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08/10/2025
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ANECOOP CELEBRA 50 AÑOS UNIDA Y CONECTADACON EL FUTURO DE LA AGRICULTURAMadrid, 30 de septiembre de 2025Anecoop, primera...
07/10/2025

ANECOOP CELEBRA 50 AÑOS UNIDA Y CONECTADA
CON EL FUTURO DE LA AGRICULTURA

Madrid, 30 de septiembre de 2025

Anecoop, primera empresa hortofrutícola del Mediterráneo, celebra su 50 Aniversario. Fruit Attraction ha
sido el escenario elegido para hacer balance ante los medios de comunicación de estas cinco décadas de
servicio al sector en una rueda de prensa en la que han estado presentes el presidente de Anecoop,
Alejandro Monzón, y su director general, Joan Mir. Un recorrido por la historia, los hitos más
importantes, la actualidad y las líneas futuras de actuación de la entidad.
Agricultura con valores
Con una felicitación, “A todos los que han formado y forman parte de esta gran familia” ha comenzado
su intervención el presidente de Anecoop, Alejandro Monzón, “Nuestros agricultores son los
protagonistas de nuestra historia. Cultivan futuro guiados por los valores cooperativos y
comprometidos con una agricultura sostenible que garantiza alimentos saludables, protege el medio
ambiente y fortalece las comunidades rurales”.
Anecoop: de proyecto disruptivo a referente internacional
Anecoop nace en 1975 cuando 31 cooperativas citrícolas decidieron unificar su volumen de producción
para abordar en mejores condiciones comerciales los mercados del este de Europa. Ser un interlocutor
atractivo para la gran distribución por oferta y servicio, fue otro de los grandes objetivos desde el inicio.
“Arranca así un proyecto disruptivo para aquella época, que hoy se ha consolidado como referente en el
sector hortofrutícola en Europa” según su presidente, Alejandro Monzón.
En la actualidad, Anecoop integra a 61 entidades socias y representa a más de 20.000 agricultores que
cultivan más de 61.000 hectáreas repartidas por toda la geografía española, concretamente en 13
provincias (Valencia, Castellón Alicante, Murcia, Almería, Cádiz, Sevilla, Huelva, Ciudad Real, Segovia,
Valladolid, Navarra y Lleida).
En cuanto a su oferta se refiere, el director general de Anecoop, Joan Mir, ha señalado que “ofrecemos
una amplia gama de productos que incluye cítricos, frutas de temporada —verano y otoño—, frutas
exóticas, hortalizas tanto de invernadero como de cultivo al aire libre, además de zumos, conservas
vegetales, flores y productos de V gama. Contamos también con una división especializada en vinos. A
la producción convencional sumamos prácticas de producción integrada y agricultura ecológica, siempre

con el objetivo de mejorar la rentabilidad de nuestros socios y responder eficazmente a las exigencias
del canal de distribución.”
Con más de 90 productos en cartera, Anecoop dispone de una oferta homogénea en términos de
volumen, gama y calendario, presente en un total de 74 países.
Además, cuenta con una estructura integrada por cinco delegaciones en España, doce filiales en ocho
países y dos plataformas logísticas, que la capacita para dar una respuesta ágil y un servicio próximo y
eficiente a sus clientes, configurando la que es, en palabras de su presidente, “posiblemente, la mayor
red comercial hortofrutícola en Europa”.
Hitos en la historia de Anecoop
Durante la rueda de prensa se han repasado algunos de los hitos que han marcado la historia de Anecoop,
destacando por encima de todo el papel fundamental de las personas que la han sostenido e impulsado a
lo largo de cinco décadas. Otro de los momentos clave de la organización fue el nacimiento de su red
comercial internacional con la puesta en marcha de primera filial en Francia en 1979; el lanzamiento de
productos tan emblemáticos como la sandía sin pepitas Bouquet (1992) y el kaki Persimon (1997); la
elaboración en esa misma década del reglamento naturane de producción integrada; el lanzamiento de
campañas de comunicación para poner en valor el medio rural y la actividad agrícola, como Raciones de
Vida para el Campo (2020); su afán por ir más allá en el ámbito de la gestión sostenible, que arrancó en
2021 con su adhesión al Pacto Mundial de las Naciones Unidas y la presentación en 2023 del
Observatorio de Sostenibilidad de Anecoop.

