14/06/2025
|| “Aferrada a sus sueños hasta el último aliento: la trágica despedida de Joselyn Zapata”
En medio de la furia desbordada del río Pacayá, una imagen estremecedora conmovió a todo un país: una joven aferrada con desesperación a su motocicleta, resistiendo el arrastre de una corriente implacable. Esa joven era Joselyn Zapata, y esa moto no era solo un vehículo, era el reflejo de su lucha diaria, de sus horas interminables de trabajo, de su libertad conquistada a pulso. En ese instante en que muchos solo vieron una decisión imprudente, ella defendía lo que había construido con amor y sacrificio.
Joselyn no soltó su moto porque soltarla era soltar parte de su historia. Quien nunca ha tenido que trabajar desde abajo quizá no entienda el valor de lo que ella protegía. En esos segundos eternos, eligió aferrarse no por necedad, sino por la fidelidad a sus sueños, por la conexión íntima con aquello que representaba su esfuerzo, su movilidad, su independencia. Desde fuera fue fácil juzgar, pero solo ella supo lo que ardía en su pecho en medio del agua helada.
Hoy, la corriente se llevó su cuerpo, pero no pudo llevarse su coraje ni su huella. Escuintla despide a una de sus hijas más valientes con el corazón roto y la mirada en el cielo. Joselyn vivió como luchadora y murió defendiendo lo que amaba. Su historia no será olvidada, porque encarna el dolor y la grandeza de quienes dan la vida por lo que han forjado con sus propias manos.
Joselyn Zapata ya no está entre nosotros, pero su fuerza permanece como símbolo de amor, esfuerzo y resistencia. Que su sacrificio nos despierte como sociedad para proteger más la vida que los bienes, pero también para no minimizar lo que otros valoran desde el alma. Hoy, más que lágrimas, Joselyn merece nuestro respeto eterno. Que su alma encuentre la paz que tanto se ganó en vida.