20/08/2025
🌬️ Hace mucho tiempo, existía una montaña muy vieja y grande que pasaba desapercibida entre los demás volcanes. Cansada de su soledad, decidió morir para renacer más joven, y así surgió la mamita Cotacachi, hermosa y majestuosa, de 4.939 metros de altura.
Pronto llamó la atención de Imbabura, un volcán joven y atractivo, con quien formó pareja y tuvo un hijo llamado Yanahurco, que lamentablemente murió joven. Tres montañas, conocidas como las Viudas, permanecen velando su memoria.
Antes de Imbabura, Cotacachi había estado unida al viejo Rucu Pichincha, con quien tuvo un hijo, el Guagua Pichincha. Sin embargo, su amor por Imbabura se la llevó a abandonar a su primer esposo. Rucu Pichincha, herido, se vengó llevándose al Guagua Pichincha, dejando a Cotacachi llorando eternamente. De sus lágrimas nació la laguna de Cuicocha, conocida como Chumaví.
Con el paso del tiempo, los pobladores aprendieron a aprovechar la nieve del volcán. Entre 1960 y 1980, los hieleros subían al Cotacachi con alpargatas, sin protección contra el frío ni el sol, para extraer sus valiosos yacimientos de nieve.