Pioneros en sostenibilidad e innovación
Anecoop es pionera en sostenibilidad. Ya en la década de los 90 elabora el reglamento naturane que
contemplaba criterios ESG que sus socios tenían que cumplir para obtener esta exigente certificación. Un
sistema de producción integrada que fue el primero en ser homologado por GLOBALG.A.P (entonces
EUREPGAP) a principios de los años 2000.
Un compromiso reforzado con la puesta en marcha, de la mano de Kiwa I+D+I, del Observatorio de
Sostenibilidad de Anecoop, cuya presentación tuvo lugar en el marco de Fruit Attraction 2023. “Una
ambiciosa iniciativa que permite a nuestros socios medir de forma precisa su impacto, adaptarse a la
normativa y tomar mejores decisiones en esta materia, mejorando la eficiencia, la competitividad y el
valor social y ambiental del sector. En la actualidad son 25 las entidades socias se han sumado a esta
iniciativa, cifra que esperamos que siga creciendo en los próximos meses”, según ha afirmado Joan Mir
en su intervención.
El enfoque estratégico en torno a la creación de valor desde la innovación es seña de identidad de
Anecoop. No solo en lo que refiere al producto, con dos centros de I+D+iT, sino también en la gestión del
negocio.
Integración y cooperación cooperativa: “Juntos llegamos más lejos”
Desde hace 25 años Anecoop promueve avanzar en el que es uno de sus objetivos fundacionales: la
formalización de procesos de integración e intercooperación entre sus socios. La generación de estas
alianzas es clave para la viabilidad de la agricultura en el futuro, ya que refuerza el potencial colectivo

sobre el individual, multiplicando la capacidad de respuesta en un mercado global en constante
transformación.
Según el presidente de Anecoop “aspiramos a consolidar un ecosistema de entidades asociadas más
compacto en número, pero significativamente más robusto y cohesionado. Esta evolución será el
resultado de procesos sostenidos de integración, cooperación y generación de sinergias que venimos
promoviendo desde hace años, con la firme convicción de que la unión y el trabajo colaborativo
constituyen pilares esenciales para asegurar la sostenibilidad y competitividad de nuestras estructuras
en un entorno cada vez más dinámico y exigente”.
Impulsando futuro
Un 50 Aniversario es momento de volver la vista atrás y hacer balance, pero también de sentar las bases
de la hoja de ruta de Anecoop para los próximos años.
En este sentido, Joan Mir ha señalado que “las directrices futuras comprenden diversos ámbitos: la
adaptación a los avances en las nuevas tecnologías, al cambio climático y a los nuevos marcos
normativos; la lucha contra las plagas, el fomento del relevo generacional que tanto nos preocupa y la
puesta en valor de la producción agrícola frente al consumidor. Avanzamos también en la construcción
de valor diferencial a través de la comunicación. Además, para adaptar nuestra gestión a los cambios
del entorno y los mercados, hemos comenzado a trabajar con un nuevo modelo organizativo dentro de
nuestro departamento comercial”.
Por su parte, el presidente de Anecoop, Alejandro Monzón, ha querido destacar que una de las principales
líneas de trabajo se centra en “avanzar en soluciones reales para atraer a los jóvenes al campo, porque
sin relevo generacional, la agricultura tal y como la conocemos dejará de existir. El argumento principal
es la propia naturaleza de la agricultura: la responsabilidad de alimentar a la sociedad. En torno a este
mensaje, estamos inmersos en el desarrollo de varios proyectos junto a nuestros socios, orientados a
hacer de las cooperativas un entorno empresarial con el que los jóvenes se sientan identificados y que
les ofrezca posibilidad de crecimiento y de futuro”.
Anecoop celebrará este 50 Aniversario a lo largo de todo el ejercicio 2025-2026, con el reto de
transformar todos estos desafíos en oportunidades para seguir avanzando en competitividad y
posicionamiento internacional, mejorando la rentabilidad de sus agricultores, que según Joan Mir “son la
razón de ser de Anecoop, una empresa de personas para personas”.

