27/06/2023
27 de junio de 1706, la Corte de Madrid se traslada a Burgos ante el avance de las tropas aliadas en la Guerra de Sucesión.
La Guerra de Sucesión fue un conflicto internacional que se desató tras la muerte sin descendencia de Carlos II, el último rey de la dinastía de los Habsburgo en España. Dos candidatos se disputaron el trono vacante: Felipe de Anjou, nieto del rey francés Luis XIV, y el archiduque Carlos de Austria, hijo del emperador Leopoldo I. Los principales países europeos tomaron partido por uno u otro pretendiente, temiendo que se rompiera el equilibrio de poderes en el continente.
En España, la guerra también tuvo un carácter civil, ya que las distintas coronas y territorios que formaban parte de la monarquía hispánica se dividieron entre borbónicos y austracistas. La Corona de Castilla apoyó mayoritariamente a Felipe de Anjou, mientras que la Corona de Aragón se inclinó por el archiduque Carlos.
En 1706, las tropas aliadas al archiduque Carlos, formadas por ingleses, portugueses y holandeses, avanzaron desde Portugal y Aragón hacia el centro de la Península. El 27 de junio, ante la amenaza de que Madrid fuera tomada por los enemigos, el rey Felipe V y su corte decidieron abandonar la capital y trasladarse a Burgos. Allí permanecieron hasta octubre, cuando regresaron a Madrid tras la victoria borbónica en la batalla de Almansa.
La Guerra de Sucesión se prolongó hasta 1713, cuando se firmó el Tratado de Utrecht. En él se reconoció a Felipe V como rey de España, pero se le impidió acceder al trono francés. Además, España tuvo que ceder varios territorios a otros países europeos, como Gibraltar y Menorca a Gran Bretaña o Nápoles y Milán a Austria.