
08/10/2025
El estrés crónico debilita el sistema inmunológico al alterar la función celular, inducir inflamación persistente y favorecer enfermedades crónicas. Su manejo es esencial para preservar la salud física.
El estrés es una reacción fisiológica que permite al cuerpo adaptarse a situaciones que percibe como amenazantes o exigentes. En el corto plazo, esta respuesta puede ser útil, ya que activa mecanismos de defensa que optimizan el rendimiento físico y mental. No obstante, cuando el estrés se prolonga durante semanas o meses, deja de ser beneficioso y comienza a afectar negativamente distintos sistemas del organismo, especialmente el inmunológico.
La exposición continua al estrés genera una liberación sostenida de hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estos compuestos, en niveles elevados, interfieren con la producción y funcionamiento de las células inmunitarias. En particular, el cortisol disminuye la actividad de los linfocitos T y B, fundamentales para combatir infecciones, y reduce la secreción de citoquinas, que son esenciales para coordinar la respuesta inmunológica. Esto provoca una mayor susceptibilidad a infecciones virales y bacterianas, así como una recuperación más lenta de lesiones y heridas.
Además, el estrés persistente puede inducir una inflamación sistémica de bajo grado, que se ha vinculado con el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y diversos trastornos autoinmunes. A menudo, este tipo de estrés se acompaña de hábitos poco saludables —como una dieta deficiente, sedentarismo o alteraciones del sueño— que intensifican el deterioro del sistema inmunológico.
Por ello, gestionar el estrés no solo tiene implicaciones emocionales, sino que representa una estrategia clave para preservar la salud física. Actividades como el ejercicio moderado, técnicas de respiración consciente, prácticas de relajación, descanso adecuado y el fortalecimiento de vínculos sociales pueden ayudar a regular la respuesta del cuerpo al estrés y proteger el sistema
Vínculos sanos y saber también a poner límites , donde te aumenta el estrés, dejar ir .
Ni la familia lo es todo ni todo es familia, trabajo , etc.