06/10/2025

Los virus desempeñan funciones portentosas que moldean nuestras vidas
Los virus son muy abundantes en nuestro planeta. Un ejemplo se puede encontrar en los
ecosistemas marinos. En el arrecife tropical y jardín de corales blandos en el acuario de Long Beach en
California (Estados Unidos de Norteamérica), con una capacidad de 1.389.875 litros de agua se ha calculado
que hay 5.320 billones de virus.
Los mamíferos puede ser portadores de 320.000 especies de virus. Si a esta cantidad se añaden los
que infectan a los animales no mamíferos, a las plantas, a las bacterias, a los hongos, las cuentas
sobrepasan la sencillez de esta nota.
Los virus presentan propiedades cuando menos sorprendentes. Muchos de ellos aportan beneficios
adaptativos, sin ocasionar daños a la vida en la tierra. Todavía más, sin ellos no podríamos seguir viviendo.
Sin su colaboración no habríamos surgido del barro primordial. En el genoma humano existen dos tramos
de ácido desoxirribonucleico (ADN) de origen vírico, también en otros primates sin los cuales el embarazo y
desarrollo embrionario sería imposible.
Lo más conocido entre la gente común es la capacidad que tienen los virus para producir
enfermedades en las personas. En agricultura son bien conocidas las virosis en plantas. En los cultivos
hortícolas del mediterráneo, casi anualmente se expresa una virosis nueva en los invernaderos.
La definición de los virus ha ido cambiando en los últimos 125 años. Los virus no son células vivas
como las que se unen para formar un organismo como el ser humano o una planta. Sabemos que tienen
filamentos de ácido ribonucleico (ARN) o ácido desoxirribonucleico (ADN) pero nunca ambos. El filamento
está rodeado por una cápsula de proteinas.
¿De dónde salieron los primeros virus? Hay que remontarse a 4000 millones de años cuando la vida
en la tierra empezaba a emerger en un caldo primigenio de moléculas largas, compuestos orgánicos
simples y energía. Posiblemente algunas de aquellas moléculas largas (probablemente ARN) empezaron a
replicarse poniéndose en marcha la selección natural darwiniana. Se han formulado cuatro hipótesis para
explicar como se formaron.
Relataré brevemente la más reciente, denominada hipótesis reductiva protagonizada por el “virus
gigante”.
Estos singulares virus se encontraron en 2003 en unas amebas (organismos eucariotas unicelulares)
que estaban en una muestra de agua tomada de una torre de refrigeración en Inglaterra. Se bautizaron
como “virus gigantes” por estar conformados por 1,2 millones de “letras”. Se bautizaron como Mimivirus.
Se detectaron más virus de este tipo en el mar de los Sargazos, en sedimentos marinos en el litoral de Chile
y en un estanque en Australia, con un tamaño que llega a duplicar el de los Mimivirus y presentaban otras
diferencias, por lo cual los llamaron Pandoravirus en alusión a la caja de Pandora “por las sorpresas que
prometes su estudio”. El equipo de virólogos quedó sorprendido cuando descubrieron 4 genes de
codificación en dichos virus. Era la primera vez que se descubrían estos genes en virus. Las enzimas
traducen el código genético para ensamblar los aminoácidos y fabricar proteínas. La explicación es que los
mimivirus tienen esas enzimas como un vestigio, porque su linajes se originó por reducción genómica a
partir de una célula.
El descubrimiento de los virus gigantes inspiró a algunos científicos a formular ideas novedosas
sobre la naturaleza de los virus y los papeles constructivos que han desempeñado – y siguen
desempeñando – en la evolución y las funciones de la vida celular.
Las definiciones en el pasado de virus eran inadecuadas, porque los especialistas tomaban una sola
parte del virus, los fragmentos del genoma encerrados en la cápsula proteica, denominados
apropiadamente viriones, que es únicamente el mecanismo de dispersión. La propuesta sobre la integridad
de los virus incluye también su presencia en el interior de una célula toda vez que se ha apropiado de la
maquinaria celular para replicar más viriones, más “semillas” de si mismos. La consideración de las dos
fases en conjunto permite atisbar que la célula se ha convertido, efectivamente, en parte de la historia vital
del virus. Se ha propuesto el término virocélula para denotar dicha combinación. De esta manera se corta
el dilema “vivo o no vivo”. Numerosos científicos dan por hecho que los virus logran sus grandes cambios
evolutivos según el paradigma del “carterista vírico”, es decir robando ADN aquí y allá de los organismos

