25/09/2025
Señores hay que cuidar alos niños asta en las escuelas dios
El día de hoy hago mi denuncia pública, ya que en varias ocasiones —más de cuatro— asistí a la escuela buscando una solución y solicitando que se realizara una reunión con los padres de los niños que acosaban a mi hijo. Sin embargo, nunca recibí una respuesta positiva.
El niño constantemente llegaba golpeado y con moretones que, en algunas ocasiones, le han durado más de una semana. Esto constituye un agravante más que suficiente para llevar este caso hasta las últimas consecuencias contra el centro educativo, por las siguientes razones:
1. Irresponsabilidad, existiendo suficientes cámaras en la institución para verificar lo ocurrido.
2. Falta de supervisión, ya que en la escuela hay bastantes maestros y, aun así, no han garantizado la seguridad de mi hijo.
La semana pasada, incluso, el niño presentó fiebre a causa de la situación, y la respuesta de la escuela ha sido únicamente dar “paños tibios” en lugar de resolver el problema de manera efectiva.
Asimismo, deseo agregar lo siguiente:
Mi hijo es llevado todos los días a la escuela por mi padre, quien es agricultor. En un intento de justificar lo injustificable, personas del centro recortaron una fotografía de mi padre, donde aparecía con sus botas y su machete —herramientas propias de su trabajo— insinuando que había ido con la intención de agredir a un maestro. Esa acusación es totalmente falsa, pues mi padre únicamente llevó al niño, como lo hace diariamente. ¿Dónde vamos a parar con este tipo de difamaciones?
En ningún momento el centro me llamó para informarme sobre lo que estaba ocurriendo con mi hijo. Fue solo cuando acudí personalmente, aprovechando mis vacaciones laborales, que pude enterarme de la realidad: varios niños se me acercaron en el pasillo y comenzaron a relatarme los constantes episodios de bullying y acoso hacia mi hijo.
Ante esto, la orientadora Vanicia, lejos de apoyar la situación, reaccionó de manera incorrecta, vociferando a los niños con tono amenazante para persuadirlos de que dejaran de contar lo sucedido. Sus palabras textuales fueron:
“Esta comunidad es una comunidad de chisme, los comunitarios son unos chismosos, dejen de estar contando y váyanse a sus aulas, que a ustedes lo que les gusta son los problemas.”
¿Fue esa la manera en que una orientadora debió dirigirse a los estudiantes? La respuesta es clara: NO.
Posteriormente, al continuar investigando, me dirigí al coordinador del centro, Wilson Moreta, quien me respondió que “son juegos de niños”. Me sorprendí enormemente, pues le mostré las condiciones físicas de mi hijo, con golpes y moretones, y le pregunté directamente: ¿Esto le parece un simple juego?
Y hoy me hago estas preguntas públicamente:
• ¿Acaso el bullying es un juego?
• ¿La violencia es un juego?
Mi hijo ha sido víctima de un grupo de estudiantes que lo acosan diariamente, al punto de que en una ocasión gritaba desesperadamente “¡auxilio!” desde la verja cercana a Manguita, y nadie acudió a socorrerlo. ¿Se imaginan el nivel de estrés y sufrimiento que ya estaba viviendo el niño?
Si en ese momento mi hijo hubiese perdido la vida, ¿también diría el señor Wilson que fue “un juego” y el centro se desligaría de la situación?
Sabanalteros, hoy fue Hayden, pero mañana puede ser cualquier otro niño. No es un secreto que en esta escuela los maestros no están cumpliendo con sus verdaderas funciones: enseñar y, sobre todo, salvaguardar la integridad de los estudiantes.
Es muy lamentable que este tipo de cosas estén sucediendo en mi comunidad y que todos se hagan ciegos, mudos y sordos ante una situación tan dolorosa,les dejo las imágenes para que vean cuáles son los juegos según Wilson
