08/07/2025
🌅 "El café que nunca se enfría"
Don Ernesto tenía 67 años cuando decidió abrir su pequeño local de café en una esquina olvidada del barrio. Su familia pensó que era una locura. No tenía redes sociales, ni marketing, ni siquiera una buena ubicación. Pero sí tenía algo que no se ve a simple vista: esperanza.
Cada mañana, desde las 5:30 a.m., limpiaba su espacio, ponía la olla a hervir y preparaba café con canela, clavo de olor y mucho amor. Aunque durante semanas nadie pasaba. Nadie se detenía. Nadie preguntaba. Solo él, su banca de madera y el sonido de la calle vacía.
Algunos vecinos lo miraban con lástima. Otros con burla. "Ese viejo está perdiendo el tiempo", decían. Pero don Ernesto no se molestaba. Sonreía, barría la vereda y dejaba el café listo. A veces se lo tomaba él mismo, mirando el amanecer en silencio, recordando los días en que su esposa estaba viva y la vida era más amable.
Una mañana de lluvia, un joven oficinista se refugió bajo su techo improvisado. Estaba empapado, molesto y con prisa.
—¿Tiene café? —preguntó sin mucha expectativa.
—Siempre —respondió Ernesto, sirviendo con cuidado.
Se sentaron sin hablar mucho. Hasta que el joven, intrigado, preguntó:
—¿Por qué sigue aquí si nadie viene?
Don Ernesto sonrió, como si esa pregunta ya la hubiera respondido mil veces en su interior.
—Porque este lugar me da paz. Porque mientras el café no se enfríe, siempre hay tiempo para que algo bueno pase.
El joven se quedó en silencio. Esa frase se le quedó grabada. Al día siguiente volvió, esta vez con una amiga. A la semana, eran cinco. Pronto, el pequeño café se convirtió en punto de encuentro de estudiantes, oficinistas, vecinos cansados del ruido de los cafés modernos.
Pero nadie venía por la bebida. Venían por don Ernesto. Por sus historias. Por su calidez. Por esa sensación de que, al menos en ese rincón del mundo, todo iba a estar bien.
Hoy, "El café que nunca se enfría" es conocido en todo el barrio. Tiene una pizarra con frases que Ernesto escribe cada mañana, y una fila de personas que no quieren solo un café: quieren recordar que todavía hay bondad, perseverancia y humanidad.
💬 Reflexión final:
A veces creemos que todo se trata de éxito rápido, números o likes. Pero lo que realmente transforma el mundo son las personas que no se rinden, que hacen las cosas con el corazón, y que siguen mostrando amor… incluso cuando nadie los ve.
✨ Nunca subestimes lo que puedes construir, aunque empieces solo.