02/07/2025
́n | Con el “longo” en la punta de la lengua.
Runa, longo, indio, entre tantas y tantas otras palabras han sido usadas sin tener conocimiento de su significado real y utilizadas para convertirse en insultos por parte de los mestizos hacia los miembros de pueblos originarios. En Otavalo, durante décadas se han escuchado estas palabras de forma despectiva, sobre todo sí se quiere imponer una jerarquía étnica, como sí llamar de esta manera, le diera algo de poder a quien lo dice.
Otavalo siempre ha sido una ciudad que ha marcado fronteras étnicas, es decir que establece qué espacios y qué momentos le pertenecen a indígenas o a mestizos. El Parque Bolívar con el busto de Rumiñahui en el centro de la ciudad, han sido un lugar en disputa continua, el cual reaparece cada determinado tiempo. “¡El Rumiñahui no se mueve!”, dicen unos; "¡Es el Parque Bolívar, debe estar el Libertador!", exigen otros. Y así sigue: ni el general inca cede, ni el nombre del parque cambia.
En Otavalo también existe un cementerio exclusivo para mestizos y uno para indígenas, mostrando que en la muerte tampoco hemos podido encontrar algo que nos una. Muchos aluden al tema de las prácticas religiosas y culturales acerca de la muerte, pero en realidad tiene que ver con un tema de discriminación y racismo que se vive hasta la actualidad.
En los 90s tampoco era posible que una mujer kichwa pudiera participar en la elección de la Reina del Yamor, pues sus organizadores apelaban a que la Ordenanza Municipal no lo establecía así. Otros “notables ciudadanos”, también mencionaban que una mujer kichwa no tenía la belleza que se requería para representar a Otavalo.
En el 2003, el Congreso Nacional, declaró a Otavalo como la Capital Intercultural del Ecuador, esto debido a que un kichwa ganó las elecciones como alcalde y la población indígena participaba activamente en espacios de poder que antes estaban prohibidos por las autoridades mestizas. A pesar de esta presencia como alcalde y sus políticas, el título le queda muy grande a una ciudad con pobladores que todavía tienen actitudes de poder y que discriminan a quienes piensan que son inferiores.
No es de extrañar que el video que se ha hecho viral en estos días, la del Doctor que no le gusta que le tutéen, empiece su respuesta aludiendo inmediatamente al origen étnico, llamandolo “longo”, luego “longo atrevido”, “longo igualado”, “longo de comunidad”, entre tantas otras formas que encuentra para “buscar que lo respeten”. Luego llega una muchacha joven que al ver la pelea, inmediatamente grita “longo atrevido”. No tuvieron que pensarlo, no tuvieron que meditarlo un momento, la frase sale de sus bocas como sí la hubieran tenido en la punta de la lengua.
Yo nunca he creído que la discriminación y el racismo en Otavalo han terminado, estos más bien se esconden, se disfrazan, pero aparecen en ciertos momentos, como las peleas, como las contiendas políticas, cuando hay marchas en protesta, o cuando sienten que el poder se les desvanece. Otavalo no es la Capital Intercultural del Ecuador, no es un título que se merezca. Falta mucho: conversaciones incómodas, reconocer privilegios, terminar con tantos prejuicios. Y recién entonces, quizá, podremos vivir respetando las diferencias.
Por: Toa Maldonado Ruiz