24/10/2025
𝐃𝐞𝐯𝐨𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥.
𝐄𝐥 𝐮𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐟𝐚𝐥𝐥𝐚;
“Pues el Señor tu Dios está en medio de ti, Él es un poderoso Salvador. Se deleitará en ti con alegría; con su amor calmará todos tus temores. Se gozará por ti con cantos de alegría.” — Sofonías 3:17 (NTV)
Reflexión
Hay amores que prometen quedarse, pero un día se van. Hay personas que dicen “siempre estaré contigo”, y de pronto ya no están. Vivimos en un mundo donde el amor parece tener fecha de caducidad, donde la gente cambia, donde la confianza se quiebra con facilidad. Pero en medio de esa realidad, Dios nos recuerda algo que cambia todo: Su amor nunca falla.
El amor de Dios no depende de tu comportamiento, de tus logros o de cuán “espiritual” seas. Él te ama porque eres Suyo. En los días buenos, sonríe contigo; en los días malos, te sostiene cuando ya no puedes más. Cuando te sientes invisible, Él te ve. Cuando te sientes indigno, Él te cubre con gracia. Cuando crees que ya no puedes, Él canta sobre ti.
Dios no es un amor pasajero, ni un refugio temporal. Es el tipo de amor que te espera incluso cuando tú mismo te has alejado. Ese amor que limpia tus lágrimas sin reproches, que te levanta sin condiciones. Y aunque no siempre lo sientas, Él está ahí, a tu lado, deleitándose en ti, recordándote que eres su hijo amado.
Así que no busques el amor perfecto en los lugares equivocados. Ninguna relación humana, ningún éxito, ninguna red social podrá llenar lo que solo el amor del Padre puede llenar. Cuando todo lo demás falle, Su amor seguirá siendo el mismo: inquebrantable, tierno y eterno.
Oración
Señor, gracias por amarme incluso cuando yo no lo merezco. Gracias por no rendirte conmigo, por permanecer cuando todo lo demás se ha ido. Tu amor me sostiene, me sana y me devuelve la esperanza. Hoy quiero descansar en Ti, en ese amor que no me exige ser perfecto, sino que me abraza en mis imperfecciones.
Ayúdame a recordar, Señor, que no necesito mendigar amor en los lugares equivocados, porque ya lo tengo en Ti. Enséñame a reconocer tu voz cuando el miedo me grite, a sentir tu ternura cuando el corazón se enfríe, y a confiar en que siempre estás obrando, incluso cuando no lo entiendo.
Te entrego mis emociones, mis heridas, mis vacíos. Renuévame con tu amor, ese amor que transforma y da vida. Gracias, Dios, porque en Ti tengo el único amor que nunca falla.
Amén. ?
Aplicación práctica
Recuerda cada día que eres amado. Escríbelo en un papel o en tu celular: “Dios me ama, y su amor no cambia”.
Evita medir tu valor por lo que otros piensan de ti. Tu identidad no depende de la opinión del mundo, sino de lo que Dios dice sobre ti.
Ora cuando te sientas solo. En lugar de buscar consuelo inmediato en cosas o personas, busca refugio en la presencia de Dios.
Da amor como lo recibes. Sé reflejo de ese amor incondicional hacia tu familia, tus amigos o incluso quienes no te traten bien.
No hay amor que sane tanto como el de Dios. Cuando sientas que nadie te entiende o que el mundo te ha dejado vacío, recuerda que hay un Padre que te mira con ternura y dice: “Tú eres mi hijo amado, en ti me deleito.”
Ese amor nunca se apaga, nunca se agota y nunca te abandona.