elevados a intervalos regulares en las zonas costeras, con el propósito de facilitar evacuaciones rápidas en caso de emergencia.
El geólogo sugirió además incorporar la educación sísmica en los programas de enseñanza primaria y secundaria, de modo que las nuevas generaciones desarrollen una cultura de prevención ante fenómenos naturales. Igualmente, planteó incluir estudios de riesgo en todos los proyectos