que infectaron y poniendo a continuación las piezas hurtadas en el interior de su propio genoma. También
se ha considerado que posiblemente ocurra al revés, y sean las células las que roben genes de los virus.
Otros científicos han ido todavía más lejos al proponer que los virus son la fuente por antonomasia
de la diversidad genética. El flujo de genes víricos hacia genomas celulares ha sido abrumador. Tal vez esta
forma de especular ayude a explicar algunas transiciones evolutivas tan cruciales como el origen del ADN,
el origen el núcleo celular en los organismos complejos, el origen de las paredes celulares y puede que
incluso la divergencia de las tres grandes ramas de la vida.
Los genes humanos y su origen vírico
El gen de la sinticina-2, descubierto a base de “peinar” el genoma humano (3.100 millones de
“letras” en su código) en busca de ADN que presentase alguna semejanza con el tipo de gen que podría
haber utilizado un virus para producir su envoltura (cápsida). Con este procedimiento se aislaron una
veintena. Como mínimo dos de ellos resultaron ser muy importantes y lo fueron porque tenían la capacidad
de llevar a cabo funciones esenciales para la gestión humana. Se trataba del gen de la sinticina 1 y el de la
sinticina 2. La incorporación de esos genes víricos al genoma humano y las funciones a las que se han
adaptado conforman un concepto singular y que comienza con el concepto de retrovirus endógeno
humano.
¿Qué es un retrovirus? Es un virus con un genoma de ARN que opera en sentido contrario a lo
habitual (de ahí el prefijo retro). En lugar de utilizar el ADN para crear ARN que será el mensajero a la
emisora 3D para fabricar proteinas y a continuación lo integran en el genoma de la célula infectada.
Algunos retrovirus infectan las células reproductoras, las que producen óvulos o espermatozoides
y, al hacerlo, insertan su ADN en el genoma hereditario del hospedador. Si desea el lector retener un dato
de la información contenida en esta comunicación, debe quedarse con que el 8% del genoma humano está
conformado por el ADN vírico (retrovirus) insertado a lo largo de la evolución. Después se reprogramó para
generar una proteina similar que ayuda a fusionar células con objeto de crear una estructura especial
alrededor de lo que llegó a ser la placenta poniendo así una nueva posibilidad al alcance de algunos
animales la gestación interna. Fue una innovación e formidables consecuencias en la historia de la
evolución que hizo posible que las hembras llevasen consigo a sus crías en desarrollo dentro del cuerpo
para protegerlas. El diseño de este nuevo modo de reproducción fue mejorando con el tiempo y la placenta
evolucionó. Esta estructura única permite la entrada de nutrientes y oxigeno, evacua los desechos y el
dióxido de carbono.
Nuestros genes no son nuestros en exclusiva, están compartidos con los genes de un retrovirus.
Nota: los datos presentados aquí están tomados de D. Quammen.

Julio C. Tello Marquina
Profesor emérito
Universidad de Almería

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