
24/04/2025
He acompañado a muchos equipos directivos y hay patrones que se repiten, sin importar el tamaño de la empresa o el sector. Uno de los más comunes —y más costosos— es avanzar sin una visión realmente compartida.
Se da por hecho que todos entienden hacia dónde vamos.
Se asume que el equipo está alineado.
Y lo que en realidad hay son esfuerzos descoordinados, prioridades contradictorias y una sensación generalizada de desconexión.
¿El resultado?
Decisiones poco sostenibles.
Falta de compromiso.
Y un liderazgo que se desgasta intentando sostener todo desde arriba.
💡 ¿Cómo se evita?
Dando espacio para que cada persona pueda integrar esa visión y entender qué papel juega en ella.
Escuchando activamente las resistencias antes de imponer nuevos rumbos.
Revisando si la estrategia está en coherencia con los valores reales de la empresa.
A veces no falta estrategia. Falta conversación.
Y sin conversación, no hay conexión.
🌀 Si tu empresa enfrenta alguno de estos errores, contáctame para una solución personalizada.
Trabajar con visión sistémica permite alinear, simplificar y avanzar con más claridad y menos desgaste.