25/05/2025
“Una vida con propósito: la historia de Walldeon”
Esta foto es del año 2008. (Entrevistado por Valeria Gavilanez Ecuavisa)
Mi rostro era joven, pero mi corazón ya ardía por un llamado que no entendía del todo, pero que no podía ignorar.
Ese día empezó un camino… no de fama, ni de aplausos, sino de entrega.
Un camino de servicio. De fe. De propósito.
Mi nombre es Fabricio Baldeón.
Soy un hombre imperfecto, como todos.
Para algunos han dicho lo peor. Para otros, que no está nada bien, lo que hago.
Pero para Dios, soy un hijo amado. Y eso basta.
He sido criticado, juzgado, señalado por quienes se creen impecables. He escuchado insultos de labios que nunca supieron lo que es luchar desde el barro por un sueño. Pero también he recibido abrazos sinceros, lágrimas agradecidas y sonrisas que valen más que el oro.
Eso ha sido mi gasolina durante más de 15 años.
Recorrí barrios llevando campañas de principios y valores. Soñé con un país donde la violencia intrafamiliar ya no se herede
Llenamos buses y calles con mensajes de esperanza:
“Mi barrio limpio y con valores”
“Mi transporte limpio y con valores”
Llevamos comida a hospitales, llevamos al cine a miles de niños que nunca habían reído, entregamos kits a los que lo habían perdido todo, y consuelo a cárceles donde aún late la humanidad.
Entregamos miles de Revistas Cris, medio de comunicación con mensajes de edificación, insertos con el Comercio y la Revista Familia.
Vinieron terremotos, pandemias, crisis con la inseguridad… Y ahí seguimos. Resilientes. Heridos, pero de pie. Porque cuando sirves con el alma, nada puede detenerte.
No soy perfecto. Me equivocaré.
Pero Como dijo Jesús: “El que esté libre de pecado, que lance la primera piedra”.
Yo no lanzo piedras. Lanzo oportunidades, fe, amor… eso es lo mío.
Hoy, después de tantos años, algo nuevo está naciendo.
Lo que viene es más grande, más profundo, más necesario.
Proyectos que abrazan el alma, restauran corazones y levantan sueños.
Lo haremos con el deporte, el arte, la alegría el coaching la psicologia.
Porque aún hay mucho por hacer en esta sociedad.
Esta es la nueva etapa de Walldeon.
Y sé que no estoy solo. Seguire sirviendo. Hasta que Dios diga: “Misión cumplida”.