25/09/2025
Una carrera profesional no se daña ni se destruye de golpe: se sabotea poco a poco, con actitudes equivocadas, creencias obsoletas y decisiones cómodas que, aunque parecen inocentes o inofensivas, terminan por dañar reputaciones, cerrar puertas y hacer perder oportunidades. Aquí algunas ideas que he detectado de lo que muchos hacen – o dejan de hacer a diario – sin darse cuenta de su impacto, convencidos de que están en el camino correcto.
Aférrate al pasado.
Cree firmemente que el empleo seguro, de por vida o como derecho, aún existe. Por lo menos para ti. Aférrate a la idea de jubilarte en la misma empresa en la que estás hace años. Basta con cumplir un horario y esperar que la empresa se encargue de tu futuro. Ojo: nada destruye tus posibilidades de avanzar como la complacencia.
Evítate la incomodidad de planear
No definas metas ni direcciones para el desarrollo de tu perfil profesional. Deja que la rutina decida por ti, sin preguntarte a dónde vas, qué deseas alcanzar y qué brechas debes cerrar para llegar allí. Confía en el “ya veremos qué pasa”. Evita planear y así te ahorrarás desilusiones o esfuerzos inútiles. El tiempo se encargará de que no llegues a ningún lado.
Nunca sueñes en grande
Deja de fantasear con éxito, logros o proyectos propios. Cree que imaginar tu éxito es una pérdida de tiempo. Repite que soñar es para ingenuos y que la realidad es gris e inamovible. Olvida que toda meta empieza con un norte, una visión clara. Como decía Seneca, si no sabes hacia donde navegas ningún viento te será favorable.
Ajusta tu ética según te convenga
Acomoda tus principios y valores según la situación. Promete lo que no piensas cumplir, miente un poco si es necesario y justifica cualquier atajo. Como sospechas, es la forma más rápida de dañar tu reputación y perder la confianza de quienes te rodean.
No pierdas tiempo en relaciones.
No cultives contactos ni inviertas tiempo o energía en redes de confianza, que están sobrevaloradas. ¿Para qué interesarte por los demás, cultivar amistades, conocer gente o ayudar a otros? Convéncete que no necesitas hacer un esfuerzo por nadie. Seguro cuando necesites un dato o una referencia, alguien aparecerá por arte de magia.
Nunca rectifiques
Si te equivocas, niégalo, escóndelo debajo de la alfombra, ignora el error o échale la culpa a alguien más. Nunca asumas responsabilidad ni rectifiques. La humildad o la honestidad no sirven para nada cuando puedes optar por el descaro. Eso sí: prepárate para que tu credibilidad se derrumbe a toda velocidad.
Resultados, ¿para qué?
Ir a la oficina o encender el Zoom es suficiente cumplimiento. Haz acto de presencia, pero no te preocupes por eso de agregar valor, cumplir objetivos y menos indicadores. Total, que otros se encarguen. Tú dedícate a sobrevivir.
Resístete al cambio tecnológico.
Eso de actualizarse y mantenerse vigente es para los esforzados y chancones. Mantente cómodo con lo que ya sabes y agárrate fuerte a tu posición. Nada de aprender cosas difíciles ni muy nuevas, espera mejor a que pasen de moda. Con eso garantizas volverte irrelevante en un mundo que cambia cada minuto sin que te des cuenta.
Sé frío y distante.
Nada de calidez, autenticidad, sencillez o cercanía: eso es para otros que son blandos o interesados. Mientras más frío y distante te mantengas, mejor, menos complicación. Así te aseguras que nadie quiera volver a trabajar contigo.
Como ves, destruir tu carrera no requiere grandes esfuerzos: basta con ideas equivocadas, mala actitud, complacencia y falta de coherencia.
Finalmente, el éxito profesional no depende de la suerte ni de fórmulas secretas. SSe alcanza no siguiendo atajos equivocados ni escondiéndose detrás de máscaras. Se construye con visión, coherencia y la valentía de ser auténticos. Cada paso que damos, cada palabra que cumplimos y cada relación que cultivamos dejan una huella que define quiénes somos y qué tan lejos podemos llegar. La verdadera fortaleza está en atrevernos a soñar con ambición sana y en sostener esos sueños con disciplina, integridad y pasión. El mundo profesional premia a quienes se atreven a vivir y trabajar en sintonía con lo mejor de sí mismos.
Una carrera profesional no se destruye de golpe, se va saboteando poco a poco: con malas actitudes, complacencia, ideas equivocadas o falta de coherencia. 🚫 Y lo más triste es que muchas veces no nos damos cuenta del daño que podemos estar haciendo a nuestra carrera.
Aquí algunas ideas que he detectado de lo que muchos hacen — o dejan de hacer a diario —sin darse cuenta de su impacto en el desarrollo de su perfil profesional.
Link: https://bit.ly/3IBBHrq